¡Aguante! Resulta que el saldo de la deuda con tarjetas de crédito en Costa Rica bajó un poquito, apenas un 2,39%, cerrando junio de este año en ¢1,61 billones. El MEIC lo anunció con bombos y platillos, pero fíjate tú, aunque la deuda disminuyó, ¡el número de tarjetas circulando se disparó! Más de medio millón de nuevas plásticas dando vueltas por ahí. Uno se queda pensando si esto es bueno o qué… porque pura lana extra, ¿sabes?
Según el Ministerio, este aumento en la cantidad de tarjetas activas, que ahora suman 3.010.639, va de la mano con una mayor oferta de productos financieros – ahora hay 476 opciones diferentes. Eso quiere decir que los bancos están compitiendo por nuestra atención y nuestro bolsillo, ofreciéndonos descuentos, programas de lealtad... y facilidades para endeudarnos más rápido. ¿No será que estamos cayendo en la trampa de la conveniencia?
Y no solo eso, parece que hasta las tarjetas de débito andan con ritmo ascendente, con casi siete millones en circulación. Pero ojo, porque aquí viene la parte amarga: los recursos disponibles en nuestras cuentas, tanto en colones como en divisas, se fueron al suelo. En colones caímos un -18,99%, en dólares un -49,8% ¡y en euros un brutal -96,97%! Factores estacionales, movimientos cambiarios y el antojo de gastar nos dejaron secos, parece.
Lo positivo es que, al menos, la mayoría de las tarjetas ya no cobran cuotas de membresía inicial ni anual. Y un buen porcentaje, alrededor del 90%, ofrece periodos de gracia de 15 a 30 días sin intereses. Eso sí, si te descuidas y te pasas de la raya, las tasas pueden ser un dolor de cabeza. En colones puedes encontrar desde un 3,19% hasta un alarmante 38,36%, y en dólares van del 21% al 30,42%. ¡Más vale estar atento a esos números!
Ahora, hablemos de lo moderno: SINPE Móvil sigue pegando fuerte, con más de 3,5 millones de usuarios activos y 15 millones de transacciones mensuales. Además, más de la mitad de los datáfonos aceptan pagos sin contacto, y aplicaciones como Apple Pay, Google Pay y Samsung Wallet están conquistando a los jóvenes y a la gente urbana. Parece que nos vamos dejando atrás los billetes físicos, poco a poco.
Pero no todo es color de rosa. El MEIC reconoce que todavía hay desafíos importantes por delante. La cobertura en zonas rurales sigue siendo limitada, necesitamos mejorar la educación financiera digital para que todos sepan cómo manejar bien sus tarjetas y evitar meterse en problemas, y es fundamental que las distintas plataformas de pago puedan trabajar juntas sin problemas. Ahí dice el reporte, que trabajan en conjunto con el Banco Central y el sistema financiero, a ver si realmente salen adelante con estas cosas.
Analizando todo esto, uno piensa que estamos en un punto crucial. Por un lado, tenemos más opciones de pago que nunca, y la tecnología facilita mucho las cosas. Por otro lado, el endeudamiento puede crecer rápidamente si no somos responsables y terminamos gastando más de lo que podemos pagar. Ese “¡qué carga!” de ir comprando por impulso, ya sabemos cómo termina... con meses de ahorro esfumándose en unas pocas semanas.
Al final del día, la clave está en usar las tarjetas de crédito con inteligencia y disciplina. Aprovechar los beneficios, pero siempre tener bajo control nuestros gastos y asegurarnos de pagar a tiempo. Entonces, dígame usté, ¿cree que la creciente popularidad de las tarjetas de crédito y los pagos digitales nos está llevando a una sociedad más endeudada o simplemente nos está brindando más comodidad y flexibilidad en nuestras finanzas personales? ¡Deje su opinión en el foro!
Según el Ministerio, este aumento en la cantidad de tarjetas activas, que ahora suman 3.010.639, va de la mano con una mayor oferta de productos financieros – ahora hay 476 opciones diferentes. Eso quiere decir que los bancos están compitiendo por nuestra atención y nuestro bolsillo, ofreciéndonos descuentos, programas de lealtad... y facilidades para endeudarnos más rápido. ¿No será que estamos cayendo en la trampa de la conveniencia?
Y no solo eso, parece que hasta las tarjetas de débito andan con ritmo ascendente, con casi siete millones en circulación. Pero ojo, porque aquí viene la parte amarga: los recursos disponibles en nuestras cuentas, tanto en colones como en divisas, se fueron al suelo. En colones caímos un -18,99%, en dólares un -49,8% ¡y en euros un brutal -96,97%! Factores estacionales, movimientos cambiarios y el antojo de gastar nos dejaron secos, parece.
Lo positivo es que, al menos, la mayoría de las tarjetas ya no cobran cuotas de membresía inicial ni anual. Y un buen porcentaje, alrededor del 90%, ofrece periodos de gracia de 15 a 30 días sin intereses. Eso sí, si te descuidas y te pasas de la raya, las tasas pueden ser un dolor de cabeza. En colones puedes encontrar desde un 3,19% hasta un alarmante 38,36%, y en dólares van del 21% al 30,42%. ¡Más vale estar atento a esos números!
Ahora, hablemos de lo moderno: SINPE Móvil sigue pegando fuerte, con más de 3,5 millones de usuarios activos y 15 millones de transacciones mensuales. Además, más de la mitad de los datáfonos aceptan pagos sin contacto, y aplicaciones como Apple Pay, Google Pay y Samsung Wallet están conquistando a los jóvenes y a la gente urbana. Parece que nos vamos dejando atrás los billetes físicos, poco a poco.
Pero no todo es color de rosa. El MEIC reconoce que todavía hay desafíos importantes por delante. La cobertura en zonas rurales sigue siendo limitada, necesitamos mejorar la educación financiera digital para que todos sepan cómo manejar bien sus tarjetas y evitar meterse en problemas, y es fundamental que las distintas plataformas de pago puedan trabajar juntas sin problemas. Ahí dice el reporte, que trabajan en conjunto con el Banco Central y el sistema financiero, a ver si realmente salen adelante con estas cosas.
Analizando todo esto, uno piensa que estamos en un punto crucial. Por un lado, tenemos más opciones de pago que nunca, y la tecnología facilita mucho las cosas. Por otro lado, el endeudamiento puede crecer rápidamente si no somos responsables y terminamos gastando más de lo que podemos pagar. Ese “¡qué carga!” de ir comprando por impulso, ya sabemos cómo termina... con meses de ahorro esfumándose en unas pocas semanas.
Al final del día, la clave está en usar las tarjetas de crédito con inteligencia y disciplina. Aprovechar los beneficios, pero siempre tener bajo control nuestros gastos y asegurarnos de pagar a tiempo. Entonces, dígame usté, ¿cree que la creciente popularidad de las tarjetas de crédito y los pagos digitales nos está llevando a una sociedad más endeudada o simplemente nos está brindando más comodidad y flexibilidad en nuestras finanzas personales? ¡Deje su opinión en el foro!