¡Aguante, pura vida! Después de meses de incertidumbre y bronca con esos aranceles que parecían no tener fin, llegó la tremenda noticia: Estados Unidos acaba de quitarle los gravámenes a un montón de productos agrícolas que salen de Costa Rica. Desde banano hasta café, pasando por piña, chayote y demás, parece que vamos a respirar tranquilos, aunque con la debida precaución, claro está. Ya saben cómo son las cosas, no hay que bajar la guardia.
Para refrescarles la memoria, toda esta movida empezó hace unos cuantos meses, allá por abril, cuando el Presidente Trump puso encima de la mesa aranceles recíprocos alegando temas de seguridad nacional y balanza comercial. ¡Qué bronca! Parecía que íbamos a irnos al traste con esto, porque afecta directamente a miles de familias campesinas y a la economía del país en general. Pero bueno, siempre hay luz al final del túnel, diay…
Lo que hizo Trump, básicamente, fue modificar la política comercial, imponiendo un arancel mínimo del 10%. Eso se fue complicando más con suplementos dependiendo de cada producto y país. Luego hubo una revisión parcial en septiembre, y ahora viene este giro inesperado que, sinceramente, nos deja con una sonrisa, pero también con el ojo avizor. Porque sabemos que las cosas cambian rápido, y tenemos que estar atentos a lo que pase.
Víctor Pérez, presidente de Cadexco, lo dijo clarito: “Esto trae un alivio temporal a nuestro sector agrícola, que a pesar de todos estos desafíos, no ha parado de exportar”. ¡Así somos nosotros, maes! Resistentes como el mango creole. Él recalcó que vamos a estar vigilantes para asegurarnos de que esta medida se mantenga estable y nos dé las ventajas competitivas necesarias para seguir ganando terreno en el mercado estadounidense. No podemos confiarnos, pero por hoy, ¡celebremos!
Oscar Arias Moreira, de la Cámara de Agricultura y Agroindustria, también festejó esta recuperación de condiciones comerciales. Dijo que esta decisión les da certeza jurídica y fortalece la confianza para seguir trabajando con Estados Unidos, nuestro principal socio comercial. ¡Qué alivio saber que hay respaldo en momentos así! No es broma, el sector agrícola es pilar fundamental de nuestra economía, generando miles de empleos directos e indirectos en las zonas rurales. Ese brete es importantísimo para mantener a muchas familias costarrincenses adelante.
Y ni hablar del sector bananero, que también recibió la noticia con euforia. Corbanas remarcó que es un gran respiro, especialmente después de los problemas climáticos que hemos tenido este año. Dice que esto nos permite consolidar nuestra posición como proveedores de calidad y confianza en Estados Unidos, y eso es algo que debemos cuidar como oro en paño. Ya saben, la reputación cuesta mucho construirla, pero muy poco perderla.
Pero esperen un momento... Aunque esto es una excelente noticia, no nos olvidemos de que las negociaciones bilaterales siguen abiertas para redefinir el marco de ingreso de nuestros productos a Norteamérica. Este alivio es temporal, no definitivo. Tenemos que seguir presionando para conseguir acuerdos beneficiosos a largo plazo que aseguren la sostenibilidad de nuestras exportaciones y la prosperidad de nuestros productores. Además, recordemos que esto viene enmarcado en la Ley de Poderes Económicos de Emergencia Internacional, así que podría haber giros inesperados en cualquier momento. ¡Manténganse alerta, gente!
En fin, una ola de optimismo recorre el sector agrícola costarricense, y con razón. Esta medida representa un impulso significativo para nuestras economías rurales y para la generación de empleo. Pero, ¿serán suficientes estas medidas temporales para garantizar la estabilidad y el crecimiento sostenible del sector a largo plazo, o necesitamos replantear estrategias y buscar nuevos mercados? ¿Cuál debería ser la siguiente jugada de Costa Rica para asegurar su futuro económico frente a los cambios constantes en el comercio internacional?
Para refrescarles la memoria, toda esta movida empezó hace unos cuantos meses, allá por abril, cuando el Presidente Trump puso encima de la mesa aranceles recíprocos alegando temas de seguridad nacional y balanza comercial. ¡Qué bronca! Parecía que íbamos a irnos al traste con esto, porque afecta directamente a miles de familias campesinas y a la economía del país en general. Pero bueno, siempre hay luz al final del túnel, diay…
Lo que hizo Trump, básicamente, fue modificar la política comercial, imponiendo un arancel mínimo del 10%. Eso se fue complicando más con suplementos dependiendo de cada producto y país. Luego hubo una revisión parcial en septiembre, y ahora viene este giro inesperado que, sinceramente, nos deja con una sonrisa, pero también con el ojo avizor. Porque sabemos que las cosas cambian rápido, y tenemos que estar atentos a lo que pase.
Víctor Pérez, presidente de Cadexco, lo dijo clarito: “Esto trae un alivio temporal a nuestro sector agrícola, que a pesar de todos estos desafíos, no ha parado de exportar”. ¡Así somos nosotros, maes! Resistentes como el mango creole. Él recalcó que vamos a estar vigilantes para asegurarnos de que esta medida se mantenga estable y nos dé las ventajas competitivas necesarias para seguir ganando terreno en el mercado estadounidense. No podemos confiarnos, pero por hoy, ¡celebremos!
Oscar Arias Moreira, de la Cámara de Agricultura y Agroindustria, también festejó esta recuperación de condiciones comerciales. Dijo que esta decisión les da certeza jurídica y fortalece la confianza para seguir trabajando con Estados Unidos, nuestro principal socio comercial. ¡Qué alivio saber que hay respaldo en momentos así! No es broma, el sector agrícola es pilar fundamental de nuestra economía, generando miles de empleos directos e indirectos en las zonas rurales. Ese brete es importantísimo para mantener a muchas familias costarrincenses adelante.
Y ni hablar del sector bananero, que también recibió la noticia con euforia. Corbanas remarcó que es un gran respiro, especialmente después de los problemas climáticos que hemos tenido este año. Dice que esto nos permite consolidar nuestra posición como proveedores de calidad y confianza en Estados Unidos, y eso es algo que debemos cuidar como oro en paño. Ya saben, la reputación cuesta mucho construirla, pero muy poco perderla.
Pero esperen un momento... Aunque esto es una excelente noticia, no nos olvidemos de que las negociaciones bilaterales siguen abiertas para redefinir el marco de ingreso de nuestros productos a Norteamérica. Este alivio es temporal, no definitivo. Tenemos que seguir presionando para conseguir acuerdos beneficiosos a largo plazo que aseguren la sostenibilidad de nuestras exportaciones y la prosperidad de nuestros productores. Además, recordemos que esto viene enmarcado en la Ley de Poderes Económicos de Emergencia Internacional, así que podría haber giros inesperados en cualquier momento. ¡Manténganse alerta, gente!
En fin, una ola de optimismo recorre el sector agrícola costarricense, y con razón. Esta medida representa un impulso significativo para nuestras economías rurales y para la generación de empleo. Pero, ¿serán suficientes estas medidas temporales para garantizar la estabilidad y el crecimiento sostenible del sector a largo plazo, o necesitamos replantear estrategias y buscar nuevos mercados? ¿Cuál debería ser la siguiente jugada de Costa Rica para asegurar su futuro económico frente a los cambios constantes en el comercio internacional?