¡Ay, pata negra! El turismo en Costa Rica le dio un respingo en octubre, eso sí, pa' sacarnos de un apuro momentáneo. Pero ni pedo, la cosa sigue fea y el sector entero sigue con la mosca detrás de la oreja. Parece que estamos dando palazos contra un muro, buscando cómo levantar cabeza después de este batacote.
Según el ICT, llegaron 129 mil turistas por avión en octubre, un 5.9% más que hace un año. Suena lindo, ¿verdad? Pues no tanto, porque si nos ponemos a ver el panorama completo, ¡qué torta! En los primeros diez meses de 2025, hemos tenido una caída del 1.6% en la llegada de visitantes aéreos. Eso, mis amigos, no es ninguna celebración, sino una señal de que tenemos que ponerle pausa y replantearnos varias cosas.
José Martí, el jefe de la Cámara Nacional de Turismo, lo dijo clarito: “Pegamos un frenazo porque la relación producto precio ya no da pa’ más. Perdimos la competitividad, ¡y vaya que se siente!”. Y no es pa’ menos, el dólar se ha ido a pasear por abajo de los 500 colones, la cifra más baja en 17 años. Esto significa que, pa’ los extranjeros, visitar Costa Rica está resultando cada vez más caro, y eso no es bueno para nadie. Imagínate, hasta el vecino panameño se piensa dos veces antes de venir a gastar sus dólares acá.
El asunto es complicado, porque mientras nosotros intentamos mantener precios atractivos, otros destinos están ofreciendo paquetes más económicos y experiencias similares. Además, la competencia internacional se ha puesto bien brava, todos quieren quedarse un pedazo de la tarta turística. Nos toca sudar la blanqueta y buscar nuevas estrategias para atraer visitantes sin comprometer la calidad de nuestros servicios. Ya no basta con decir 'pura vida', necesitamos demostrarlo con hechos.
Muchos analistas señalan que la falta de inversión en infraestructura turística también está jugando un papel importante en esta crisis. Carreteras en mal estado, aeropuertos saturados y hoteles anticuados... todo esto resta atractivo a nuestro país. Necesitamos modernizar nuestras instalaciones y mejorar la conectividad para facilitar la experiencia del turista. Y ojo, que no hablo de construir rascacielos, sino de invertir en mantenimiento y mejoras estratégicas.
Otro factor clave es la promoción turística. Tenemos que salir a relucir las bellezas naturales de Costa Rica, nuestra cultura rica y nuestra gente amable. Pero no basta con hacer campañas publicitarias aburridas, necesitamos innovar y llegar a nuevos mercados. Por ejemplo, podríamos enfocarnos en el turismo sostenible y ecoturístico, que son tendencias cada vez más populares entre los viajeros conscientes.
Además, no podemos ignorar el impacto del cambio climático en nuestro sector. Eventos climáticos extremos, como sequías e inundaciones, pueden afectar gravemente la infraestructura turística y desalentar a los visitantes. Es fundamental implementar medidas de adaptación y mitigación para proteger nuestro patrimonio natural y garantizar la sostenibilidad del turismo a largo plazo. Un buen brete este, diay.
En fin, el sector turístico costarricense enfrenta un desafío importante, pero no es momento de echarnos la espina dorsal. Tenemos potencial, tenemos talento y tenemos ganas de trabajar duro. Pero, ¿cómo crees tú que podemos recuperar la competitividad y volver a atraer a los turistas? ¿Deberíamos apostar por nichos de mercado específicos, como el turismo de aventura o el turismo gastronómico? ¿O deberíamos enfocarnos en mejorar la calidad de nuestros servicios y reducir los costos operativos?
Según el ICT, llegaron 129 mil turistas por avión en octubre, un 5.9% más que hace un año. Suena lindo, ¿verdad? Pues no tanto, porque si nos ponemos a ver el panorama completo, ¡qué torta! En los primeros diez meses de 2025, hemos tenido una caída del 1.6% en la llegada de visitantes aéreos. Eso, mis amigos, no es ninguna celebración, sino una señal de que tenemos que ponerle pausa y replantearnos varias cosas.
José Martí, el jefe de la Cámara Nacional de Turismo, lo dijo clarito: “Pegamos un frenazo porque la relación producto precio ya no da pa’ más. Perdimos la competitividad, ¡y vaya que se siente!”. Y no es pa’ menos, el dólar se ha ido a pasear por abajo de los 500 colones, la cifra más baja en 17 años. Esto significa que, pa’ los extranjeros, visitar Costa Rica está resultando cada vez más caro, y eso no es bueno para nadie. Imagínate, hasta el vecino panameño se piensa dos veces antes de venir a gastar sus dólares acá.
El asunto es complicado, porque mientras nosotros intentamos mantener precios atractivos, otros destinos están ofreciendo paquetes más económicos y experiencias similares. Además, la competencia internacional se ha puesto bien brava, todos quieren quedarse un pedazo de la tarta turística. Nos toca sudar la blanqueta y buscar nuevas estrategias para atraer visitantes sin comprometer la calidad de nuestros servicios. Ya no basta con decir 'pura vida', necesitamos demostrarlo con hechos.
Muchos analistas señalan que la falta de inversión en infraestructura turística también está jugando un papel importante en esta crisis. Carreteras en mal estado, aeropuertos saturados y hoteles anticuados... todo esto resta atractivo a nuestro país. Necesitamos modernizar nuestras instalaciones y mejorar la conectividad para facilitar la experiencia del turista. Y ojo, que no hablo de construir rascacielos, sino de invertir en mantenimiento y mejoras estratégicas.
Otro factor clave es la promoción turística. Tenemos que salir a relucir las bellezas naturales de Costa Rica, nuestra cultura rica y nuestra gente amable. Pero no basta con hacer campañas publicitarias aburridas, necesitamos innovar y llegar a nuevos mercados. Por ejemplo, podríamos enfocarnos en el turismo sostenible y ecoturístico, que son tendencias cada vez más populares entre los viajeros conscientes.
Además, no podemos ignorar el impacto del cambio climático en nuestro sector. Eventos climáticos extremos, como sequías e inundaciones, pueden afectar gravemente la infraestructura turística y desalentar a los visitantes. Es fundamental implementar medidas de adaptación y mitigación para proteger nuestro patrimonio natural y garantizar la sostenibilidad del turismo a largo plazo. Un buen brete este, diay.
En fin, el sector turístico costarricense enfrenta un desafío importante, pero no es momento de echarnos la espina dorsal. Tenemos potencial, tenemos talento y tenemos ganas de trabajar duro. Pero, ¿cómo crees tú que podemos recuperar la competitividad y volver a atraer a los turistas? ¿Deberíamos apostar por nichos de mercado específicos, como el turismo de aventura o el turismo gastronómico? ¿O deberíamos enfocarnos en mejorar la calidad de nuestros servicios y reducir los costos operativos?
