¡Ay, Dios mío, qué momento para los bolsillos bien apretados! Este domingo, la Lotería Nacional repartió más plata que un boticario en día de gripe. Con un premio mayor que dejó boquiabiertos a muchos, el sorteo número 4.872 dejó a varios ticos celebrando a rabiar y otros, bueno, soñando con el próximo.
Para quien no esté enterado, la Junta de Protección Social (JPS) sacó los números de rigor este domingo pasado. El premio gordo, esos ¢175 millones, se fueron directo a parar en el número 60, serie 844. Imagínate la cara del poseedor de ese boleto, seguramente ya anda planeando la construcción de una casa con piscina y hasta una lancha, ¿quién no lo estaría?
Pero no todo quedó ahí, porque también hubo segundo y tercer premio. El número 07, serie 079, se llevó unos buenos ¢30 millones; y el 99, serie 367, recogió los ¢14 millones restantes. ¡Una verdadera lluvia de billetes, mae! Ya me imagino las aglomeraciones frente a las oficinas de la JPS buscando verificar si sus boletos eran los afortunados.
Lo interesante de esta lotería es que siempre hay historias detrás de cada ganador. Algunos dicen que tienen sus números fijos, basados en fechas importantes, otros simplemente le dan al azar. Pero todos comparten la misma esperanza: esa de cambiarle la vida de una noche para otro día. Y vaya que esta vez hubo varias oportunidades, porque aunque el premio mayor sólo haya ido para un ganador, los otros premios multiplicaron la posibilidad de alegría en hogares costariquenses.
Ahora, hablando claro, este tipo de noticias siempre levantan ampollas en algunos sectores. Hay quienes critican la publicidad engañosa, argumentando que la probabilidad de ganar es mínima. Sí, eso es cierto, pero también es cierto que alguien tiene que ganar, ¿no? Y mientras haya gente dispuesta a apostar, la Lotería seguirá siendo parte del paisaje nacional, como gallito pecolorado en Carnaval.
Y ni hablar de las colas que se forman en los almacenes y ranchos para comprar los boletos. Una verdadera “carga” tratar de conseguir los números deseados, especialmente cerca de los sorteos especiales como Navidad o Fiestas Patrias. Se arma un relajo que ni en el Mercado Central un sábado. ¡Qué nivel de expectativa!
En fin, más allá de las críticas o de las probabilidades, la Lotería Nacional sigue siendo una tradición arraigada en nuestra cultura. Un escape, una ilusión, una oportunidad de soñar con un futuro mejor. Y aunque la mayoría de nosotros sigamos comprando boletos más por costumbre que por fe, no podemos negar que nos gusta imaginar cómo sería tener tantos billetes en el bolsillo… ¡Quién sabe, quizás la próxima vez toque a uno de nosotros!
Así que dime, ¿qué harías tú con ¢175 millones? ¿Te irías a vivir al extranjero, invertirías en negocios, ayudarías a familiares y amigos o te dedicarías a viajar por el mundo? ¡Dale, comparte tu opinión en el foro, estoy que quiero saber!
Para quien no esté enterado, la Junta de Protección Social (JPS) sacó los números de rigor este domingo pasado. El premio gordo, esos ¢175 millones, se fueron directo a parar en el número 60, serie 844. Imagínate la cara del poseedor de ese boleto, seguramente ya anda planeando la construcción de una casa con piscina y hasta una lancha, ¿quién no lo estaría?
Pero no todo quedó ahí, porque también hubo segundo y tercer premio. El número 07, serie 079, se llevó unos buenos ¢30 millones; y el 99, serie 367, recogió los ¢14 millones restantes. ¡Una verdadera lluvia de billetes, mae! Ya me imagino las aglomeraciones frente a las oficinas de la JPS buscando verificar si sus boletos eran los afortunados.
Lo interesante de esta lotería es que siempre hay historias detrás de cada ganador. Algunos dicen que tienen sus números fijos, basados en fechas importantes, otros simplemente le dan al azar. Pero todos comparten la misma esperanza: esa de cambiarle la vida de una noche para otro día. Y vaya que esta vez hubo varias oportunidades, porque aunque el premio mayor sólo haya ido para un ganador, los otros premios multiplicaron la posibilidad de alegría en hogares costariquenses.
Ahora, hablando claro, este tipo de noticias siempre levantan ampollas en algunos sectores. Hay quienes critican la publicidad engañosa, argumentando que la probabilidad de ganar es mínima. Sí, eso es cierto, pero también es cierto que alguien tiene que ganar, ¿no? Y mientras haya gente dispuesta a apostar, la Lotería seguirá siendo parte del paisaje nacional, como gallito pecolorado en Carnaval.
Y ni hablar de las colas que se forman en los almacenes y ranchos para comprar los boletos. Una verdadera “carga” tratar de conseguir los números deseados, especialmente cerca de los sorteos especiales como Navidad o Fiestas Patrias. Se arma un relajo que ni en el Mercado Central un sábado. ¡Qué nivel de expectativa!
En fin, más allá de las críticas o de las probabilidades, la Lotería Nacional sigue siendo una tradición arraigada en nuestra cultura. Un escape, una ilusión, una oportunidad de soñar con un futuro mejor. Y aunque la mayoría de nosotros sigamos comprando boletos más por costumbre que por fe, no podemos negar que nos gusta imaginar cómo sería tener tantos billetes en el bolsillo… ¡Quién sabe, quizás la próxima vez toque a uno de nosotros!
Así que dime, ¿qué harías tú con ¢175 millones? ¿Te irías a vivir al extranjero, invertirías en negocios, ayudarías a familiares y amigos o te dedicarías a viajar por el mundo? ¡Dale, comparte tu opinión en el foro, estoy que quiero saber!