¡Ay, Dios mío, qué batallón! La cosa está que arde aquí en Costa Rica con este asunto del director del OIJ, Randall Zúñiga. El mae anda que espume, echándole carrillos al presidente Chaves y a Yerling Zúñiga del Inamu, acusándolos de saber más de las denuncias que él mismo, el denunciado. ¡Imagínate la torta!
Resulta que desde la semana pasada, Chaves soltó en su programa que había cinco denuncias formales contra Zúñiga. Luego, la presidenta del Inamu infló la cifra a 14 supuestas víctimas, aunque la Fiscalía solo confirma tres expedientes amontonados en uno solo. Pero lo que más ha sacudido la olla es la aparición de nuevas versiones sobre sobornos y presiones.
Zúñiga, visiblemente alterado, le tiró duro al tema diciendo que le llama poderosamente la atención que el Presidente y la señora Zúñiga tengan tanto conocimiento sobre hechos privados, o que ni siquiera han sido denunciados. "A mí sí me llama la atención de que manejen datos que nadie maneja", exclamó, añadiendo que el número de denunciantes cambia constantemente, pasando de cinco a cuatro y ahora a tres delitos sexuales, además de un par de amenazas. Un brete, diay.
Pero la cosa no termina ahí. Resulta que hay una denuncia presentada por una mujer en Turrialba contra Yerling Zúñiga y otras funcionarias del Inamu, acusándolas de ofrecer sobornos a cambio de denunciar al jefe del OIJ. La denunciante asegura que dos abogadas del Inamu, con apellidos Blanco y Zúñiga, se le acercaron con una denuncia ya redactada, lista para que ella la firmara y la presentara ante la Fiscalía. ¡Un chamuscón!
Y colorín colorado, acá entró el IMAS y las becas. Las funcionarias del Inamu le prometieron a la denunciante ayuda del Instituto Mixto de Ayuda Social (IMAS) e incluso el pago de sus estudios universitarios, ya que ella cursa Derecho. Además, la denuncia apareció publicada en un noticiero de Canal 38, aunque la mujer niega haberla firmado jamás. Parece que alguien quería armar un escenario artificial, ¡qué playeta!
Para colmo, otra mujer acompañó a Zúñiga para ratificar estos supuestos ofrecimientos de sobornos por parte del Gobierno. Según él, esta persona tiene pruebas de que existen grupos buscando "cosas" en su contra. Se allanó su casa y oficina, incautando varios dispositivos electrónicos que podrían sacar a la luz más detalles de este mamotreto. Ya nos imaginamos que el papeleo va a estar a montones.
Lo más cargoso de todo es que mientras las denuncias apenas han pasado por los despachos de la Fiscalía, Chaves sigue hablando con propiedad de una cantidad mayor de supuestas víctimas y ofreciendo detalles que sugieren que conoce parte del contenido de las investigaciones. Alguien sabe más de lo que aparenta, y la cosa huele raro. En fin, la Fiscalía, encabezada por Debby Garay Boza, confirma que solo tiene tres casos abiertos, pero el drama continúa desarrollándose a marchas forzadas.
Con tantas vueltas y acusaciones cruzadas, es imposible no preguntarse: ¿Estamos frente a una estrategia política para desprestigiar al OIJ o existe una trama de corrupción que involucra altos cargos del gobierno? ¿Cuál creen ustedes que es la verdadera intención detrás de estas denuncias y quiénes deberían rendir cuentas?
Resulta que desde la semana pasada, Chaves soltó en su programa que había cinco denuncias formales contra Zúñiga. Luego, la presidenta del Inamu infló la cifra a 14 supuestas víctimas, aunque la Fiscalía solo confirma tres expedientes amontonados en uno solo. Pero lo que más ha sacudido la olla es la aparición de nuevas versiones sobre sobornos y presiones.
Zúñiga, visiblemente alterado, le tiró duro al tema diciendo que le llama poderosamente la atención que el Presidente y la señora Zúñiga tengan tanto conocimiento sobre hechos privados, o que ni siquiera han sido denunciados. "A mí sí me llama la atención de que manejen datos que nadie maneja", exclamó, añadiendo que el número de denunciantes cambia constantemente, pasando de cinco a cuatro y ahora a tres delitos sexuales, además de un par de amenazas. Un brete, diay.
Pero la cosa no termina ahí. Resulta que hay una denuncia presentada por una mujer en Turrialba contra Yerling Zúñiga y otras funcionarias del Inamu, acusándolas de ofrecer sobornos a cambio de denunciar al jefe del OIJ. La denunciante asegura que dos abogadas del Inamu, con apellidos Blanco y Zúñiga, se le acercaron con una denuncia ya redactada, lista para que ella la firmara y la presentara ante la Fiscalía. ¡Un chamuscón!
Y colorín colorado, acá entró el IMAS y las becas. Las funcionarias del Inamu le prometieron a la denunciante ayuda del Instituto Mixto de Ayuda Social (IMAS) e incluso el pago de sus estudios universitarios, ya que ella cursa Derecho. Además, la denuncia apareció publicada en un noticiero de Canal 38, aunque la mujer niega haberla firmado jamás. Parece que alguien quería armar un escenario artificial, ¡qué playeta!
Para colmo, otra mujer acompañó a Zúñiga para ratificar estos supuestos ofrecimientos de sobornos por parte del Gobierno. Según él, esta persona tiene pruebas de que existen grupos buscando "cosas" en su contra. Se allanó su casa y oficina, incautando varios dispositivos electrónicos que podrían sacar a la luz más detalles de este mamotreto. Ya nos imaginamos que el papeleo va a estar a montones.
Lo más cargoso de todo es que mientras las denuncias apenas han pasado por los despachos de la Fiscalía, Chaves sigue hablando con propiedad de una cantidad mayor de supuestas víctimas y ofreciendo detalles que sugieren que conoce parte del contenido de las investigaciones. Alguien sabe más de lo que aparenta, y la cosa huele raro. En fin, la Fiscalía, encabezada por Debby Garay Boza, confirma que solo tiene tres casos abiertos, pero el drama continúa desarrollándose a marchas forzadas.
Con tantas vueltas y acusaciones cruzadas, es imposible no preguntarse: ¿Estamos frente a una estrategia política para desprestigiar al OIJ o existe una trama de corrupción que involucra altos cargos del gobierno? ¿Cuál creen ustedes que es la verdadera intención detrás de estas denuncias y quiénes deberían rendir cuentas?