Hola, soy nuevo publicando, y quiero compartir un fetiche un poco loco, la publicación incluye una historia un poco larga, pero al final quiero conocer que prefieren ustedes.
Hay personas que les gusta el sexo recién bañados, pero habemos otros que nos gusta lo contrario. Tener a una persona que huela a persona y no a perfume, sentir ese sudor del día, que cuando uno la va recorriendo se sienta ese saborcito a piel. Bueno con esto inicia la historia.
Siempre me ha gustado el deporte, y en particular he tenido la oportunidad de practicar ciclismo de montaña, un día durante una ruta recreativa conocí una muchacha, ella estaba descansando en un puesto de hidratación, era joven, pequeña, y tenía un cuerpo que notaba que hacía deporte, simplemente me acerqué, y surgió un comentario sobre la ruta, hicimos un par de bromas de lo cansados que estábamos, y de ahí salió un comentario que me volvió loco, ella simplemente dijo, vea como estoy ya, toda sudada y apenas vamos por la mitad, creo que en ese momento mi cara me delató, pero únicamente respondí con una sonrisa, y le dije que si quería seguíamos la ruta juntos, e íbamos despacio, ella aceptó. Salimos, fuimos conversando, y yo no podía dejar de pensar en lo rico que podía ser estar con ella toda sudada, comerla, y saborearla, cuando de pronto el destino me sonrió, y ella se detuvo en medio de un sendero rodeado de árboles, me dijo que quería descansar, por lo que apartamos las bicis un poco del sendero, y nos sentamos bajo una sombra un poco cerca a conversar, en ese momento pude sentir esa combinación de olores, hablamos, nos fuimos acercando, y en ese momento intenté darle un beso, pero los dos teníamos los cascos, por lo que fue un golpe de cascos, surgió la risa, los quitamos y empezamos a besarnos, en ese momento aproveché, y comencé a besarle el cuello, el sabor era exquisito, y lo que causaba en ella era mejor, se erizó toda, y me dijo que eso le daba cosquillas, le pregunté con malicia que si le gustaba, y me dijo que si, entonces seguí bajando, le bajé el zipper de la blusa, y en ese momento fue lo mejor, andaba un top súper sudado, por lo que procedí a levantarlo un poco y saborear esos pechos, era una mezcla entre lujuría, olores y adrenalina, ya que a pocos metros pasaba la gente que estaba haciendo la misma ruta que nosotros, en ese momento decidimos alejarnos un poco más del camino, seguí recorriendo los senos de lado a lado, y con mi mano fui tocando su vagina, que en ese momento estaba súper húmeda, bajé, y ese olor se hacía mejor, bajé los tirantes de la licra de ella, y comencé a chuparle todo, recorría con la lengua desde el clítoris, metía un poco mi lengua en su vagina, ella gemía, y me decía que no me detuviera, hasta que se vino, en ese momento seguí metiendo mis dedos, subí con la boca llena de flujos y nos comenzamos a besar, ella me bajó la licra, y de igual manera comenzó a chuparme, se veía que sabía lo que hacía, por momentos abría los ojos, me miraba fijamente y sonreía, de un momento a otro se levantó, me dijo que se la metiera, que no aguantaba más, yo le dije que no andaba preservativos, ella respondió que no importaba, que ella tomaba pastillas, el miedo mío más que un embarazo era por una enfermedad, pero como dicen, el diablo es puerco, y en ese momento me entregué a la suerte, y comencé a coger sin control, la tenía de espalda, la jalaba del pelo, y pegaba mi nariz a ella para sentir ese olor, sentía como el sudor de los dos se mezclaba, como los flujos de los dos se juntaban durante la penetración, en ese momento no existía la vergüenza los gemidos eran gritos, el sudor caía, y los comentarios sucios eran lo único que se podía decir por el placer. Cuando estábamos en media cogida escuché que me dijo que le avisara cuando me iba a venir, que lo quería en la boca, eso me enfermó, empezó una penetración más fuerte, ella se ponía las manos en las rodillas y se agachaba más, y en ese momento podía ver ese ano que brillaba por el sudor, y procedí a hacer la maldad, le introduje un dedo, fue la mejor decisión, esa mujer gritaba, se movía y me decía que siguiera, se vino, era una cantidad descomunal de fluidos, bajaban, se sentían, y eso me enfermaba más, estaba a punto de venirme, se lo dije y comenzó a chupar y masturbarme, ya me iba a venir, abrió la boca y se lo empezó a tragar, me veía con la boca llena de semen, se limpió un poco, continuamos la ruta con el doble de cansancio y un temblor en la piernas, al llegar me dió el número, y después de eso hemos seguido cogiendo, dentro de las conversaciones, me ha contado que ella tiene el mismo fetiche del sudor y el olor, y que eso fue lo que la impulsó a hacer eso conmigo, desde eso salimos a andar en bici juntos, y al llegar a casa, siempre nos comemos y cojemos antes de bañarnos.
Les ha pasado algo similar? Que prefieren una personas recién bañada o una persona "sucia"?
Hay personas que les gusta el sexo recién bañados, pero habemos otros que nos gusta lo contrario. Tener a una persona que huela a persona y no a perfume, sentir ese sudor del día, que cuando uno la va recorriendo se sienta ese saborcito a piel. Bueno con esto inicia la historia.
Siempre me ha gustado el deporte, y en particular he tenido la oportunidad de practicar ciclismo de montaña, un día durante una ruta recreativa conocí una muchacha, ella estaba descansando en un puesto de hidratación, era joven, pequeña, y tenía un cuerpo que notaba que hacía deporte, simplemente me acerqué, y surgió un comentario sobre la ruta, hicimos un par de bromas de lo cansados que estábamos, y de ahí salió un comentario que me volvió loco, ella simplemente dijo, vea como estoy ya, toda sudada y apenas vamos por la mitad, creo que en ese momento mi cara me delató, pero únicamente respondí con una sonrisa, y le dije que si quería seguíamos la ruta juntos, e íbamos despacio, ella aceptó. Salimos, fuimos conversando, y yo no podía dejar de pensar en lo rico que podía ser estar con ella toda sudada, comerla, y saborearla, cuando de pronto el destino me sonrió, y ella se detuvo en medio de un sendero rodeado de árboles, me dijo que quería descansar, por lo que apartamos las bicis un poco del sendero, y nos sentamos bajo una sombra un poco cerca a conversar, en ese momento pude sentir esa combinación de olores, hablamos, nos fuimos acercando, y en ese momento intenté darle un beso, pero los dos teníamos los cascos, por lo que fue un golpe de cascos, surgió la risa, los quitamos y empezamos a besarnos, en ese momento aproveché, y comencé a besarle el cuello, el sabor era exquisito, y lo que causaba en ella era mejor, se erizó toda, y me dijo que eso le daba cosquillas, le pregunté con malicia que si le gustaba, y me dijo que si, entonces seguí bajando, le bajé el zipper de la blusa, y en ese momento fue lo mejor, andaba un top súper sudado, por lo que procedí a levantarlo un poco y saborear esos pechos, era una mezcla entre lujuría, olores y adrenalina, ya que a pocos metros pasaba la gente que estaba haciendo la misma ruta que nosotros, en ese momento decidimos alejarnos un poco más del camino, seguí recorriendo los senos de lado a lado, y con mi mano fui tocando su vagina, que en ese momento estaba súper húmeda, bajé, y ese olor se hacía mejor, bajé los tirantes de la licra de ella, y comencé a chuparle todo, recorría con la lengua desde el clítoris, metía un poco mi lengua en su vagina, ella gemía, y me decía que no me detuviera, hasta que se vino, en ese momento seguí metiendo mis dedos, subí con la boca llena de flujos y nos comenzamos a besar, ella me bajó la licra, y de igual manera comenzó a chuparme, se veía que sabía lo que hacía, por momentos abría los ojos, me miraba fijamente y sonreía, de un momento a otro se levantó, me dijo que se la metiera, que no aguantaba más, yo le dije que no andaba preservativos, ella respondió que no importaba, que ella tomaba pastillas, el miedo mío más que un embarazo era por una enfermedad, pero como dicen, el diablo es puerco, y en ese momento me entregué a la suerte, y comencé a coger sin control, la tenía de espalda, la jalaba del pelo, y pegaba mi nariz a ella para sentir ese olor, sentía como el sudor de los dos se mezclaba, como los flujos de los dos se juntaban durante la penetración, en ese momento no existía la vergüenza los gemidos eran gritos, el sudor caía, y los comentarios sucios eran lo único que se podía decir por el placer. Cuando estábamos en media cogida escuché que me dijo que le avisara cuando me iba a venir, que lo quería en la boca, eso me enfermó, empezó una penetración más fuerte, ella se ponía las manos en las rodillas y se agachaba más, y en ese momento podía ver ese ano que brillaba por el sudor, y procedí a hacer la maldad, le introduje un dedo, fue la mejor decisión, esa mujer gritaba, se movía y me decía que siguiera, se vino, era una cantidad descomunal de fluidos, bajaban, se sentían, y eso me enfermaba más, estaba a punto de venirme, se lo dije y comenzó a chupar y masturbarme, ya me iba a venir, abrió la boca y se lo empezó a tragar, me veía con la boca llena de semen, se limpió un poco, continuamos la ruta con el doble de cansancio y un temblor en la piernas, al llegar me dió el número, y después de eso hemos seguido cogiendo, dentro de las conversaciones, me ha contado que ella tiene el mismo fetiche del sudor y el olor, y que eso fue lo que la impulsó a hacer eso conmigo, desde eso salimos a andar en bici juntos, y al llegar a casa, siempre nos comemos y cojemos antes de bañarnos.
Les ha pasado algo similar? Que prefieren una personas recién bañada o una persona "sucia"?
