¡Ay, Dios mío! Resulta que Costa Rica y Israel firmaron un Tratado de Libre Comercio (TLC). Sí, sí, ¡como si ya no tuviéramos suficientes papeleos por acá! Pero espérate, que esto podría ser más interesante de lo que parece. Se firmó el ocho de diciembre, dicen, y ahora le toca al Congreso darle luz verde. Ya veremos si este brete sale bien o si se va al traste.
Parece que nuestro ministro de Comercio Exterior, Manuel Tovar, está súper emocionado con esto. Dice que Israel no es cualquier socio, sino un líder mundial en innovación y tecnología. De hecho, recalca que tienen cosas que nosotros ni siquiera imaginamos. Vamos, imagínate qué cargada de tecnología debe tener ese país, aguantando ahí en medio del desierto.
Y ojo, porque según el ministro, esto no es solo por vender plátanos y café (aunque eso también estaría bueno, claro). Habla de oportunidades de inversión en alta tecnología, de impulsar la innovación, de digitalizar la economía... toda la onda. En otras palabras, quiere transformar Costa Rica en un centro tecnológico de vanguardia, como Silicon Valley, pero más tropical. Suena ambicioso, ¿eh?
Las estadísticas oficiales del Ministerio de Comercio Exterior muestran que el intercambio comercial entre ambos países ha sido modesto hasta ahora: unos 49 millones de dólares al año en promedio durante la última década, con un crecimiento anual del 8,7%. Nada despreciable, pero lejos de los números que el ministro promete. Así que hay que estar pendientes a ver si este TLC realmente da sus frutos o si es otra promesa vacía.
Pero la verdadera ‘chiva’, según Tovar, está en las tecnologías que Israel ha desarrollado para la agricultura. Imagínate, un país árido donde el agua es más valiosa que el oro, han logrado crear sistemas de riego por goteo y plantas que resisten la sequía. Eso, aquí en Costa Rica, donde a veces nos quejamos por unas gotitas de lluvia, podría revolucionar la producción agrícola. Podríamos exportar frutas y verduras a morir, ¡qué nivel!
Además, el TLC abre la puerta a la importación de productos kosher, esos alimentos especiales para la comunidad judía. No sé ustedes, pero yo creo que pronto veremos más restaurantes y supermercados ofreciendo comida kosher en Costa Rica. ¡Quién sabe, tal vez tengamos que aprender hebreo para pedir la soda! El ministro dice que este acuerdo les permitirá “avanzar en una trayectoria hacia convertirnos en una economía de servicios digitales más sofisticados; en software, ciberseguridad, servicios financieros, semiconductores y dispositivos médicos.”
En teoría, el TLC debería atraer inversiones extranjeras y crear empleos. Tovar sueña con que Costa Rica se convierta en una plataforma regional para empresas israelíes. Que vengan a instalarse por acá, a invertir en nuestros proyectos, a pagar impuestos… suena lindo en papel, pero habrá que ver cómo se traduce en la práctica. Porque ya sabemos cómo son estas cosas, a veces prometen la luna y luego te dejan con la mano vacía. Esperemos que esta vez sea diferente, que no nos jalen una torta.
Definitivamente, el TLC con Israel presenta oportunidades interesantes para Costa Rica, pero también desafíos significativos. ¿Crees que este tratado realmente transformará nuestra economía o será solo otro intento fallido de modernización? ¿Qué medidas deberían tomar el gobierno y el sector privado para aprovechar al máximo este acuerdo y evitar que se vaya al traste? ¡Déjanos tus opiniones en el foro!
Parece que nuestro ministro de Comercio Exterior, Manuel Tovar, está súper emocionado con esto. Dice que Israel no es cualquier socio, sino un líder mundial en innovación y tecnología. De hecho, recalca que tienen cosas que nosotros ni siquiera imaginamos. Vamos, imagínate qué cargada de tecnología debe tener ese país, aguantando ahí en medio del desierto.
Y ojo, porque según el ministro, esto no es solo por vender plátanos y café (aunque eso también estaría bueno, claro). Habla de oportunidades de inversión en alta tecnología, de impulsar la innovación, de digitalizar la economía... toda la onda. En otras palabras, quiere transformar Costa Rica en un centro tecnológico de vanguardia, como Silicon Valley, pero más tropical. Suena ambicioso, ¿eh?
Las estadísticas oficiales del Ministerio de Comercio Exterior muestran que el intercambio comercial entre ambos países ha sido modesto hasta ahora: unos 49 millones de dólares al año en promedio durante la última década, con un crecimiento anual del 8,7%. Nada despreciable, pero lejos de los números que el ministro promete. Así que hay que estar pendientes a ver si este TLC realmente da sus frutos o si es otra promesa vacía.
Pero la verdadera ‘chiva’, según Tovar, está en las tecnologías que Israel ha desarrollado para la agricultura. Imagínate, un país árido donde el agua es más valiosa que el oro, han logrado crear sistemas de riego por goteo y plantas que resisten la sequía. Eso, aquí en Costa Rica, donde a veces nos quejamos por unas gotitas de lluvia, podría revolucionar la producción agrícola. Podríamos exportar frutas y verduras a morir, ¡qué nivel!
Además, el TLC abre la puerta a la importación de productos kosher, esos alimentos especiales para la comunidad judía. No sé ustedes, pero yo creo que pronto veremos más restaurantes y supermercados ofreciendo comida kosher en Costa Rica. ¡Quién sabe, tal vez tengamos que aprender hebreo para pedir la soda! El ministro dice que este acuerdo les permitirá “avanzar en una trayectoria hacia convertirnos en una economía de servicios digitales más sofisticados; en software, ciberseguridad, servicios financieros, semiconductores y dispositivos médicos.”
En teoría, el TLC debería atraer inversiones extranjeras y crear empleos. Tovar sueña con que Costa Rica se convierta en una plataforma regional para empresas israelíes. Que vengan a instalarse por acá, a invertir en nuestros proyectos, a pagar impuestos… suena lindo en papel, pero habrá que ver cómo se traduce en la práctica. Porque ya sabemos cómo son estas cosas, a veces prometen la luna y luego te dejan con la mano vacía. Esperemos que esta vez sea diferente, que no nos jalen una torta.
Definitivamente, el TLC con Israel presenta oportunidades interesantes para Costa Rica, pero también desafíos significativos. ¿Crees que este tratado realmente transformará nuestra economía o será solo otro intento fallido de modernización? ¿Qué medidas deberían tomar el gobierno y el sector privado para aprovechar al máximo este acuerdo y evitar que se vaya al traste? ¡Déjanos tus opiniones en el foro!
