¡Pero qué alboroto, maes! Se armó un lio tremendo con unas publicacions en algunos medios que decían que nuestras tarifas de luz iban a volar hacia arriba en 2026. Puro despiche, como diríamos acá. El Instituto Costarricense de Electricidad (ICE) tuvo que salir a aclarar la vaina porque la gente empezó a ponerse colorados pensando en cómo van a pagar las cuentas.
Resulta que el ICE presentó una solicitud de ajuste ordinario ante la ARESEP – pa' los que no estén muy familiarizados, la ARESEP es la encargada de regular las tarifas de servicios públicos – el 5 de septiembre. Esto es un trámite normal, compas, donde se evalúan los costos y gastos asociados al servicio eléctrico. Pero algunos sacaron conclusiones precipitadas y empezaron a sembrar pánico. ¡Qué sal!
El ICE fue bien claro: esos números que estaban circulando no significan automáticamente un aumento directo en las tarifas. Ni mucho menos los mismos valores que andaban dando vueltas. De hecho, señalan que, tomando en cuenta los ajustes tanto ordinarios como extraordinarios, se espera que las tarifas bajen, ¡sí señor!, alrededor de un 2.6% para el usuario final. Así que ya saben, pueden ir respirando tranquilo por ahora.
Este posible descuento es gracias a dos cositas: primero, ese ajuste ordinario que mencionamos antes; y segundo, un ajuste extraordinario por el Costo Variable de Generación (CVG). Este CVG, para que entiendan, tiene que ver con la información real de cómo se vende la energía en el Mercado Eléctrico Regional (MER) y cuánto combustible usamos para tener electricidad de respaldo. O sea, es algo técnico, pero importante para entender cómo se calcula todo eso.
Y hablando de información precisa, el ICE echó unas pullas – pa’ ponerlo suave – a los medios que hicieron la cobertura sin considerar el efecto del CVG. Dijeron que esto genera mucha confusión entre nosotros, los costarricenses, y recordaron que pasó algo parecido el año pasado con las tarifas de 2025. Al final, las proyecciones del ICE fueron correctas, así que les recomiendan checar bien la información antes de sacar conclusiones apresuradas. ¡Que no se jalen una torta, compas!
Pero la vaina no termina ahí, porque hay otros factores que nos pueden afectar, fuera del control del ICE. Por ejemplo, el llamado “efecto rebote” de la liquidación de BOT – que es un tecnicismo complicado, pero básicamente significa que tenemos que pagar más por contratos antiguos de generación de energía–. La ARESEP decidió acelerar este pago, y eso sí impacta en las tarifas. Además, seguimos sintiendo los estragos de El Niño, que nos obliga a importar y exportar energía, generando costos extra.
El ICE quiere dejar claro que es una institución transparente y cumple con su deber de informar a la ciudadanía. Saben, siempre tratan de darnos la información más clara y balanceada posible, para que no vayamos corriendo a comprar velas y linternas pensando que vamos a quedarnos a oscuras. Es que si uno se pone a pensar, que pasa si se va al traste toda la inversión en energías renovables, ¿no sería una verdadera carga?
Así que ya lo tienen, maes. Las tarifas eléctricas no van a subir, sino que podrían hasta bajar un poquito. Ahora me pregunto, considerando todos estos factores técnicos y económicos, ¿creen que el gobierno debería invertir más en educación para que entendamos mejor estas variables que afectan nuestro bolsillo diario, o prefieren seguir enfocándose en otras prioridades?
Resulta que el ICE presentó una solicitud de ajuste ordinario ante la ARESEP – pa' los que no estén muy familiarizados, la ARESEP es la encargada de regular las tarifas de servicios públicos – el 5 de septiembre. Esto es un trámite normal, compas, donde se evalúan los costos y gastos asociados al servicio eléctrico. Pero algunos sacaron conclusiones precipitadas y empezaron a sembrar pánico. ¡Qué sal!
El ICE fue bien claro: esos números que estaban circulando no significan automáticamente un aumento directo en las tarifas. Ni mucho menos los mismos valores que andaban dando vueltas. De hecho, señalan que, tomando en cuenta los ajustes tanto ordinarios como extraordinarios, se espera que las tarifas bajen, ¡sí señor!, alrededor de un 2.6% para el usuario final. Así que ya saben, pueden ir respirando tranquilo por ahora.
Este posible descuento es gracias a dos cositas: primero, ese ajuste ordinario que mencionamos antes; y segundo, un ajuste extraordinario por el Costo Variable de Generación (CVG). Este CVG, para que entiendan, tiene que ver con la información real de cómo se vende la energía en el Mercado Eléctrico Regional (MER) y cuánto combustible usamos para tener electricidad de respaldo. O sea, es algo técnico, pero importante para entender cómo se calcula todo eso.
Y hablando de información precisa, el ICE echó unas pullas – pa’ ponerlo suave – a los medios que hicieron la cobertura sin considerar el efecto del CVG. Dijeron que esto genera mucha confusión entre nosotros, los costarricenses, y recordaron que pasó algo parecido el año pasado con las tarifas de 2025. Al final, las proyecciones del ICE fueron correctas, así que les recomiendan checar bien la información antes de sacar conclusiones apresuradas. ¡Que no se jalen una torta, compas!
Pero la vaina no termina ahí, porque hay otros factores que nos pueden afectar, fuera del control del ICE. Por ejemplo, el llamado “efecto rebote” de la liquidación de BOT – que es un tecnicismo complicado, pero básicamente significa que tenemos que pagar más por contratos antiguos de generación de energía–. La ARESEP decidió acelerar este pago, y eso sí impacta en las tarifas. Además, seguimos sintiendo los estragos de El Niño, que nos obliga a importar y exportar energía, generando costos extra.
El ICE quiere dejar claro que es una institución transparente y cumple con su deber de informar a la ciudadanía. Saben, siempre tratan de darnos la información más clara y balanceada posible, para que no vayamos corriendo a comprar velas y linternas pensando que vamos a quedarnos a oscuras. Es que si uno se pone a pensar, que pasa si se va al traste toda la inversión en energías renovables, ¿no sería una verdadera carga?
Así que ya lo tienen, maes. Las tarifas eléctricas no van a subir, sino que podrían hasta bajar un poquito. Ahora me pregunto, considerando todos estos factores técnicos y económicos, ¿creen que el gobierno debería invertir más en educación para que entendamos mejor estas variables que afectan nuestro bolsillo diario, o prefieren seguir enfocándose en otras prioridades?