Desde hace mucho me hincha las pelotas esa gente que anda repartiendo folletos para adoctrinar a la gente en sectas tan peligrosas como los evangélicos, testigos de jehová.
Y digo desde hace mucho, desde que soy niño y no me podían ver jugando el corredor porque para ellos yo era un objetivo fácil para sus fines malévolos. Y yo criado sin religión estos personajes se rebajaban a pelear con un niño ateo que poco le importaba que lo amenazaran con el infierno.
Cuando estaba en la U y ya tenía más colmillo con las mujeres, un día se acercan estos personajes y me interrumpen mis labores de jardinería para hablar del famoso señor. Amablemente les digo que estoy ocupado y no tengo tiempo para hablar ni para leer sus cosas.
Usualmente funciona, pero siempre hay algún descarriado del rebaño, que se raja a decir: ¿Qué no tiene tiempo para salvar su alma del infierno?
Gato: No, no tengo tiempo. Voy a la U, trabajo, tengo novia y ayudo en la casa.
Personaje: Nada de eso lo va a salvar del infierno solo la palabra del señor.
Gato: Vea, en esta casa somos ateos y comunistas, y como podrá ver estoy ocupado. No perdamos el tiempo.
Personaje: Bueno nosotros vamos a volver.
Gente y al chile volvió a la siguiente semana, con una señora, una adolescente y otra muchacha de unos 20 años.
Personaje: Le venimos a hablar de la pablara del señor.
Gato: No, gracias. Estoy ocupado.
Personaje: deme solo 5 minutos de su tiempo.
La muchacha mayor la veo que me sonríe.
Gato: Que falta de cordialidad mi nombre es Gato, ¿Cúal es el tuyo? dirigiéndome a la muchacha e ignorando al personaje.
Personaje: Me llamo Viejo Necio.
Gato: Sí, pero yo quiero saber el nombre de ella.
Viejo Necio: se llama Paula.
Gato: ¿Paula, de donde eres?
El viejo necio incomodo
Viejo Necio: somos de SJ.
Gato: Paula, me gustaría escuchar su voz, usted es muy linda y no te han dejado hablar.
Paula se chilla y el viejo necio la vuelve a ver y se emputa.
Viejo Necio: ¡¡¡Yo sé lo que usted está haciendo y no la voy a dejar!!!
Agarra a Paula y a la otra muchacha de la mano y se van a la pulpe del frente.
Gato: Adiós Paula, la espero la próxima semana.
Paula: Hasta luego.
Viejo necio: (enjacha a Paula) y me grita desde la pulpería ¡¡¡Yo sé lo que usted está haciendo!!!
Me cago de risa y continuo mi día.
Al rato llega el pulpero que es compa mío.
Pulpero: Huevón que les dijo, vieras la cagada que le pegaron a esa guila.
Le cuento y nos cagamos de risa.
Como siempre en estas sectas misóginas el hombre siempre tiene la razón y la pobre Paula por decir UNA palabra salió por dentro.
Me hace mucha gracias imaginarme que esto se habló en la igle y por eso no volvieron a pasar a joder la vida.