¡Aguante, pura vida! La atleta costarricense Andrea Agüero se coronó campeona mundial en los Adaptive CrossFit Games 2025, categoría Visual. Una hazaña que nos llena de orgullo y demuestra que con garra y corazón, podemos mover montañas, ¡hasta con los ojos vendados!
Para los que no estén muy pejos en esto del CrossFit adaptado, la categoría Visual es de las más complicadas. Imagínate, tienes que hacer pruebas físicas extremas… ¡sin ver absolutamente nada! Dependes totalmente de un guía, y en el caso de Andrea, de su esposo, quien se convirtió en sus ojos y su motor durante toda la competencia.
Andrea viene picando piedra en el CrossFit convencional ya varios años, enfrentándose a atletas sin discapacidad. Aquí en Costa Rica, la verdad, aún no hay muchas competencias adaptadas, así que ella siempre ha tenido que salir a darlo todo en igualdad de condiciones. Eso sí habla del coraje y la dedicación que le pone a cada entrenamiento, ¿eh?
Pero la historia de Andrea va más allá de su talento atlético. Ella convive con Stargardt y Retinosis Pigmentaria, dos enfermedades genéticas que le han afectado la visión central y periférica. Reconoce que le cuesta identificar distancias, rostros e incluso distinguir colores. Pero lejos de dejarse vencer por estas limitaciones, las ha convertido en combustible para superarse.
“Entrenar con los ojos vendados fue como empezar de cero otra vez,” nos contó Agüero en entrevista exclusiva para el Foro de Costa Rica. “Me dio miedo, me sentí insegura, pero confié al máximo en mi esposo. Él es increíble, sin su apoyo, este campeonato era imposible.” Su esposo, Luis, ha sido su pilar fundamental, guiándola con precisión y brindándole el ánimo necesario para enfrentar cada desafío.
Y ahí radica la verdadera magia de esta victoria: no solo es el reconocimiento a la capacidad física de Andrea, sino también a la fuerza de la unión familiar y el poder del deporte inclusivo. Es un mensaje claro: el deporte no tiene barreras, ni límites, y todos merecemos la oportunidad de demostrar de qué estamos hechos.
Este triunfo de Andrea Agüero no solamente impulsa el nombre de Costa Rica en escenarios internacionales, sino que además abre la puerta a nuevas oportunidades y visibiliza el potencial de los atletas con discapacidad. Esperamos que este logro sirva de inspiración para que se creen más espacios inclusivos en nuestro país, donde todos puedan practicar deporte sin importar sus capacidades.
¡Andrea, pura bendición! Tu ejemplo nos demuestra que con esfuerzo, perseverancia y un poquito de fe, podemos lograr cualquier cosa que nos propongamos. Ahora, díganos queridos lectores, ¿qué impacto cree usted que tendrá esta victoria en la promoción del deporte adaptado en Costa Rica y cómo podemos contribuir a crear una sociedad más inclusiva?
Para los que no estén muy pejos en esto del CrossFit adaptado, la categoría Visual es de las más complicadas. Imagínate, tienes que hacer pruebas físicas extremas… ¡sin ver absolutamente nada! Dependes totalmente de un guía, y en el caso de Andrea, de su esposo, quien se convirtió en sus ojos y su motor durante toda la competencia.
Andrea viene picando piedra en el CrossFit convencional ya varios años, enfrentándose a atletas sin discapacidad. Aquí en Costa Rica, la verdad, aún no hay muchas competencias adaptadas, así que ella siempre ha tenido que salir a darlo todo en igualdad de condiciones. Eso sí habla del coraje y la dedicación que le pone a cada entrenamiento, ¿eh?
Pero la historia de Andrea va más allá de su talento atlético. Ella convive con Stargardt y Retinosis Pigmentaria, dos enfermedades genéticas que le han afectado la visión central y periférica. Reconoce que le cuesta identificar distancias, rostros e incluso distinguir colores. Pero lejos de dejarse vencer por estas limitaciones, las ha convertido en combustible para superarse.
“Entrenar con los ojos vendados fue como empezar de cero otra vez,” nos contó Agüero en entrevista exclusiva para el Foro de Costa Rica. “Me dio miedo, me sentí insegura, pero confié al máximo en mi esposo. Él es increíble, sin su apoyo, este campeonato era imposible.” Su esposo, Luis, ha sido su pilar fundamental, guiándola con precisión y brindándole el ánimo necesario para enfrentar cada desafío.
Y ahí radica la verdadera magia de esta victoria: no solo es el reconocimiento a la capacidad física de Andrea, sino también a la fuerza de la unión familiar y el poder del deporte inclusivo. Es un mensaje claro: el deporte no tiene barreras, ni límites, y todos merecemos la oportunidad de demostrar de qué estamos hechos.
Este triunfo de Andrea Agüero no solamente impulsa el nombre de Costa Rica en escenarios internacionales, sino que además abre la puerta a nuevas oportunidades y visibiliza el potencial de los atletas con discapacidad. Esperamos que este logro sirva de inspiración para que se creen más espacios inclusivos en nuestro país, donde todos puedan practicar deporte sin importar sus capacidades.
¡Andrea, pura bendición! Tu ejemplo nos demuestra que con esfuerzo, perseverancia y un poquito de fe, podemos lograr cualquier cosa que nos propongamos. Ahora, díganos queridos lectores, ¿qué impacto cree usted que tendrá esta victoria en la promoción del deporte adaptado en Costa Rica y cómo podemos contribuir a crear una sociedad más inclusiva?