¡Aguante, pura vida! Resulta que el Banco Central ha andado bajando la Tasa de Política Monetaria (TPM), como diciendo que las cosas van a estar más fáciles pa' pagar nuestros préstamos. Pero a ver, ¿dónde queda eso en la realidad? Pues parece que el cuento no cuadra del todo, según un estudio nuevo de la Universidad Nacional. ¡Un despache!
El Observatorio Económico y Social (OES) de la UNA hizo un buen análisis, revisando cómo andaban las cosas desde enero del 2023 hasta ahora. Lo que encontraron es que las tasas que realmente nos cobran los bancos por los créditos – esas tasas activas – no están moviéndose a la par de la TPM. Es decir, si el BCCR baxa la palanca, ¿por qué seguimos pagando intereses altísimos?
Y no es solo una sensación, ¡son datos! Según el estudio, algunas tasas sí flaquearon un poquito, pero otras hasta subieron, mi pana. Esto quiere decir que la política monetaria del BCCR no está llegando a nosotros como debería. De hecho, las tasas pasivas – las que te dan por dejar tu plata en el banco – sí se movieron más rápido que las activas, lo cual es un poco raro, ¿no?
Pa' ponerle más sabor al arroz, recordemos que el BCCR empezó a bajar la TPM en marzo del 2023, recortando ya casi cinco puntos porcentuales. Al final de septiembre de este año, la TPM anda en 3.5%. Y sí, la Tasa Básica Pasiva (TBP) también bajó, pero no al mismo ritmo. Es como si le pusieran freno al carro justo antes de llegar al destino.
Ahora viene lo interesante: según el análisis, las tasas activas varían mucho dependiendo del banco o mutual. Por ejemplo, los bancos públicos tienen las tasas más tranquilas, mientras que las financieras... bueno, ahí es donde la cosa se pone picante. Algunas andan por los cielos, casi rozando el 40%, ¡qué carga! Claro, esto afecta a todos los que necesitamos un préstamo para comprar un chunche o arreglar la casa.
Si hablamos de crédito para consumo, la cosa se complica aún más. Los bancos privados tienen tasas más altas que los públicos, y las mutuales andan tratando de mantenerse competitivas. Las financieras, como dijimos, son las que más juegan con los intereses. Entonces, ¿dónde vamos a buscar el mejor negocio, maes?
Pero la vaina no termina ahí. El estudio también advierte que si el gobierno no consigue permiso para pedir prestado en el extranjero, va a tener que buscarla acá, endeudándose más con nosotros. Eso podría subir las tasas de interés, haciendo que el panorama sea aún más difícil para los pequeños negocios y las familias. ¡Qué sal!
En fin, parece que todavía hay mucha tela que cortar con este tema de las tasas de interés. A pesar de que la economía muestra señales de recuperación y la inflación se mantiene bajo control, el acceso al crédito sigue siendo complicado. Así que, dime tú: ¿crees que el Banco Central está haciendo todo lo posible para que las tasas bajen de verdad, o estamos llevando el brete solos?
El Observatorio Económico y Social (OES) de la UNA hizo un buen análisis, revisando cómo andaban las cosas desde enero del 2023 hasta ahora. Lo que encontraron es que las tasas que realmente nos cobran los bancos por los créditos – esas tasas activas – no están moviéndose a la par de la TPM. Es decir, si el BCCR baxa la palanca, ¿por qué seguimos pagando intereses altísimos?
Y no es solo una sensación, ¡son datos! Según el estudio, algunas tasas sí flaquearon un poquito, pero otras hasta subieron, mi pana. Esto quiere decir que la política monetaria del BCCR no está llegando a nosotros como debería. De hecho, las tasas pasivas – las que te dan por dejar tu plata en el banco – sí se movieron más rápido que las activas, lo cual es un poco raro, ¿no?
Pa' ponerle más sabor al arroz, recordemos que el BCCR empezó a bajar la TPM en marzo del 2023, recortando ya casi cinco puntos porcentuales. Al final de septiembre de este año, la TPM anda en 3.5%. Y sí, la Tasa Básica Pasiva (TBP) también bajó, pero no al mismo ritmo. Es como si le pusieran freno al carro justo antes de llegar al destino.
Ahora viene lo interesante: según el análisis, las tasas activas varían mucho dependiendo del banco o mutual. Por ejemplo, los bancos públicos tienen las tasas más tranquilas, mientras que las financieras... bueno, ahí es donde la cosa se pone picante. Algunas andan por los cielos, casi rozando el 40%, ¡qué carga! Claro, esto afecta a todos los que necesitamos un préstamo para comprar un chunche o arreglar la casa.
Si hablamos de crédito para consumo, la cosa se complica aún más. Los bancos privados tienen tasas más altas que los públicos, y las mutuales andan tratando de mantenerse competitivas. Las financieras, como dijimos, son las que más juegan con los intereses. Entonces, ¿dónde vamos a buscar el mejor negocio, maes?
Pero la vaina no termina ahí. El estudio también advierte que si el gobierno no consigue permiso para pedir prestado en el extranjero, va a tener que buscarla acá, endeudándose más con nosotros. Eso podría subir las tasas de interés, haciendo que el panorama sea aún más difícil para los pequeños negocios y las familias. ¡Qué sal!
En fin, parece que todavía hay mucha tela que cortar con este tema de las tasas de interés. A pesar de que la economía muestra señales de recuperación y la inflación se mantiene bajo control, el acceso al crédito sigue siendo complicado. Así que, dime tú: ¿crees que el Banco Central está haciendo todo lo posible para que las tasas bajen de verdad, o estamos llevando el brete solos?