Diay maes, agárrense porque esta vara viene con curva y sin frenos. ¿Se acuerdan de la eterna novela de la ampliación de la San José-San Ramón? Bueno, pues parece que le acaban de meter un nuevo capítulo y, como ya es costumbre, la cuenta nos va a salir carísima. Resulta que el brete que en 2020 nos iba a costar $400 millones, ahora, cinco años después y con un nuevo libreto, el MOPT nos lo presenta con un precio de $770 millones. ¡Así como lo leen! Un aumentazo de $370 melones. ¡Qué torta! Uno se pregunta si la carretera nueva va a venir pavimentada en oro o si cada carril va a tener vista al mar, porque la verdad no se entiende.
Para entender este despiche hay que echar para atrás un toquecito. Antes, la bronca estaba en manos de un fideicomiso con el Banco de Costa Rica. Ese era el plan que llevaba años cocinándose. Pero hace dos años, el Gobierno actual decidió que esa vara no iba más, le dieron mate al fideicomiso y prometieron una solución más rápida y eficiente. El resultado de esa "eficiencia" es un proyecto que no solo tardó dos años más en formularse, sino que casi duplicó su costo. Es el equivalente a que usted mande a arreglar una gotera y el fontanero le termine cambiando toda la tubería de la casa y cobrándole el doble sin que usted se lo pidiera.
Ahora viene la parte que de verdad da cólera. Cuando uno ve un número así, lo primero que piensa es: "Ok, ¿qué le metieron de más a este chunche para que cueste tanto?". Según el viceministro de Infraestructura, el nuevo proyecto incluye "más obras". ¿Y cuáles son esas obras maravillosas que justifican $370 millones adicionales? Silencio de radio. CRHoy les preguntó directamente y la respuesta es que "la gestión sigue en trámite". O sea, nos están pidiendo un cheque en blanco. Es la excusa de siempre. Nos dicen que confiemos, que ahora sí va en serio, pero no nos dan un solo detalle para justificar semejante hueco en las finanzas públicas. Salado, pero ya uno ni se sorprende.
Y para ponerle la cereza al pastel, esos $770 millones ni siquiera lo cubren todo. Las famosas Obras Impostergables (OBIS), como los intercambios de Naranjo, Grecia y San Ramón, van por aparte. ¡Otro costo más! Lo que sí incluye el paquete millonario son 55.6 kilómetros de carretera, intercambiadores, puentes nuevos y mejorados, y hasta pasos de fauna. Suena muy tuanis, sí, pero todo esto ya estaba contemplado de una u otra forma en el plan original de $400 millones. La gran pregunta sigue en el aire: ¿dónde está el valor agregado de los $370 millones extra? ¿En las bahías de buses? ¿En el asfalto? De momento, parece que la justificación se fue al traste junto con el fideicomiso anterior.
Al final del día, los que vamos a pagar esta fiesta somos nosotros, los de a pie. Porque claro, el proyecto autoriza la colocación de peajes. El viceministro muy suelto de cuerpo "prometió" que la tarifa será de unos $3, o sea, como ₡1.500 por pasada. Con esa plata pagaremos los préstamos al BCIE y al Fondo OPEP por los próximos 20 años. Y todo por un proyecto que lleva décadas de promesas rotas y que, cada vez que lo reviven, viene con una factura más inflada. La verdad, ya cansa. Así que les dejo la pregunta del millón, maes: ¿Ustedes de verdad creen que esta vez sí se hace, o es solo otro cuento para empezar de cero en el próximo gobierno y volver a subirle el precio?
Para entender este despiche hay que echar para atrás un toquecito. Antes, la bronca estaba en manos de un fideicomiso con el Banco de Costa Rica. Ese era el plan que llevaba años cocinándose. Pero hace dos años, el Gobierno actual decidió que esa vara no iba más, le dieron mate al fideicomiso y prometieron una solución más rápida y eficiente. El resultado de esa "eficiencia" es un proyecto que no solo tardó dos años más en formularse, sino que casi duplicó su costo. Es el equivalente a que usted mande a arreglar una gotera y el fontanero le termine cambiando toda la tubería de la casa y cobrándole el doble sin que usted se lo pidiera.
Ahora viene la parte que de verdad da cólera. Cuando uno ve un número así, lo primero que piensa es: "Ok, ¿qué le metieron de más a este chunche para que cueste tanto?". Según el viceministro de Infraestructura, el nuevo proyecto incluye "más obras". ¿Y cuáles son esas obras maravillosas que justifican $370 millones adicionales? Silencio de radio. CRHoy les preguntó directamente y la respuesta es que "la gestión sigue en trámite". O sea, nos están pidiendo un cheque en blanco. Es la excusa de siempre. Nos dicen que confiemos, que ahora sí va en serio, pero no nos dan un solo detalle para justificar semejante hueco en las finanzas públicas. Salado, pero ya uno ni se sorprende.
Y para ponerle la cereza al pastel, esos $770 millones ni siquiera lo cubren todo. Las famosas Obras Impostergables (OBIS), como los intercambios de Naranjo, Grecia y San Ramón, van por aparte. ¡Otro costo más! Lo que sí incluye el paquete millonario son 55.6 kilómetros de carretera, intercambiadores, puentes nuevos y mejorados, y hasta pasos de fauna. Suena muy tuanis, sí, pero todo esto ya estaba contemplado de una u otra forma en el plan original de $400 millones. La gran pregunta sigue en el aire: ¿dónde está el valor agregado de los $370 millones extra? ¿En las bahías de buses? ¿En el asfalto? De momento, parece que la justificación se fue al traste junto con el fideicomiso anterior.
Al final del día, los que vamos a pagar esta fiesta somos nosotros, los de a pie. Porque claro, el proyecto autoriza la colocación de peajes. El viceministro muy suelto de cuerpo "prometió" que la tarifa será de unos $3, o sea, como ₡1.500 por pasada. Con esa plata pagaremos los préstamos al BCIE y al Fondo OPEP por los próximos 20 años. Y todo por un proyecto que lleva décadas de promesas rotas y que, cada vez que lo reviven, viene con una factura más inflada. La verdad, ya cansa. Así que les dejo la pregunta del millón, maes: ¿Ustedes de verdad creen que esta vez sí se hace, o es solo otro cuento para empezar de cero en el próximo gobierno y volver a subirle el precio?