¡Ay, Dios mío, qué vaina! El ambiente en la Asamblea Legislativa está que arde, diay. Andrea Álvarez Marín, la diputada del PLN y presidenta de la comisión que ha estado estudiando el caso BCIE-Cariñitos, salió con chimichurri y exhortó a los diputados a levantarle la inmunidad al Presidente Chaves. Parece que esto no va a ser fácil, pues ya sabemos cómo algunos prefieren esconderse detrás de fueros y tonterías.
Para ponerlos al día, rapidito, el caso Cariñitos ha sido una espina clavada en el país desde hace tiempo. Se trata de unas consultorías turbias, contratos inflados y sospechas de que el ahora Presidente Chaves se lució como funcionario del Banco Centroamericano de Integración Económica (BCIE). La comisión, después de un mes de darle duro al brete, llegó a la conclusión de que sí hay ‘elementos técnicos’ suficientes para recomendar el retiro de la inmunidad. ¿Elementos técnicos? Claro, porque todo gira alrededor de tecnicismos, mientras la gente común se pregunta dónde quedó la ética y la transparencia.
La diputada Álvarez Marín no anduvo con rodeos: les recordó a sus colegas que tienen la responsabilidad de defender el Estado de Derecho y la Constitución. Que no se queden calladitos, que hagan valer la ley. Es que, vamos, si no hacemos cumplir las reglas del juego, ¿qué clase de democracia tenemos? Es más, pa' algunos diputados, defender la ley es más complicado que encontrar estacionamiento en el aeropuerto los viernes.
Y ni hablar de la diputada frenteamplista Rocío Alfaro Molina, que también metió leña al fuego con su respaldo al informe que pide el levantamiento de la inmunidad. Con cada posición favorable, el asunto se pone más interesante… o más tenso, dependiendo de cómo lo mires. Ya estamos viendo que esto va a ser un debate de infarto, con mucha cara dura y argumentos volando por todas partes. Esperemos que al final predomine el sentido común... aunque con estos políticos, a veces parece pedirle peras al árbol.
Pero bueno, llegamos al meollo del asunto: ¿cuánto tiempo van a debatir? Pues la cosa está así: PLN se lleva 76 minutos, PPSD y PUSC comparten 38, el PNR y la FA se quedan con 25, PLP con 9 y los independientes, ¡pobre diablo!, con hasta cuatro minutos c/u. Eso sí, si alguien se queda con ganas de hablar más, pueden seguir tirando la bronca hasta las siete de la noche. Y luego, ¡zas!, directo a la votación. Así que, agárrense que esto promete, señores.
Lo que más preocupa es ver cómo algunos diputados van a tratar de sacarle cuerpo al asunto. Seguro que habrá excusas baratas, debates innecesarios y maniobras dilatorias para evitar enfrentar la verdad. Pero la gente está atenta, y sabe cuándo nos quieren tomar el pelo. Porque al final, esta vara no es solo sobre Chaves, sino sobre todos aquellos que creen que están por encima de la ley. Es un testazo a la credibilidad de nuestras instituciones, y no podemos permitirnos fallarle a la ciudadanía.
Este caso, además, le da una patada al trasero a toda la conversación sobre la reforma del sistema político que tanto prometieron. Mientras tanto, seguimos con diputados que parecen más preocupados por sus propios intereses que por el bienestar del país. Y ahí, precisamente, radica el problema. Necesitamos gente comprometida, honesta y dispuesta a trabajar por el bien común, no más marionetas al servicio de grupos de poder. Si no cambiamos la jugada, seguiremos dando vueltas en círculos, y Costa Rica seguirá siendo rehén de unos pocos privilegiados.
Ahora, dime tú, maestro: ¿cree usted que esta votación marcará un punto de inflexión en la política nacional, o simplemente será otro episodio más de la telenovela presidencial? ¿Deberían los partidos políticos priorizar el respeto al debido proceso legal o ceder ante presiones políticas? ¡Déjame tu opinión en los comentarios y encendamos la discusión!
Para ponerlos al día, rapidito, el caso Cariñitos ha sido una espina clavada en el país desde hace tiempo. Se trata de unas consultorías turbias, contratos inflados y sospechas de que el ahora Presidente Chaves se lució como funcionario del Banco Centroamericano de Integración Económica (BCIE). La comisión, después de un mes de darle duro al brete, llegó a la conclusión de que sí hay ‘elementos técnicos’ suficientes para recomendar el retiro de la inmunidad. ¿Elementos técnicos? Claro, porque todo gira alrededor de tecnicismos, mientras la gente común se pregunta dónde quedó la ética y la transparencia.
La diputada Álvarez Marín no anduvo con rodeos: les recordó a sus colegas que tienen la responsabilidad de defender el Estado de Derecho y la Constitución. Que no se queden calladitos, que hagan valer la ley. Es que, vamos, si no hacemos cumplir las reglas del juego, ¿qué clase de democracia tenemos? Es más, pa' algunos diputados, defender la ley es más complicado que encontrar estacionamiento en el aeropuerto los viernes.
Y ni hablar de la diputada frenteamplista Rocío Alfaro Molina, que también metió leña al fuego con su respaldo al informe que pide el levantamiento de la inmunidad. Con cada posición favorable, el asunto se pone más interesante… o más tenso, dependiendo de cómo lo mires. Ya estamos viendo que esto va a ser un debate de infarto, con mucha cara dura y argumentos volando por todas partes. Esperemos que al final predomine el sentido común... aunque con estos políticos, a veces parece pedirle peras al árbol.
Pero bueno, llegamos al meollo del asunto: ¿cuánto tiempo van a debatir? Pues la cosa está así: PLN se lleva 76 minutos, PPSD y PUSC comparten 38, el PNR y la FA se quedan con 25, PLP con 9 y los independientes, ¡pobre diablo!, con hasta cuatro minutos c/u. Eso sí, si alguien se queda con ganas de hablar más, pueden seguir tirando la bronca hasta las siete de la noche. Y luego, ¡zas!, directo a la votación. Así que, agárrense que esto promete, señores.
Lo que más preocupa es ver cómo algunos diputados van a tratar de sacarle cuerpo al asunto. Seguro que habrá excusas baratas, debates innecesarios y maniobras dilatorias para evitar enfrentar la verdad. Pero la gente está atenta, y sabe cuándo nos quieren tomar el pelo. Porque al final, esta vara no es solo sobre Chaves, sino sobre todos aquellos que creen que están por encima de la ley. Es un testazo a la credibilidad de nuestras instituciones, y no podemos permitirnos fallarle a la ciudadanía.
Este caso, además, le da una patada al trasero a toda la conversación sobre la reforma del sistema político que tanto prometieron. Mientras tanto, seguimos con diputados que parecen más preocupados por sus propios intereses que por el bienestar del país. Y ahí, precisamente, radica el problema. Necesitamos gente comprometida, honesta y dispuesta a trabajar por el bien común, no más marionetas al servicio de grupos de poder. Si no cambiamos la jugada, seguiremos dando vueltas en círculos, y Costa Rica seguirá siendo rehén de unos pocos privilegiados.
Ahora, dime tú, maestro: ¿cree usted que esta votación marcará un punto de inflexión en la política nacional, o simplemente será otro episodio más de la telenovela presidencial? ¿Deberían los partidos políticos priorizar el respeto al debido proceso legal o ceder ante presiones políticas? ¡Déjame tu opinión en los comentarios y encendamos la discusión!
