¡Ay, Dios mío! Se mandó otro temblorón, pero esta vez bien lejos, allá en el Paso Drake, entre Sudamérica y la Antártida. Un terremoto de 7.8 sacudió esas aguas gélidas, dejando a varios pensando si esto significa que nos van a tocar temblores acá también. Siempre andamos con el nervio a flor de piel con estos temas, pues ya saben cómo es nuestro suelo, siempre dando sustos.
Según los chavos del Centro Sismológico de Chile, el temblor se sintió a las cinco y media de la tarde chilena, eso son como las cuatro y media por acá. La onda es que ocurrió a unos 263 kilómetros al noroeste de la Base Presidente Frei, una base militar allá en la Isla Rey Jorge, casi hasta la punta del mundo. Imagínate, tremenda distancia y aún así da qué pensar.
Ahora, claro, los gringos del Servicio Geológico de Estados Unidos dicen que fue de 7.6, pero bueno, ya sabemos cómo son esos números, siempre cambian un poquito. Lo importante es que fue un temblor fuerte, ni modo de que no se note. La verdad es que esta zona es como un punto caliente sísmico, ahí chocan las placas sudamericana y antártica, y cuando se empujan… ¡bam!, se mueve la tierra. ¡Qué vara!
Y hablando de bases militares, resulta que la Base Presidente Frei es un centro importantísimo para la Fuerza Aérea Chilena. Tiene un aeropuerto que sirve para controlar el tráfico aéreo y hacer vuelos en la Antártida. Por suerte, parece que no hubo daños mayores reportados en la base, pero imagínate la bronca si algo hubiera pasado allá arriba, con tanto hielo y tanta lejanía. Por un momento me acordé de los problemas que tuvimos con el Volcán Popocatépetl, que loco como se puso ese brete.
Lo que preocupa es que este tipo de terremotos, aunque estén lejos, pueden mandar ondas sísmicas que se sienten hasta por acá. No es que vaya a haber un tsunami gigante, calmémonos un toque, pero sí puede que sintamos pequeños movimientos o vibraciones. Recordemos que estamos en una zona de actividad volcánica y sísmica constante, así que tenemos que estar preparados para cualquier eventualidad. Ya saben, tener nuestra mochila lista con agua, comida, linterna y esos chinos.
En otros países cercanos, especialmente en Filipinas, ya emitieron alertas de posible tsunami “destructivo”. Eso demuestra que este fenómeno es serio y que puede afectar zonas muy alejadas. Aunque por suerte para nosotros, Costa Rica no está directamente en la trayectoria de ningún tsunami significativo derivado de este terremoto, es bueno estar informados y tomar precauciones.
Más allá del susto momentáneo, este evento nos recuerda la importancia de fortalecer nuestros sistemas de alerta temprana y de educar a la población sobre cómo actuar en caso de emergencia. Tenemos que seguir invirtiendo en investigación sísmica y en mejorar la infraestructura para resistir los movimientos telúricos. Recuerden que el país entero se movilizó durante los temblores que vivimos hace unos años; demostramos que podemos organizarnos y ayudarnos mutuamente ante adversidades. Hay que mantener esa actitud, ser solidarios y apoyarnos los unos a los otros.
En fin, un temblorón lejano que nos hace reflexionar sobre la fuerza de la naturaleza y nuestra propia vulnerabilidad. Ahora les pregunto, chavos del foro: ¿Con cuánta frecuencia revisan su plan familiar de emergencias y qué medidas toman ustedes personalmente para protegerse en caso de un terremoto?
Según los chavos del Centro Sismológico de Chile, el temblor se sintió a las cinco y media de la tarde chilena, eso son como las cuatro y media por acá. La onda es que ocurrió a unos 263 kilómetros al noroeste de la Base Presidente Frei, una base militar allá en la Isla Rey Jorge, casi hasta la punta del mundo. Imagínate, tremenda distancia y aún así da qué pensar.
Ahora, claro, los gringos del Servicio Geológico de Estados Unidos dicen que fue de 7.6, pero bueno, ya sabemos cómo son esos números, siempre cambian un poquito. Lo importante es que fue un temblor fuerte, ni modo de que no se note. La verdad es que esta zona es como un punto caliente sísmico, ahí chocan las placas sudamericana y antártica, y cuando se empujan… ¡bam!, se mueve la tierra. ¡Qué vara!
Y hablando de bases militares, resulta que la Base Presidente Frei es un centro importantísimo para la Fuerza Aérea Chilena. Tiene un aeropuerto que sirve para controlar el tráfico aéreo y hacer vuelos en la Antártida. Por suerte, parece que no hubo daños mayores reportados en la base, pero imagínate la bronca si algo hubiera pasado allá arriba, con tanto hielo y tanta lejanía. Por un momento me acordé de los problemas que tuvimos con el Volcán Popocatépetl, que loco como se puso ese brete.
Lo que preocupa es que este tipo de terremotos, aunque estén lejos, pueden mandar ondas sísmicas que se sienten hasta por acá. No es que vaya a haber un tsunami gigante, calmémonos un toque, pero sí puede que sintamos pequeños movimientos o vibraciones. Recordemos que estamos en una zona de actividad volcánica y sísmica constante, así que tenemos que estar preparados para cualquier eventualidad. Ya saben, tener nuestra mochila lista con agua, comida, linterna y esos chinos.
En otros países cercanos, especialmente en Filipinas, ya emitieron alertas de posible tsunami “destructivo”. Eso demuestra que este fenómeno es serio y que puede afectar zonas muy alejadas. Aunque por suerte para nosotros, Costa Rica no está directamente en la trayectoria de ningún tsunami significativo derivado de este terremoto, es bueno estar informados y tomar precauciones.
Más allá del susto momentáneo, este evento nos recuerda la importancia de fortalecer nuestros sistemas de alerta temprana y de educar a la población sobre cómo actuar en caso de emergencia. Tenemos que seguir invirtiendo en investigación sísmica y en mejorar la infraestructura para resistir los movimientos telúricos. Recuerden que el país entero se movilizó durante los temblores que vivimos hace unos años; demostramos que podemos organizarnos y ayudarnos mutuamente ante adversidades. Hay que mantener esa actitud, ser solidarios y apoyarnos los unos a los otros.
En fin, un temblorón lejano que nos hace reflexionar sobre la fuerza de la naturaleza y nuestra propia vulnerabilidad. Ahora les pregunto, chavos del foro: ¿Con cuánta frecuencia revisan su plan familiar de emergencias y qué medidas toman ustedes personalmente para protegerse en caso de un terremoto?