¡Ay, Dios mío! Qué desmadre estamos viviendo en Turrialba. El OIJ agarró a un tipo, de apellidos Vargas Araya, precisamente, tratando de revivir una vieja movida criminal que parecía enterrada. Resulta que este señor andaba queriendo poner en marcha otra vez una célula ligada al prófugo ‘Diablo’, Alejandro Arias Monge. Uno pensaría que con tanto problema que hay en el país, iban a buscar otras cosas para hacer, pero no, los fantasmas del pasado siempre vuelven a molestar.
Para refrescarles la memoria, ‘Diablo’ lleva un buen rato metido en la picadora, unos 18 añitos, después de que lo sentenciaran a finales de julio. Pero la cosa es que el supuesto capo de la banda, un tal Zeta, también recibió plomo en Siquirres hacía algunos meses. Eso dejó un vacío, un hueco que este Vargas Araya parece haber querido aprovecharse para hacerse el importante y reclamar el territorio. Parece que la ambición nunca descansa, ni siquiera en medio de la purga judicial.
Los detectives del OIJ le estuvieron pisándole los talones a Vargas Araya, y descubrieron que seguía sacando provecho, vendiendo drogas al detal, pura marihuana y cocaína pa'l pueblo. Imagínate la bronca que debió causar eso, teniendo en cuenta la poca paciencia que tenemos con estas cosas. Al final, lo atraparon en Javillos de Pavones. Por poquito se salva de pasar más tiempo escurridizo, ¿eh?
Y la vaina es que este Vargas no es ningún novato en estos bretes. Figuraba como parte del equipo de Zeta, quien, como bien sabemos, extorsionaba a los comerciantes de Tres Equis. Ese cantón ha sufrido bastante con estas bandas, y uno piensa, ¿cuándo va a acabar esto de una vez por todas? Que paren de atormentar a la gente trabajadora.
Pero esperen, que la cosa se pone aún más interesante. Vargas tenía contacto directo con Geison Solano Bell, alias ‘Gogo’, y Erick Trujillo Rodríguez, alias ‘Zeta’ (sí, otro Zeta, qué originalidad). Estos dos personajes ya llevan tiempo pagando cuentas por andar haciendo de las suyas en Turrialba. Los agarraron en diciembre del año pasado y, mira vos, apenas seis meses después ya estaban cumpliendo condena. ¡Una velocidad impresionante!
Según el Ministerio Público, Solano Bell era la mano derecha de Cristofer Madrigal Vargas, el Zeta original, asesinadísimo en Siquirres. Este último, antes de morir, mandaba en Tres Equis con ayuda de Solano. Después del tumbé de Madrigal, Gogo se hizo cargo y siguió expandiendo los negocios turbios. Trujillo, por su parte, era su lugarteniente de confianza. Juntos intimidaban a los comerciantes, les exigían dinero y robaban moteles a diestra y siniestra. Un ambiente de terror total para los vecinos.
Después de seguirles la pista durante meses, las autoridades lograron capturarlos por extorsión. Se les acusó de dos casos de extorsión y un robo agravado, y ahora tienen 18 años de candela. Desde que los encerraron, dicen que las cosas se han calmado por ahí, que las extorsiones han bajado. Eso sí da un alivio, aunque uno siempre tiene que estar con los ojos abiertos, ¿verdad?
Ahora, la gran pregunta es: ¿Será posible que Vargas Araya esté solo, o habrá otros peces gordos todavía nadando en aguas turbulentas esperando el momento oportuno para resurgir? ¿Cómo creen que debería reaccionar la comunidad de Turrialba ante esta nueva amenaza, y qué medidas deberían tomar las autoridades para evitar que este ciclo de violencia se repita? Compartan sus ideas en los comentarios; ¡me interesa saber qué piensan ustedes!
Para refrescarles la memoria, ‘Diablo’ lleva un buen rato metido en la picadora, unos 18 añitos, después de que lo sentenciaran a finales de julio. Pero la cosa es que el supuesto capo de la banda, un tal Zeta, también recibió plomo en Siquirres hacía algunos meses. Eso dejó un vacío, un hueco que este Vargas Araya parece haber querido aprovecharse para hacerse el importante y reclamar el territorio. Parece que la ambición nunca descansa, ni siquiera en medio de la purga judicial.
Los detectives del OIJ le estuvieron pisándole los talones a Vargas Araya, y descubrieron que seguía sacando provecho, vendiendo drogas al detal, pura marihuana y cocaína pa'l pueblo. Imagínate la bronca que debió causar eso, teniendo en cuenta la poca paciencia que tenemos con estas cosas. Al final, lo atraparon en Javillos de Pavones. Por poquito se salva de pasar más tiempo escurridizo, ¿eh?
Y la vaina es que este Vargas no es ningún novato en estos bretes. Figuraba como parte del equipo de Zeta, quien, como bien sabemos, extorsionaba a los comerciantes de Tres Equis. Ese cantón ha sufrido bastante con estas bandas, y uno piensa, ¿cuándo va a acabar esto de una vez por todas? Que paren de atormentar a la gente trabajadora.
Pero esperen, que la cosa se pone aún más interesante. Vargas tenía contacto directo con Geison Solano Bell, alias ‘Gogo’, y Erick Trujillo Rodríguez, alias ‘Zeta’ (sí, otro Zeta, qué originalidad). Estos dos personajes ya llevan tiempo pagando cuentas por andar haciendo de las suyas en Turrialba. Los agarraron en diciembre del año pasado y, mira vos, apenas seis meses después ya estaban cumpliendo condena. ¡Una velocidad impresionante!
Según el Ministerio Público, Solano Bell era la mano derecha de Cristofer Madrigal Vargas, el Zeta original, asesinadísimo en Siquirres. Este último, antes de morir, mandaba en Tres Equis con ayuda de Solano. Después del tumbé de Madrigal, Gogo se hizo cargo y siguió expandiendo los negocios turbios. Trujillo, por su parte, era su lugarteniente de confianza. Juntos intimidaban a los comerciantes, les exigían dinero y robaban moteles a diestra y siniestra. Un ambiente de terror total para los vecinos.
Después de seguirles la pista durante meses, las autoridades lograron capturarlos por extorsión. Se les acusó de dos casos de extorsión y un robo agravado, y ahora tienen 18 años de candela. Desde que los encerraron, dicen que las cosas se han calmado por ahí, que las extorsiones han bajado. Eso sí da un alivio, aunque uno siempre tiene que estar con los ojos abiertos, ¿verdad?
Ahora, la gran pregunta es: ¿Será posible que Vargas Araya esté solo, o habrá otros peces gordos todavía nadando en aguas turbulentas esperando el momento oportuno para resurgir? ¿Cómo creen que debería reaccionar la comunidad de Turrialba ante esta nueva amenaza, y qué medidas deberían tomar las autoridades para evitar que este ciclo de violencia se repita? Compartan sus ideas en los comentarios; ¡me interesa saber qué piensan ustedes!
