¡Ay, Dios mío! Por fin tenemos buenas noticias para el Teatro Nacional, un lugar que nos representa a todos los ticos. Resulta que el Instituto Nacional de Seguros (INS) va a regalarle unos $800.000 para ponerle un buen sistema contra incendios. Imagínate el bajón si le agarraba fuego a esta joya… ¡sería una torta!
Según el ministro de Cultura y Juventud, Jorge Rodríguez – quien anda tirando la casa por la ventana en España con la orquesta juvenil – esto resuelve una deuda larguísima que teníamos con el teatro. Él mismo lo dijo: ‘Una de las grandes deudas’. Bueno, mejor tarde que nunca, diay.
Pero ojo, chango, que la entrega de la plata no será mañana. El plan es que llegue en el primer trimestre del 2026. Eso quiere decir que tendremos que seguir los procesos burocráticos de rigor. Ya saben cómo van esas cosas por acá... un brete llegar a la meta, pero bueno, esperemos que no se vaya todo al traste y podamos tener el sistema listo para el 2026.
Mientras tanto, Óscar Flores, el coordinador del Departamento de Conservación del Teatro Nacional, nos explica que ya andan trabajando en la onda de detectar incendios temprano. Parece que tienen un plan técnico bien serio para proteger nuestro patrimonio histórico. Están reforzando las defensas contra cualquier sorpresa desagradable, para que no nos agarre desprevenidos.
Por si fuera poco, el teatro ya tiene algunas precauciones. Hay sistemas de bombeo funcionando, gabinetes equipados con todo lo necesario, extintores certificados, señalización clara y rutas de escape bien definidas. Además, los bomberos hacen visitas periódicas para revisar todo, así que estamos bastante cubiertos, aunque siempre podemos mejorar, ¿no?
Y ni hablar de las pólizas de seguro. El Teatro Nacional paga puntualmente sus seguros contra incendios, así que al menos ahí estamos tranquilos. Aunque hayan tenido ayuda temporal del INS en el pasado, ahora se financian solos. Un ejemplo de responsabilidad institucional, ¿eh? Eso sí, dicen que revisan y actualizan las pólizas seguido, para asegurarse de que estén al día con las necesidades del inmueble.
Ahora, hablando de otras obras importantes, la Biblioteca Nacional está en una situación mucho más apremiante. ¡Qué sal! No tiene ningún sistema contra incendios ni póliza de seguro. Dicen que el diseño para instalarlo ya está listo desde hace rato, pero moverse por allá es más difícil que escalar el Cerro de la Muerte. Se estima que costaría unos $2 millones, pero como todo en este país, el precio ha subido considerablemente. Pobre biblioteca, guardando toda nuestra historia sin poder estar segura…
Así que, amigos, parece que el Teatro Nacional respira tranquilo (por ahora), pero la Biblioteca sigue en peligro. ¿Creen que el gobierno debería priorizar la seguridad de la Biblioteca Nacional antes que otros proyectos? ¿Será que necesitamos un cambio radical en la forma en que gestionamos el patrimonio cultural de nuestro país, o simplemente seguimos esperando a que pase una desgracia para movernos?
Según el ministro de Cultura y Juventud, Jorge Rodríguez – quien anda tirando la casa por la ventana en España con la orquesta juvenil – esto resuelve una deuda larguísima que teníamos con el teatro. Él mismo lo dijo: ‘Una de las grandes deudas’. Bueno, mejor tarde que nunca, diay.
Pero ojo, chango, que la entrega de la plata no será mañana. El plan es que llegue en el primer trimestre del 2026. Eso quiere decir que tendremos que seguir los procesos burocráticos de rigor. Ya saben cómo van esas cosas por acá... un brete llegar a la meta, pero bueno, esperemos que no se vaya todo al traste y podamos tener el sistema listo para el 2026.
Mientras tanto, Óscar Flores, el coordinador del Departamento de Conservación del Teatro Nacional, nos explica que ya andan trabajando en la onda de detectar incendios temprano. Parece que tienen un plan técnico bien serio para proteger nuestro patrimonio histórico. Están reforzando las defensas contra cualquier sorpresa desagradable, para que no nos agarre desprevenidos.
Por si fuera poco, el teatro ya tiene algunas precauciones. Hay sistemas de bombeo funcionando, gabinetes equipados con todo lo necesario, extintores certificados, señalización clara y rutas de escape bien definidas. Además, los bomberos hacen visitas periódicas para revisar todo, así que estamos bastante cubiertos, aunque siempre podemos mejorar, ¿no?
Y ni hablar de las pólizas de seguro. El Teatro Nacional paga puntualmente sus seguros contra incendios, así que al menos ahí estamos tranquilos. Aunque hayan tenido ayuda temporal del INS en el pasado, ahora se financian solos. Un ejemplo de responsabilidad institucional, ¿eh? Eso sí, dicen que revisan y actualizan las pólizas seguido, para asegurarse de que estén al día con las necesidades del inmueble.
Ahora, hablando de otras obras importantes, la Biblioteca Nacional está en una situación mucho más apremiante. ¡Qué sal! No tiene ningún sistema contra incendios ni póliza de seguro. Dicen que el diseño para instalarlo ya está listo desde hace rato, pero moverse por allá es más difícil que escalar el Cerro de la Muerte. Se estima que costaría unos $2 millones, pero como todo en este país, el precio ha subido considerablemente. Pobre biblioteca, guardando toda nuestra historia sin poder estar segura…
Así que, amigos, parece que el Teatro Nacional respira tranquilo (por ahora), pero la Biblioteca sigue en peligro. ¿Creen que el gobierno debería priorizar la seguridad de la Biblioteca Nacional antes que otros proyectos? ¿Será que necesitamos un cambio radical en la forma en que gestionamos el patrimonio cultural de nuestro país, o simplemente seguimos esperando a que pase una desgracia para movernos?