Transilvano
Dále camino
Un musulmán en Limón toma un taxi y le dice al chofer:
—Señor, por favor apague el radio, ya que mi religión me prohíbe escuchar música, porque en el tiempo del profeta no había ni música, ni radio.
El caribeño, medio lo mira con tremenda rabia y apaga el radio. Prende un cigarrillo, y el musulmán, le toca el hombro:
—Señor, por favor apague el cigarrillo, mi religión no tiene vicios, ya que el profeta no tenía ningún vicio.
El limonense, bien bravo detiene el carro, se baja y abre la puerta del pasajero... El musulmán, intrigado, le pregunta:
—¿Qué hace usted?
—Mirá cara e culo, en el tiempo de tu profeta no habían taxis, así que te bajas de este taxi y esperás un puto camello!!
—Señor, por favor apague el radio, ya que mi religión me prohíbe escuchar música, porque en el tiempo del profeta no había ni música, ni radio.
El caribeño, medio lo mira con tremenda rabia y apaga el radio. Prende un cigarrillo, y el musulmán, le toca el hombro:
—Señor, por favor apague el cigarrillo, mi religión no tiene vicios, ya que el profeta no tenía ningún vicio.
El limonense, bien bravo detiene el carro, se baja y abre la puerta del pasajero... El musulmán, intrigado, le pregunta:
—¿Qué hace usted?
—Mirá cara e culo, en el tiempo de tu profeta no habían taxis, así que te bajas de este taxi y esperás un puto camello!!