Ay, mae, qué día tuvimos ayer en la Ruta 32. Resulta que un árbol, con toda la intención, decidió tirarse encima de la carretera en el sector del Parque Braulio Carrillo, justo donde más daño puede hacer. ¡Qué despiche! Cerraron los dos carriles y la gente quedó varada por casi seis horas. Imagínate la bronca, el sol pegando, el tráfico atascado… pura torta.
Según el MOPT, la cosa fue gracias al empuje frío número ocho, que anda trayendo unos vientos bien duros por todo el país, llegando incluso a los 100 kilómetros por hora. Esto significa que los árboles están más débiles y pueden caerse con facilidad, especialmente si hay lluvia y viento a la vez. Ya saben cómo es esto, cuando doña naturaleza se enoja, nos hace sudar la gota gorda.
Por suerte, la maquinaria del MOPT llegó rápido al rescate, y los muchachos trabajaron a marchas forzadas para quitar el árbol y las ramas de la vía. Sacaron hacha y sierra, con todo y machete, hasta que lograron despejar la ruta. Digamos que le pusieron ganas para que la gente pudiera seguir avanzando, aunque ya llegaba bastante tarde, ¡pero bueno, al menos resolvieron la vaina!
El MOPT, que siempre anda pendiente de nosotros, puso un mensaje en sus redes sociales pidiéndonos que circularmos con precaución y paciencia. Sí, claro, como si después de estar atascado por seis horas alguien tuviera paciencia, diay. Pero bueno, la idea es que estemos atentos a cualquier cambio en las condiciones climáticas y que vayamos conduciendo con cuidado. No queremos que nadie se vaya al traste por un resbalón.
Ahora, miren, esto me lleva a pensar en algo más profundo, porque no es la primera vez que pasa esto en la Ruta 32. Todos los años tenemos estos problemas con árboles cayéndose, deslizamientos de tierra, rocas rodando… parece que la carretera está condenada a sufrir. Y sí, sabemos que es una ruta muy importante, la única que conecta San José con Limón, pero también sabemos que necesita urgentemente unas mejoras seria.
¿Y qué mejoras necesitamos? Pues mira, por dónde empezar… Primero, necesitamos más mantenimiento preventivo. Que vayan revisando los árboles regularmente para ver cuáles están secos o enfermos y cortarlos antes de que caigan encima de la carretera. Segundo, necesitaríamos barreras de protección en zonas propensas a deslizamientos. Tercero, y quizás lo más importante, tendríamos que considerar construir una nueva ruta, una que sea más segura y resistente a las inclemencias del tiempo. Una carreta que no nos haga pasar sustos cada vez que tengamos que irnos a Limón.
Esto no es un problema nuevo, y hemos visto gobiernos ir y venir prometiendo soluciones, pero la realidad es que seguimos igual. Parece que la Ruta 32 es una vara eterna, un problema que nunca se acaba de resolver. Claro, entiendo que construir una nueva carretera cuesta mucho dinero, pero también entiendo que la seguridad de los conductores es lo primero. Además, ¿cuánto nos cuesta económicamente todos estos cierres de carretera, las pérdidas de tiempo, el estrés…? Al final, creo que invertir en una solución duradera sería lo más inteligente a largo plazo. Es un brete, sí, pero tenemos que ponerle empeño.
En fin, la Ruta 32 volvió a abrir, pero la preocupación persiste. Con este clima loco que estamos teniendo y la falta de mantenimiento adecuado, ¿cree usted que realmente podemos esperar que la Ruta 32 deje de ser un dolor de cabeza constante para los viajeros? Déjeme saber su opinión en los comentarios, ¡me interesa saber qué piensa mi gente del foro sobre este tema candente!
Según el MOPT, la cosa fue gracias al empuje frío número ocho, que anda trayendo unos vientos bien duros por todo el país, llegando incluso a los 100 kilómetros por hora. Esto significa que los árboles están más débiles y pueden caerse con facilidad, especialmente si hay lluvia y viento a la vez. Ya saben cómo es esto, cuando doña naturaleza se enoja, nos hace sudar la gota gorda.
Por suerte, la maquinaria del MOPT llegó rápido al rescate, y los muchachos trabajaron a marchas forzadas para quitar el árbol y las ramas de la vía. Sacaron hacha y sierra, con todo y machete, hasta que lograron despejar la ruta. Digamos que le pusieron ganas para que la gente pudiera seguir avanzando, aunque ya llegaba bastante tarde, ¡pero bueno, al menos resolvieron la vaina!
El MOPT, que siempre anda pendiente de nosotros, puso un mensaje en sus redes sociales pidiéndonos que circularmos con precaución y paciencia. Sí, claro, como si después de estar atascado por seis horas alguien tuviera paciencia, diay. Pero bueno, la idea es que estemos atentos a cualquier cambio en las condiciones climáticas y que vayamos conduciendo con cuidado. No queremos que nadie se vaya al traste por un resbalón.
Ahora, miren, esto me lleva a pensar en algo más profundo, porque no es la primera vez que pasa esto en la Ruta 32. Todos los años tenemos estos problemas con árboles cayéndose, deslizamientos de tierra, rocas rodando… parece que la carretera está condenada a sufrir. Y sí, sabemos que es una ruta muy importante, la única que conecta San José con Limón, pero también sabemos que necesita urgentemente unas mejoras seria.
¿Y qué mejoras necesitamos? Pues mira, por dónde empezar… Primero, necesitamos más mantenimiento preventivo. Que vayan revisando los árboles regularmente para ver cuáles están secos o enfermos y cortarlos antes de que caigan encima de la carretera. Segundo, necesitaríamos barreras de protección en zonas propensas a deslizamientos. Tercero, y quizás lo más importante, tendríamos que considerar construir una nueva ruta, una que sea más segura y resistente a las inclemencias del tiempo. Una carreta que no nos haga pasar sustos cada vez que tengamos que irnos a Limón.
Esto no es un problema nuevo, y hemos visto gobiernos ir y venir prometiendo soluciones, pero la realidad es que seguimos igual. Parece que la Ruta 32 es una vara eterna, un problema que nunca se acaba de resolver. Claro, entiendo que construir una nueva carretera cuesta mucho dinero, pero también entiendo que la seguridad de los conductores es lo primero. Además, ¿cuánto nos cuesta económicamente todos estos cierres de carretera, las pérdidas de tiempo, el estrés…? Al final, creo que invertir en una solución duradera sería lo más inteligente a largo plazo. Es un brete, sí, pero tenemos que ponerle empeño.
En fin, la Ruta 32 volvió a abrir, pero la preocupación persiste. Con este clima loco que estamos teniendo y la falta de mantenimiento adecuado, ¿cree usted que realmente podemos esperar que la Ruta 32 deje de ser un dolor de cabeza constante para los viajeros? Déjeme saber su opinión en los comentarios, ¡me interesa saber qué piensa mi gente del foro sobre este tema candente!