¡Ay, Dios mío! Ya estamos en diciembre, luces navideñas por todos lados, el espíritu festivo corriendo por las venas... y el ruido, ¡el ruido insoportable! Pero mientras algunos nos ponemos las botas y vamos a gozar, hay un sector de nuestra población que a veces queda un poquito relegado: nuestros abuelitos y personas con discapacidad. No es que no quieran celebrar, ¡para nada!, sino que las fiestas pueden traer retos particulares.
Según expertos, como el psicólogo Álvaro Solano, entre el bullicio, la movilidad limitada y un entorno que a veces no está precisamente diseñado pensando en ellos, los adultos mayores pueden sentirse un poco solos y excluidos. Imagínate, ¡una verdadera torta! A eso súmale la nostalgia de tiempos pasados, recuerdos de quienes ya no están… Ahí es donde el corazón empieza a pesar un poquito más.
Pero ojo, no todo está perdido, ¡ni mucho menos! La clave está en la inclusión, amigos. Solano, quien dirige el área de Psicología en la Universidad Fidélitas, enfatizó que debemos esforzarnos por integrarlos a las celebraciones, brindándoles apoyo y, sobre todo, muchísima empatía. “Con cariño, paciencia y entendimiento, podemos asegurarle a nuestros abuelos que estas fiestas sean un bálsamo emocional, una oportunidad para conectar y minimizar esos riesgos psicosociales que pueden aparecer”, dijo.
Y no solamente se trata de invitarlos a la cena de Navidad. También hay que estar pendientes de su salud. Las bajas temperaturas, los cambios repentinos en la alimentación, e incluso moverse menos, pueden convertirlos en blanco fácil para resfriados, caídas o hasta problemas digestivos. ¡Uy, qué sal! Tenemos que cuidarlos como si fueran nuestros propios hijos. Además, ¡ellos tienen sus ritmos! Querer echarse una siesta a media tarde o irse temprano a descansar es totalmente normal, así que mejor respetar eso.
Para ayudar a nuestros mayores a disfrutar plenamente de estas fiestas, los expertos nos dan una serie de consejos sencillos pero efectivos. Lo primero, mantener una comunicación abierta, escuchar realmente lo que tienen que decir, validar sus sentimientos, por más raros que puedan parecer a veces. ¡No le quites importancia a lo que sienten! Luego, organizar actividades que se adapten a sus capacidades, cuidar su alimentación, asegurarnos de que haya lugares seguros y bien iluminados, fomentar movimientos suaves como caminar un poquito o hacer unos estiramientos, y claro, ¡respetar sus horarios!
Otro punto importantísimo es aprovechar la tecnología, especialmente si la distancia nos separa. Una videollamada, un mensaje de WhatsApp, cualquier forma de contacto puede hacer maravillas para fortalecer esos lazos afectivos. Y ni hablar de recordarles cuánto los queremos y valoramos, por todo lo que nos han enseñado. ¡Eso sí que es un carga! Fortalece su autoestima y los hace sentir importantes, recordándoles que todavía tienen mucho que aportar.
Pero la realidad es dura, chavos. Lamentablemente, durante estas fechas aumentan los casos de abandono de adultos mayores. Según datos del Consejo Nacional de la Persona Adulta Mayor (CONAPAM), ¡solo en los primeros seis meses de este año reportaron más de mil casos de abandono y maltrato! Qué despiche, ¿verdad? Por eso, CONAPAM mantiene activa la línea 1165, una vía gratuita y confidencial para denunciar cualquier caso de abuso y recibir ayuda. Recuerden que la ley está clara: el Artículo 232 de la Constitución obliga a hijos, nietos y hermanos a brindar cuidado a las personas adultas mayores, siempre respetando su autonomía e independencia. ¡Y el abandono es delito grave, castigable con hasta 12 años de prisión!
Así que, este fin de año, pensemos en nuestros abuelitos, en nuestros papás, en todas esas personas mayores que merecen vivir estas fiestas con alegría, seguridad y amor. ¿Ustedes qué opinan, compas? ¿Cuáles son las acciones más creativas y significativas que han hecho para incluir a sus familiares adultos mayores en las celebraciones navideñas y de fin de año?
Según expertos, como el psicólogo Álvaro Solano, entre el bullicio, la movilidad limitada y un entorno que a veces no está precisamente diseñado pensando en ellos, los adultos mayores pueden sentirse un poco solos y excluidos. Imagínate, ¡una verdadera torta! A eso súmale la nostalgia de tiempos pasados, recuerdos de quienes ya no están… Ahí es donde el corazón empieza a pesar un poquito más.
Pero ojo, no todo está perdido, ¡ni mucho menos! La clave está en la inclusión, amigos. Solano, quien dirige el área de Psicología en la Universidad Fidélitas, enfatizó que debemos esforzarnos por integrarlos a las celebraciones, brindándoles apoyo y, sobre todo, muchísima empatía. “Con cariño, paciencia y entendimiento, podemos asegurarle a nuestros abuelos que estas fiestas sean un bálsamo emocional, una oportunidad para conectar y minimizar esos riesgos psicosociales que pueden aparecer”, dijo.
Y no solamente se trata de invitarlos a la cena de Navidad. También hay que estar pendientes de su salud. Las bajas temperaturas, los cambios repentinos en la alimentación, e incluso moverse menos, pueden convertirlos en blanco fácil para resfriados, caídas o hasta problemas digestivos. ¡Uy, qué sal! Tenemos que cuidarlos como si fueran nuestros propios hijos. Además, ¡ellos tienen sus ritmos! Querer echarse una siesta a media tarde o irse temprano a descansar es totalmente normal, así que mejor respetar eso.
Para ayudar a nuestros mayores a disfrutar plenamente de estas fiestas, los expertos nos dan una serie de consejos sencillos pero efectivos. Lo primero, mantener una comunicación abierta, escuchar realmente lo que tienen que decir, validar sus sentimientos, por más raros que puedan parecer a veces. ¡No le quites importancia a lo que sienten! Luego, organizar actividades que se adapten a sus capacidades, cuidar su alimentación, asegurarnos de que haya lugares seguros y bien iluminados, fomentar movimientos suaves como caminar un poquito o hacer unos estiramientos, y claro, ¡respetar sus horarios!
Otro punto importantísimo es aprovechar la tecnología, especialmente si la distancia nos separa. Una videollamada, un mensaje de WhatsApp, cualquier forma de contacto puede hacer maravillas para fortalecer esos lazos afectivos. Y ni hablar de recordarles cuánto los queremos y valoramos, por todo lo que nos han enseñado. ¡Eso sí que es un carga! Fortalece su autoestima y los hace sentir importantes, recordándoles que todavía tienen mucho que aportar.
Pero la realidad es dura, chavos. Lamentablemente, durante estas fechas aumentan los casos de abandono de adultos mayores. Según datos del Consejo Nacional de la Persona Adulta Mayor (CONAPAM), ¡solo en los primeros seis meses de este año reportaron más de mil casos de abandono y maltrato! Qué despiche, ¿verdad? Por eso, CONAPAM mantiene activa la línea 1165, una vía gratuita y confidencial para denunciar cualquier caso de abuso y recibir ayuda. Recuerden que la ley está clara: el Artículo 232 de la Constitución obliga a hijos, nietos y hermanos a brindar cuidado a las personas adultas mayores, siempre respetando su autonomía e independencia. ¡Y el abandono es delito grave, castigable con hasta 12 años de prisión!
Así que, este fin de año, pensemos en nuestros abuelitos, en nuestros papás, en todas esas personas mayores que merecen vivir estas fiestas con alegría, seguridad y amor. ¿Ustedes qué opinan, compas? ¿Cuáles son las acciones más creativas y significativas que han hecho para incluir a sus familiares adultos mayores en las celebraciones navideñas y de fin de año?