¡Ay, Dios mío! Quién lo diría, mi gente. Octubre nos dio unos sustos de libro. La Red Sismológica Nacional (RSN-UCR) acaba de soltar las estadísticas y parece que la Tierra decidió estirarse un poquito por acá. No es broma, amigos, este mes ha sido el más movido en Costa Rica en… ¡quién sabe cuándo! Un verdadero tremorecito nacional, diay.
Si pensaban que julio de 2024 había sido feo, prepárense porque octubre lo dejó bien creído. Según los expertos, tuvimos 1.426 sismos registrados, una cifra que casi cuadriplica lo que vimos en septiembre. ¡Y eso es sin contar los que sentimos en carne propia! Parece que las placas tectónicas decidieron tener una rabieta colectiva, y nosotros estamos justo en medio.
Ahora, no todos fueron iguales, eh. El más fuerte, un buenazo de 6.1 grados de magnitud, sacudió las papilas gustativas en Quepos, allá en la costa Pacífica. Imagínense el corrillo que se armó. Afortunadamente, no hubo daños graves, pero así nomás, te pones alerta, ¿verdad? Por otro lado, el más chiquito andaba regalado, con tan solo 3.0, cerca de Frailes en Desamparados. Pero bueno, cada temblor cuenta, mae.
Lo curioso de todo esto es que no fue un solo tipo de temblor. Tenemos algunos que vienen de las fallas superficiales entre las placas Caribe y Panamá – esas que siempre andan dando lata –, y otros que tienen que ver con la subducción en el Pacífico. Como si el planeta quisiera demostrarnos que tiene mil maneras diferentes de hacer terremotos. ¡Un espectáculo, vamos!
El 5 de octubre, precisamente, fue el día que más temblorazos pegamos. 232 sismos en un solo día, ¡qué nivel! Me pregunto qué estaba pasando bajo nuestros pies para que la tierra se pusiera tan nerviosa. Algunos dicen que es el cambio climático, otros que es la influencia de Venus, pero la verdad, nadie lo sabe con certeza. Lo único seguro es que tenemos que estar preparados.
Los técnicos de la RSN recalcan que esta
	
		
			
		
		
	
				
			Si pensaban que julio de 2024 había sido feo, prepárense porque octubre lo dejó bien creído. Según los expertos, tuvimos 1.426 sismos registrados, una cifra que casi cuadriplica lo que vimos en septiembre. ¡Y eso es sin contar los que sentimos en carne propia! Parece que las placas tectónicas decidieron tener una rabieta colectiva, y nosotros estamos justo en medio.
Ahora, no todos fueron iguales, eh. El más fuerte, un buenazo de 6.1 grados de magnitud, sacudió las papilas gustativas en Quepos, allá en la costa Pacífica. Imagínense el corrillo que se armó. Afortunadamente, no hubo daños graves, pero así nomás, te pones alerta, ¿verdad? Por otro lado, el más chiquito andaba regalado, con tan solo 3.0, cerca de Frailes en Desamparados. Pero bueno, cada temblor cuenta, mae.
Lo curioso de todo esto es que no fue un solo tipo de temblor. Tenemos algunos que vienen de las fallas superficiales entre las placas Caribe y Panamá – esas que siempre andan dando lata –, y otros que tienen que ver con la subducción en el Pacífico. Como si el planeta quisiera demostrarnos que tiene mil maneras diferentes de hacer terremotos. ¡Un espectáculo, vamos!
El 5 de octubre, precisamente, fue el día que más temblorazos pegamos. 232 sismos en un solo día, ¡qué nivel! Me pregunto qué estaba pasando bajo nuestros pies para que la tierra se pusiera tan nerviosa. Algunos dicen que es el cambio climático, otros que es la influencia de Venus, pero la verdad, nadie lo sabe con certeza. Lo único seguro es que tenemos que estar preparados.
Los técnicos de la RSN recalcan que esta