¡Ay, comadre! Pues si eso no es un cambio de look para nuestras Navidades… Sukasa llegó pa' quedarse, y esta vez, con una colección navideña que te hace pensar si deberías venderle la casa pa' decorar así. La verdad, después de tanto despiche con la inflación, ver que estas tiendas importan traen cosas lindas da un poquito de esperanza, pero también te preguntas si esto es sostenible pa’ los presupuestos del pueblo.
Como les comentaba, la famosa marca internacional Sukasa, que ya sabe que hay pura gente con buen gusto por acá, lanzó sus “Tendencias 2025” en su tienda de Escazú. Ocho temáticas diferentes pa’ adornar el arbolito y toda la casa. Dicen que quieren reinventar la Navidad, pero pa’ nosotros, simplemente son ideas nuevas y, si tienes la lana, bien bonitas. Pero vamos, qué carga, unos cuantos miles de colones pa’ ponerle brillo a la época navideña...
En la presentación, vieron cosas pa' todos los gustos, desde un clásico elegante con rojas profundas –“Christmas Traditions”, le dicen– hasta cosas más modernas con pampas doradas y tonitos tierra (“Good Tidings”). También tienen unas opciones que me recordaron a mi abuela, con casitas de jengibre y figuras antiguas (“Gingerbread”). Creo que ahí hay un poco de nostalgia pa’ esos que extrañamos los tiempos de antaño.
Lo que más me llamó la atención fue la variedad. Hay una temática llamada “Frosted Feathers” que parece sacada de un cuento de hadas, con esferas blancas y ramitas de algodón. ¡Parece que te transporta a un paisaje alpino! Luego tienen la opción de “Star and Bear”, que es un explosión de colores y alegría con ositos, renos y soldaditos, muy británica. ¡Imagínate tener eso en la sala!
Pero no todo es purísima pompa y circunstancia. Hablando de dinero, me pregunto si esta moda de las decoraciones importadas no le quita espacio a nuestros artesanos locales. Porque digo yo, aquí tenemos gente talentosa que puede hacer cosas igual de hermosas, pero a veces no tienen la oportunidad de mostrar su brete. ¿Será que estamos perdiendo nuestra identidad cultural por querer copiar lo extranjero?
Y claro, no podemos olvidarnos del precio. Un arbolito bien decorado al estilo Sukasa, va a salir más caro que un viaje a Jacó. Así que, mientras algunos se lucirán con sus decoraciones de ensueño, otros tendrán que conformarse con lo básico. ¡Qué vara! No todos tenemos el mismo poder adquisitivo, pero nadie debería dejar de sentir la magia de la Navidad por eso.
Además, me preocupa un poco el impacto ambiental de tanta decoración importada. Todos esos barcos cargados de cosas que vienen desde afuera dejan una huella gigante en el planeta. Será que podríamos buscar alternativas más sostenibles, como usar materiales reciclados o apoyar a los productores locales? Seria bacano que Sukasa tomara cartas en el asunto y promoviera prácticas más amigables con el medio ambiente. ¿No creen?
En fin, la Navidad con Sukasa promete ser una experiencia visual impresionante, pero también nos plantea algunas reflexiones importantes. ¿Deberíamos enfocarnos más en apoyar a nuestros artistas nacionales y buscar opciones más ecológicas para decorar nuestras casas? ¡Díganme sus opiniones en el foro! ¿Se animan a cambiar el chip este año y darle una oportunidad a los productos hechos en Costa Rica, o seguirán persiguiendo las modas extranjeras? Y ojo, vayan a chequearlos en Boulevard 27, Escazú, de lunes a domingo, que ahí sí se luce el chunche.
Como les comentaba, la famosa marca internacional Sukasa, que ya sabe que hay pura gente con buen gusto por acá, lanzó sus “Tendencias 2025” en su tienda de Escazú. Ocho temáticas diferentes pa’ adornar el arbolito y toda la casa. Dicen que quieren reinventar la Navidad, pero pa’ nosotros, simplemente son ideas nuevas y, si tienes la lana, bien bonitas. Pero vamos, qué carga, unos cuantos miles de colones pa’ ponerle brillo a la época navideña...
En la presentación, vieron cosas pa' todos los gustos, desde un clásico elegante con rojas profundas –“Christmas Traditions”, le dicen– hasta cosas más modernas con pampas doradas y tonitos tierra (“Good Tidings”). También tienen unas opciones que me recordaron a mi abuela, con casitas de jengibre y figuras antiguas (“Gingerbread”). Creo que ahí hay un poco de nostalgia pa’ esos que extrañamos los tiempos de antaño.
Lo que más me llamó la atención fue la variedad. Hay una temática llamada “Frosted Feathers” que parece sacada de un cuento de hadas, con esferas blancas y ramitas de algodón. ¡Parece que te transporta a un paisaje alpino! Luego tienen la opción de “Star and Bear”, que es un explosión de colores y alegría con ositos, renos y soldaditos, muy británica. ¡Imagínate tener eso en la sala!
Pero no todo es purísima pompa y circunstancia. Hablando de dinero, me pregunto si esta moda de las decoraciones importadas no le quita espacio a nuestros artesanos locales. Porque digo yo, aquí tenemos gente talentosa que puede hacer cosas igual de hermosas, pero a veces no tienen la oportunidad de mostrar su brete. ¿Será que estamos perdiendo nuestra identidad cultural por querer copiar lo extranjero?
Y claro, no podemos olvidarnos del precio. Un arbolito bien decorado al estilo Sukasa, va a salir más caro que un viaje a Jacó. Así que, mientras algunos se lucirán con sus decoraciones de ensueño, otros tendrán que conformarse con lo básico. ¡Qué vara! No todos tenemos el mismo poder adquisitivo, pero nadie debería dejar de sentir la magia de la Navidad por eso.
Además, me preocupa un poco el impacto ambiental de tanta decoración importada. Todos esos barcos cargados de cosas que vienen desde afuera dejan una huella gigante en el planeta. Será que podríamos buscar alternativas más sostenibles, como usar materiales reciclados o apoyar a los productores locales? Seria bacano que Sukasa tomara cartas en el asunto y promoviera prácticas más amigables con el medio ambiente. ¿No creen?
En fin, la Navidad con Sukasa promete ser una experiencia visual impresionante, pero también nos plantea algunas reflexiones importantes. ¿Deberíamos enfocarnos más en apoyar a nuestros artistas nacionales y buscar opciones más ecológicas para decorar nuestras casas? ¡Díganme sus opiniones en el foro! ¿Se animan a cambiar el chip este año y darle una oportunidad a los productos hechos en Costa Rica, o seguirán persiguiendo las modas extranjeras? Y ojo, vayan a chequearlos en Boulevard 27, Escazú, de lunes a domingo, que ahí sí se luce el chunche.
