¡Aguante! Resulta que el Gordo Navideño, ese que todos esperamos como agua de mayo, este año nos dejó con un saborcito amargo... aunque también con unos cuantos millones colgados. Pues sí, señores, ni más ni menos que ocho mil millones de colones quedaron sin repartir porque nadie acertó el juguetón número ganador. Pero tranquilos, que la Junta de Protección Social (JPS) ya salió a aclarar qué les harán a esos billetes y no, no van a irse pa’ Suiza.
Como bien sabemos, la JPS no es precisamente una alcancía sin fondo, sino una institución que trabaja duro para ayudar a los más necesitados. Por eso, estos ochos palos que sobran del Gordo serán destinados a diversas organizaciones sociales, tal y como lo establece la ley. Es decir, no van directamente a engordar las arcas de la JPS, sino que se pondrán manos a la obra para mejorar la vida de muchos compatriotas.
Ahora, si te preguntas a quién le tocará la tajada de este manjar económico, déjame contarte. Según la ley 8718, los fondos de utilidades de la JPS se distribuyen entre una gran variedad de entidades que trabajan incansablemente por el bienestar de nuestra gente. Hablando en plata, esto significa que desde centros para atender a adultos mayores hasta programas para niños en situación de riesgo se verán beneficiados con esta inyección económica.
Para darle más detalle, hablemos de algunos de los sectores que recibirán estos recursos. Claro que habrá apoyo para entidades dedicadas a la atención de adultos, lo cual siempre es vital. También el CCSS y las pensiones del régimen no contributivo recibirán un empujón, porque salud y seguridad financiera son derechos fundamentales. Además, no faltarán ayudas para fortalecer las instituciones públicas de asistencia médica, programas para personas con discapacidad, centros diurnos para adultos mayores y campañas de prevención y atención del cáncer, cosas que necesitamos urgentemente en nuestro país.
Pero la lista no termina ahí, ¿eh? Porque también se destinarán fondos a programas para menores de edad en situación de abandono o vulnerabilidad, al Consejo Técnico de Asistencia Médico social, e incluso para construir un centro psiquiátrico penitenciario – ¡eso sí que es una iniciativa importante! Sumemos a eso la prevención y lucha contra enfermedades de transmisión sexual, la atención a víctimas de explotación sexual comercial, y el apoyo a organizaciones que trabajan con adultos mayores. ¡Una verdadera andanada de necesidades!
Y hablando de necesidades, tampoco olvidemos a nuestros hermanos mayores que están en casas creadas, a la Asociación de Guías de Personas Ciegas de Costa Rica (AGECO), a la Comisión Nacional para la Persona con Discapacidad (CONAPDIS), a la Cruz Roja y a los programas de tamizaje neonatal. ¡Un verdadero esfuerzo colectivo para cubrir todas las bases! Incluso, se contempla una parte para la prevención y tratamiento de la farmacodependencia y el alcoholismo, temas que lamentablemente siguen siendo un problema grave en nuestra sociedad.
Además de toda esta ayuda, la JPS tiene planeado rifar premios de hasta un millón de colones utilizando fracciones del sorteo del Gordo, una forma bastante ingeniosa de involucrar aún más a la comunidad en este proceso. Esto demuestra que la institución está buscando formas creativas de maximizar el impacto positivo de estas utilidades, buscando soluciones innovadoras para problemas complejos. Y vaya que tenemos muchos retos por delante, desde la desigualdad social hasta la falta de oportunidades para muchos jóvenes.
En fin, parece que los ocho mil millones del Gordo sobrantes no se perderán en el limbo, sino que servirán para aliviar un poco las cargas de quienes más lo necesitan. Pero dime, ¿crees que esta distribución de fondos es equitativa y llega a los lugares correctos? ¿Se podrían implementar medidas para asegurar que la ayuda llegue realmente a quien la necesita o crees que hay margen de mejora en el sistema?
Como bien sabemos, la JPS no es precisamente una alcancía sin fondo, sino una institución que trabaja duro para ayudar a los más necesitados. Por eso, estos ochos palos que sobran del Gordo serán destinados a diversas organizaciones sociales, tal y como lo establece la ley. Es decir, no van directamente a engordar las arcas de la JPS, sino que se pondrán manos a la obra para mejorar la vida de muchos compatriotas.
Ahora, si te preguntas a quién le tocará la tajada de este manjar económico, déjame contarte. Según la ley 8718, los fondos de utilidades de la JPS se distribuyen entre una gran variedad de entidades que trabajan incansablemente por el bienestar de nuestra gente. Hablando en plata, esto significa que desde centros para atender a adultos mayores hasta programas para niños en situación de riesgo se verán beneficiados con esta inyección económica.
Para darle más detalle, hablemos de algunos de los sectores que recibirán estos recursos. Claro que habrá apoyo para entidades dedicadas a la atención de adultos, lo cual siempre es vital. También el CCSS y las pensiones del régimen no contributivo recibirán un empujón, porque salud y seguridad financiera son derechos fundamentales. Además, no faltarán ayudas para fortalecer las instituciones públicas de asistencia médica, programas para personas con discapacidad, centros diurnos para adultos mayores y campañas de prevención y atención del cáncer, cosas que necesitamos urgentemente en nuestro país.
Pero la lista no termina ahí, ¿eh? Porque también se destinarán fondos a programas para menores de edad en situación de abandono o vulnerabilidad, al Consejo Técnico de Asistencia Médico social, e incluso para construir un centro psiquiátrico penitenciario – ¡eso sí que es una iniciativa importante! Sumemos a eso la prevención y lucha contra enfermedades de transmisión sexual, la atención a víctimas de explotación sexual comercial, y el apoyo a organizaciones que trabajan con adultos mayores. ¡Una verdadera andanada de necesidades!
Y hablando de necesidades, tampoco olvidemos a nuestros hermanos mayores que están en casas creadas, a la Asociación de Guías de Personas Ciegas de Costa Rica (AGECO), a la Comisión Nacional para la Persona con Discapacidad (CONAPDIS), a la Cruz Roja y a los programas de tamizaje neonatal. ¡Un verdadero esfuerzo colectivo para cubrir todas las bases! Incluso, se contempla una parte para la prevención y tratamiento de la farmacodependencia y el alcoholismo, temas que lamentablemente siguen siendo un problema grave en nuestra sociedad.
Además de toda esta ayuda, la JPS tiene planeado rifar premios de hasta un millón de colones utilizando fracciones del sorteo del Gordo, una forma bastante ingeniosa de involucrar aún más a la comunidad en este proceso. Esto demuestra que la institución está buscando formas creativas de maximizar el impacto positivo de estas utilidades, buscando soluciones innovadoras para problemas complejos. Y vaya que tenemos muchos retos por delante, desde la desigualdad social hasta la falta de oportunidades para muchos jóvenes.
En fin, parece que los ocho mil millones del Gordo sobrantes no se perderán en el limbo, sino que servirán para aliviar un poco las cargas de quienes más lo necesitan. Pero dime, ¿crees que esta distribución de fondos es equitativa y llega a los lugares correctos? ¿Se podrían implementar medidas para asegurar que la ayuda llegue realmente a quien la necesita o crees que hay margen de mejora en el sistema?
