La historia de la Finca Biamonte (12 hectáreas) se remonta a varias décadas atrás, cuando su fundador, el italiano Roque Biamonte, compró la finca para iniciar la producción de leche y otras actividades alternativas. Actualmente es dirigida por un nieto de don Roque, el señor Alejandro Biamonte, y su esposa Adriana Miranda. La finca se dedica principalmente a las cabras, aunque tamibén hay plantas medicinales, vacas, caballos, conejos, gallinas y otros.
Con la leche de las cabras se elaboran diversos tipos de quesos orgánicos gourmet, fabricados a base de recetas tradicionales europeas, incluyendo fetta, gouda, ricotta, crescenza y otros.
Biamonte produce 600 litros de leche de cabra por semana, para 100 kilogramos de queso. Este es el producto estrella. Con apenas 6 empleados, la empresa ofrece 7 tipos de queso, cumpliendo en un mercado especial.
El empleo de la leche de cabra como materia prima contribuye al bienestar general de quienes los consumen debido a sus propiedades medicinales y nutricionales. La leche de cabra no necesita ser homogeneizada y contiene niveles muy bajos de lactosa, el azúcar propio de la leche, por lo que puede resultar muy útil para personas intolerantes a la lactosa.
La grasa de la leche de cabra, es más digerible, que la de vaca, esta ventaja la convierte en una buena opción para niños, ancianos y personas que sufren trastornos gástricos, como digestiones pesadas y úlceras. Aporta proteínas de muy buena calidad, se destaca también su alto contenido e en calcio y vitamina D, sustancias esenciales para la formación de huesos que ayuda a prevenir la osteoporosis.
Con la leche de las cabras se elaboran diversos tipos de quesos orgánicos gourmet, fabricados a base de recetas tradicionales europeas, incluyendo fetta, gouda, ricotta, crescenza y otros.

Biamonte produce 600 litros de leche de cabra por semana, para 100 kilogramos de queso. Este es el producto estrella. Con apenas 6 empleados, la empresa ofrece 7 tipos de queso, cumpliendo en un mercado especial.
El empleo de la leche de cabra como materia prima contribuye al bienestar general de quienes los consumen debido a sus propiedades medicinales y nutricionales. La leche de cabra no necesita ser homogeneizada y contiene niveles muy bajos de lactosa, el azúcar propio de la leche, por lo que puede resultar muy útil para personas intolerantes a la lactosa.
La grasa de la leche de cabra, es más digerible, que la de vaca, esta ventaja la convierte en una buena opción para niños, ancianos y personas que sufren trastornos gástricos, como digestiones pesadas y úlceras. Aporta proteínas de muy buena calidad, se destaca también su alto contenido e en calcio y vitamina D, sustancias esenciales para la formación de huesos que ayuda a prevenir la osteoporosis.
