Maes, agárrense porque la bronca que se armó entre el OIJ y el Ministerio de Hacienda está para alquilar balcón. Y no, no es un simple pleito de oficina; esto es un despiche de proporciones épicas que, al final del día, nos afecta a todos. Resulta que Randall Zúñiga, el mero mero del Organismo de Investigación Judicial, salió con los tacos de frente a decir que el Gobierno, específicamente el ministro Rudolf Lücke, les está metiendo el pie de la forma más descarada posible, negándoles una plata que ya estaba más que aprobada y firmada. Es un novelón donde la principal víctima podría ser la seguridad del país.
Para que entiendan bien la vara: el OIJ tenía listos ₡6.000 millones de colones para contratar más personal. Y no hablamos de gente para servir café, sino de más fiscales, más investigadores, más músculo para ir detrás del crimen organizado que nos tiene hasta la coronilla. La plata ya estaba en el presupuesto nacional del 2025, o sea, no era un favor ni un capricho, era lo que les tocaba por ley. Pero diay, de un pronto a otro, Hacienda dijo "nanay, no hay plata". ¿Y lo más increíble de todo? Que ese mismo dinero que supuestamente no existe, sí apareció como por arte de magia para la Fuerza Pública. ¡Qué torta, mae! Es como decirle a un hijo que no hay para los frijoles mientras al otro le comprás un PlayStation 5.
Aquí es donde Zúñiga, con toda la razón del mundo, dice que el argumento del ministro se cayó a pedazos. Primero, Lücke va a la Asamblea Legislativa y suelta el típico discurso de que no hay de dónde sacar la plata, que la fuente de financiamiento es complicada, y todo el bla, bla, bla de siempre. Pero una semana después, ¡pum! El ministro de Seguridad, Mario Zamora, confirma que a ellos sí les están girando la harina para contratar cientos de oficiales nuevos. O sea, el ministro de Hacienda se jaló una torta monumental con esa excusa. Zúñiga no se anda por las ramas y lo califica de "revanchismo", una jugada sucia y sin lógica que deja al OIJ y a la Fiscalía viendo para el ciprés.
Y que quede claro que esto no es un berrinche por plata. Este recorte significa que el brete pesado contra la corrupción, el narcotráfico y las bandas criminales se queda sin gasolina. Mientras el OIJ anda sacando pecho con resultados impresionantes —como la captura de los responsables del asesinato de Samcam en menos de tres meses—, por otro lado les cortan las alas. Es como tener a Messi en tu equipo y negarte a pasarle la bola. Un montón de investigaciones clave, de esas que destapan ollas de carne podridas en la política y en la calle, corren el serio riesgo de irse al traste por falta de personal. Es un balazo en el pie para la justicia del país.
Al final, todo este despiche deja un sabor amargo. Nos venden la idea de que la seguridad es la prioridad número uno, pero a la policía técnica-científica que resuelve los casos más complejos, le niegan los recursos de una forma que, como mínimo, huele a pura mala leche. El mismo Zúñiga dice que se alegran por sus compas de la Fuerza Pública, pero la pregunta es obvia: ¿por qué a unos sí y a otros no, si la ley y la plata vienen del mismo saco? Diay, maes, ahora les pregunto a ustedes en el foro: ¿Qué creen que está pasando aquí? ¿Es una simple metida de patas administrativa, o de verdad hay un "revanchismo" del Gobierno contra el Poder Judicial? ¡Quiero leer sus teorías!
Para que entiendan bien la vara: el OIJ tenía listos ₡6.000 millones de colones para contratar más personal. Y no hablamos de gente para servir café, sino de más fiscales, más investigadores, más músculo para ir detrás del crimen organizado que nos tiene hasta la coronilla. La plata ya estaba en el presupuesto nacional del 2025, o sea, no era un favor ni un capricho, era lo que les tocaba por ley. Pero diay, de un pronto a otro, Hacienda dijo "nanay, no hay plata". ¿Y lo más increíble de todo? Que ese mismo dinero que supuestamente no existe, sí apareció como por arte de magia para la Fuerza Pública. ¡Qué torta, mae! Es como decirle a un hijo que no hay para los frijoles mientras al otro le comprás un PlayStation 5.
Aquí es donde Zúñiga, con toda la razón del mundo, dice que el argumento del ministro se cayó a pedazos. Primero, Lücke va a la Asamblea Legislativa y suelta el típico discurso de que no hay de dónde sacar la plata, que la fuente de financiamiento es complicada, y todo el bla, bla, bla de siempre. Pero una semana después, ¡pum! El ministro de Seguridad, Mario Zamora, confirma que a ellos sí les están girando la harina para contratar cientos de oficiales nuevos. O sea, el ministro de Hacienda se jaló una torta monumental con esa excusa. Zúñiga no se anda por las ramas y lo califica de "revanchismo", una jugada sucia y sin lógica que deja al OIJ y a la Fiscalía viendo para el ciprés.
Y que quede claro que esto no es un berrinche por plata. Este recorte significa que el brete pesado contra la corrupción, el narcotráfico y las bandas criminales se queda sin gasolina. Mientras el OIJ anda sacando pecho con resultados impresionantes —como la captura de los responsables del asesinato de Samcam en menos de tres meses—, por otro lado les cortan las alas. Es como tener a Messi en tu equipo y negarte a pasarle la bola. Un montón de investigaciones clave, de esas que destapan ollas de carne podridas en la política y en la calle, corren el serio riesgo de irse al traste por falta de personal. Es un balazo en el pie para la justicia del país.
Al final, todo este despiche deja un sabor amargo. Nos venden la idea de que la seguridad es la prioridad número uno, pero a la policía técnica-científica que resuelve los casos más complejos, le niegan los recursos de una forma que, como mínimo, huele a pura mala leche. El mismo Zúñiga dice que se alegran por sus compas de la Fuerza Pública, pero la pregunta es obvia: ¿por qué a unos sí y a otros no, si la ley y la plata vienen del mismo saco? Diay, maes, ahora les pregunto a ustedes en el foro: ¿Qué creen que está pasando aquí? ¿Es una simple metida de patas administrativa, o de verdad hay un "revanchismo" del Gobierno contra el Poder Judicial? ¡Quiero leer sus teorías!
