¡Qué pesar, pura gente! Arrancamos el Día de Navidad con una noticia que nos pone el alma fría. Un hombre de 43 años, identificado hasta ahora solamente como Juan, terminó perdiendo la vida en Playa Palo Seco de Parrita, víctima de las fuertes corrientes que estaban pegándose ahí. La cosa pinta fea cuando el mar se arma así, ¿eh?
Según nos cuentan desde la Cruz Roja, el incidente ocurrió alrededor de las 3:31 de la tarde. Parece ser que el señor estaba disfrutando del agua, tratando de refrescarse del calorazo que hacía, cuando de repente, una ola más grande lo agarró de sopetón y lo empezó a arrastrar hacia allá adentro. La fuerza del río, mándale fe, era tremenda.
El personal de la Cruz Roja llegó rapidito al llamado, pero cuando llegaron al lugar, lamentablemente ya era demasiado tarde. Lo encontraron ya sin pulso, con lo cual no había mucho que hacer. Hubieran llegado unos minutos antes, quién sabe... esto nunca más hubiera pasado. Es triste cómo a veces la suerte se va al traste así, sin previo aviso.
De inmediato, avisaron al Organismo de Investigación Judicial (OIJ), porque evidentemente, este caso ameritaba una investigación. Los judiciales tuvieron que levantar el cuerpo y llevarlo para hacerle la autopsia correspondiente y determinar exactamente qué pasó. Ya saben, protocolo. Pero bueno, esto no quita que la familia esté sufriendo un dolor inmenso, mándale bendiciones.
Ahora, hay que recalcar que estas playas del Pacífico Sur, especialmente durante la temporada lluviosa, pueden ser bastante peligrosas. Las corrientes son impredecibles y a veces te llevan directo al fondo del mar. Por eso, les decimos a todos los bañistas: ¡ojo abierto! No se metan al agua si no están seguros de poder nadar bien o si ven que el mar está bravo. Mejor prevenir que lamentar, ¿verdad?
Esta tragedia nos recuerda que debemos ser siempre precavidos cuando estemos cerca del agua, y también pensar en la seguridad de nuestros seres queridos. Muchos ticos aprovechan estos días festivos para ir a la playa, a relajarse y desconectarse del brete diario, pero a veces olvidamos que la naturaleza puede ser implacable. Uno cree que está pasando un buen rato y bam, la vida te da un susto de esos que no se te olvidan jamás.
Y hablando de Parrita, recordemos que hace poco tuvimos esa balacera horrible en la casa. Ahora esto… ¡Qué barbaridad! Siempre hay que estar pendientes de la seguridad en la zona, porque parece que últimamente la cosa se ha complicado bastante. Se rumora que hay bandas organizadas moviéndose por la zona, buscando territorio. Que miedo, diay.
En fin, una terrible noticia para empezar el año. Esperamos que las autoridades tomen cartas en el asunto y redoblen la vigilancia en nuestras costas. Pero me pregunto: ¿Cómo podemos mejorar la señalización y la educación pública sobre los riesgos de las corrientes marinas para evitar tragedias como esta en el futuro? ¿Será suficiente con colocar carteles o necesitamos programas educativos más sólidos para crear conciencia entre nuestros ciudadanos?
Según nos cuentan desde la Cruz Roja, el incidente ocurrió alrededor de las 3:31 de la tarde. Parece ser que el señor estaba disfrutando del agua, tratando de refrescarse del calorazo que hacía, cuando de repente, una ola más grande lo agarró de sopetón y lo empezó a arrastrar hacia allá adentro. La fuerza del río, mándale fe, era tremenda.
El personal de la Cruz Roja llegó rapidito al llamado, pero cuando llegaron al lugar, lamentablemente ya era demasiado tarde. Lo encontraron ya sin pulso, con lo cual no había mucho que hacer. Hubieran llegado unos minutos antes, quién sabe... esto nunca más hubiera pasado. Es triste cómo a veces la suerte se va al traste así, sin previo aviso.
De inmediato, avisaron al Organismo de Investigación Judicial (OIJ), porque evidentemente, este caso ameritaba una investigación. Los judiciales tuvieron que levantar el cuerpo y llevarlo para hacerle la autopsia correspondiente y determinar exactamente qué pasó. Ya saben, protocolo. Pero bueno, esto no quita que la familia esté sufriendo un dolor inmenso, mándale bendiciones.
Ahora, hay que recalcar que estas playas del Pacífico Sur, especialmente durante la temporada lluviosa, pueden ser bastante peligrosas. Las corrientes son impredecibles y a veces te llevan directo al fondo del mar. Por eso, les decimos a todos los bañistas: ¡ojo abierto! No se metan al agua si no están seguros de poder nadar bien o si ven que el mar está bravo. Mejor prevenir que lamentar, ¿verdad?
Esta tragedia nos recuerda que debemos ser siempre precavidos cuando estemos cerca del agua, y también pensar en la seguridad de nuestros seres queridos. Muchos ticos aprovechan estos días festivos para ir a la playa, a relajarse y desconectarse del brete diario, pero a veces olvidamos que la naturaleza puede ser implacable. Uno cree que está pasando un buen rato y bam, la vida te da un susto de esos que no se te olvidan jamás.
Y hablando de Parrita, recordemos que hace poco tuvimos esa balacera horrible en la casa. Ahora esto… ¡Qué barbaridad! Siempre hay que estar pendientes de la seguridad en la zona, porque parece que últimamente la cosa se ha complicado bastante. Se rumora que hay bandas organizadas moviéndose por la zona, buscando territorio. Que miedo, diay.
En fin, una terrible noticia para empezar el año. Esperamos que las autoridades tomen cartas en el asunto y redoblen la vigilancia en nuestras costas. Pero me pregunto: ¿Cómo podemos mejorar la señalización y la educación pública sobre los riesgos de las corrientes marinas para evitar tragedias como esta en el futuro? ¿Será suficiente con colocar carteles o necesitamos programas educativos más sólidos para crear conciencia entre nuestros ciudadanos?