¡Ay, Dios mío! Otra tragedia en la Ruta 32, y esta vez con saldo de dos personas fallecidas y seis heridas. Un tráiler se volcó en la rotonda de Limón 2000, dejando a todos boquiabiertos y preguntándose: ¿hasta cuándo vamos a seguir viendo esto?
Como si fuera novedad, este no es el primer percance en esas rotondas que sustituyeron los esperados pasos a desnivel en la ampliación de la ruta. Ya recuerdo hace unos meses, otro tráiler se metió hasta el fondo de otra rotonda, haciendo que diera qué hablar. Parece que el diseño de estas glorietas ha sido más problemático que útil, generando más preguntas que respuestas.
Y ahí entra el Lanamme, la Universidad de Costa Rica, avisando desde julio que había “oportunidades de mejora” en el diseño de estas rotondas. ¿Oportunidades de mejora? ¡Más bien necesidades urgentes de revisión! El informe señala que no hay suficientes justificaciones técnicas sólidas para haberlas implementado en lugar de los pasos a desnivel que estaban planeados originalmente. Al final, parece que se priorizó la velocidad de la construcción y la reducción de costos, dejando de lado la seguridad de los conductores, ¿no le parece?
Lo que me molesta es que no se analizaron a fondo las trayectorias de los vehículos al diseñar estas rotondas, ni tampoco se cumplieron con los diámetros mínimos recomendados internacionalmente. ¡Un descuido que ahora nos cuesta vidas humanas! Según el Lanamme, ninguna de las rotondas alcanza los estándares de la Administración Federal de Carreteras de Estados Unidos. Que poca pena, mae.
Pero la bronca no va solo por el diseño. El informe también señala materiales deficientes y problemas con los sistemas de contención vehicular. ¡Es un combo completo de errores! Uno se queda pensando cómo es posible que pasen estas cosas en un proyecto de esta magnitud. A ver, ¿nadie revisó nada antes de abrir la carretera al público?
Muchos recuerdan la promesa de un paso a desnivel, un asunto que facilitaría el tráfico y evitaría estos riesgos, pero al parecer se fue al traste. Ahora, tenemos estas rotondas cuestionables que se han convertido en puntos negros en la carretera, causando preocupación y angustia entre los usuarios. Y encima, vamos a andar contando muertos y heridos… ¡qué sal!
Ahora, el gobierno dice que va a revisar el diseño de las rotondas, pero ¿será demasiado tarde? ¿Podrán corregir los errores sin tener que volver a empezar desde cero? Uno espera que esta tragedia sirva para que tomen cartas en el asunto y empiecen a poner la seguridad de los ciudadanos primero, porque esto ya no puede seguir pasando. Estamos hablando de vidas humanas, gente que quiere llegar sana y salva a sus casas, no de un simple inconveniente de tránsito.
En fin, este caso nos deja muchas reflexiones sobre la planificación urbana, la importancia de cumplir con los estándares de seguridad y la responsabilidad de nuestros gobernantes. ¿Ustedes creen que es hora de deshacer estas rotondas y construir finalmente esos pasos a desnivel prometidos, o hay alguna solución alternativa viable? Díganme, ¿qué piensan ustedes?
Como si fuera novedad, este no es el primer percance en esas rotondas que sustituyeron los esperados pasos a desnivel en la ampliación de la ruta. Ya recuerdo hace unos meses, otro tráiler se metió hasta el fondo de otra rotonda, haciendo que diera qué hablar. Parece que el diseño de estas glorietas ha sido más problemático que útil, generando más preguntas que respuestas.
Y ahí entra el Lanamme, la Universidad de Costa Rica, avisando desde julio que había “oportunidades de mejora” en el diseño de estas rotondas. ¿Oportunidades de mejora? ¡Más bien necesidades urgentes de revisión! El informe señala que no hay suficientes justificaciones técnicas sólidas para haberlas implementado en lugar de los pasos a desnivel que estaban planeados originalmente. Al final, parece que se priorizó la velocidad de la construcción y la reducción de costos, dejando de lado la seguridad de los conductores, ¿no le parece?
Lo que me molesta es que no se analizaron a fondo las trayectorias de los vehículos al diseñar estas rotondas, ni tampoco se cumplieron con los diámetros mínimos recomendados internacionalmente. ¡Un descuido que ahora nos cuesta vidas humanas! Según el Lanamme, ninguna de las rotondas alcanza los estándares de la Administración Federal de Carreteras de Estados Unidos. Que poca pena, mae.
Pero la bronca no va solo por el diseño. El informe también señala materiales deficientes y problemas con los sistemas de contención vehicular. ¡Es un combo completo de errores! Uno se queda pensando cómo es posible que pasen estas cosas en un proyecto de esta magnitud. A ver, ¿nadie revisó nada antes de abrir la carretera al público?
Muchos recuerdan la promesa de un paso a desnivel, un asunto que facilitaría el tráfico y evitaría estos riesgos, pero al parecer se fue al traste. Ahora, tenemos estas rotondas cuestionables que se han convertido en puntos negros en la carretera, causando preocupación y angustia entre los usuarios. Y encima, vamos a andar contando muertos y heridos… ¡qué sal!
Ahora, el gobierno dice que va a revisar el diseño de las rotondas, pero ¿será demasiado tarde? ¿Podrán corregir los errores sin tener que volver a empezar desde cero? Uno espera que esta tragedia sirva para que tomen cartas en el asunto y empiecen a poner la seguridad de los ciudadanos primero, porque esto ya no puede seguir pasando. Estamos hablando de vidas humanas, gente que quiere llegar sana y salva a sus casas, no de un simple inconveniente de tránsito.
En fin, este caso nos deja muchas reflexiones sobre la planificación urbana, la importancia de cumplir con los estándares de seguridad y la responsabilidad de nuestros gobernantes. ¿Ustedes creen que es hora de deshacer estas rotondas y construir finalmente esos pasos a desnivel prometidos, o hay alguna solución alternativa viable? Díganme, ¿qué piensan ustedes?
