Maes, no sé si vieron la vara, pero hace unos días Comex y Procomer soltaron un estudio de esos que uno a veces ignora porque suenan a pura hablada de político, pero que esta vez trae un notición que vale la pena desmenuzar. Resulta que el régimen de Zonas Francas cumplió 35 años y, para celebrarlo, publicaron un informe que deja claro el peso que tienen en el país. Y mae, los números están a cachete. Hablamos de que esta movida genera más de 265,000 bretes, entre directos e indirectos. No es cualquier chunche, esa es una cantidad de gente que no juega.
¡Qué nivel los datos que soltaron! No es solo la cantidad de empleos, es el crecimiento sostenido del 11% anual. O sea, esta vara va para arriba y no parece que nada la frene. Pero aquí viene lo que de verdad me voló la cabeza: por cada dólar que el Estado les exonera, las Zonas Francas le devuelven al país $2.9 en beneficios. ¡Casi el triple! Esto es un derechazo directo a la mandíbula de los que siempre pasan diciendo que estas empresas solo vienen a llevarse la plata sin dejar nada. Diay, parece que el negocio es más que redondo para todos, y representa ya el 15% de todo lo que produce el país. ¡El 15% del PIB, maes!
Ahora, más allá de la plata, hay un par de detalles que son para aplaudir. ¡Qué tuanis ver que el empleo para mujeres en estas empresas llega al 45%! Y lo mejor es que no son solo puestos de entrada; el mismo informe dice que están ocupando puestos gerenciales y de liderazgo en áreas súper estratégicas como dispositivos médicos y servicios. Además, ¡qué carga ver que la cosa se está moviendo fuera del Valle Central! El estudio confirma que ya hay más de 100 empresas de Zona Franca operando fuera de la GAM, triplicando la cifra de hace 15 años. Se acabó el cuento de que toda la inversión se queda en Chepe y alrededores. Esto sí es llevar desarrollo a otras comunidades que lo necesitan un montón.
Pero bueno, no todo es color de rosa y hasta los de Azofras lo saben. Para que este motor siga caminando, ellos mismos pusieron las cartas sobre la mesa. Aquí es donde la cosa se pone interesante y empieza el verdadero debate. Están pidiendo a gritos que se apruebe el proyecto de jornadas 4-3, porque dicen que es clave para seguir compitiendo a nivel mundial. Además, señalan otros dolores de cabeza que ya todos conocemos: el tipo de cambio que nos tiene locos, los costos de la electricidad por las nubes, las cargas sociales, y la necesidad urgente de mejorar la infraestructura y, sobre todo, seguir preparando a nuestra gente con las habilidades que estas empresas buscan.
Entonces, el panorama está así: tenemos un modelo que, con números en mano, es un éxito rotundo. Genera brete de calidad (pagan casi el doble que el promedio del sector privado), atrae inversión, diversifica la economía y empieza a repartir el queque fuera de la GAM. Pero, para mantener el ritmo, necesita que el país se ponga las pilas con un montón de pendientes que llevamos años arrastrando. Es como tener un carro de Fórmula 1, pero corriendo en una calle llena de huecos. El carro es un carga, pero necesita una buena pista para no despedazarse. La pregunta es si como país estamos dispuestos a arreglar esa pista.
Maes, viendo todo este panorama, ¿qué piensan ustedes? ¿Son las Zonas Francas la bala de plata para el desarrollo del país, o hay que ponerles más el ojo para que el derrame sea de verdad para todos? Y sobre todo, ¿le entramos a la vara de las jornadas 4-3 y los otros cambios que piden para que esto siga creciendo, o es ceder demasiado?
¡Qué nivel los datos que soltaron! No es solo la cantidad de empleos, es el crecimiento sostenido del 11% anual. O sea, esta vara va para arriba y no parece que nada la frene. Pero aquí viene lo que de verdad me voló la cabeza: por cada dólar que el Estado les exonera, las Zonas Francas le devuelven al país $2.9 en beneficios. ¡Casi el triple! Esto es un derechazo directo a la mandíbula de los que siempre pasan diciendo que estas empresas solo vienen a llevarse la plata sin dejar nada. Diay, parece que el negocio es más que redondo para todos, y representa ya el 15% de todo lo que produce el país. ¡El 15% del PIB, maes!
Ahora, más allá de la plata, hay un par de detalles que son para aplaudir. ¡Qué tuanis ver que el empleo para mujeres en estas empresas llega al 45%! Y lo mejor es que no son solo puestos de entrada; el mismo informe dice que están ocupando puestos gerenciales y de liderazgo en áreas súper estratégicas como dispositivos médicos y servicios. Además, ¡qué carga ver que la cosa se está moviendo fuera del Valle Central! El estudio confirma que ya hay más de 100 empresas de Zona Franca operando fuera de la GAM, triplicando la cifra de hace 15 años. Se acabó el cuento de que toda la inversión se queda en Chepe y alrededores. Esto sí es llevar desarrollo a otras comunidades que lo necesitan un montón.
Pero bueno, no todo es color de rosa y hasta los de Azofras lo saben. Para que este motor siga caminando, ellos mismos pusieron las cartas sobre la mesa. Aquí es donde la cosa se pone interesante y empieza el verdadero debate. Están pidiendo a gritos que se apruebe el proyecto de jornadas 4-3, porque dicen que es clave para seguir compitiendo a nivel mundial. Además, señalan otros dolores de cabeza que ya todos conocemos: el tipo de cambio que nos tiene locos, los costos de la electricidad por las nubes, las cargas sociales, y la necesidad urgente de mejorar la infraestructura y, sobre todo, seguir preparando a nuestra gente con las habilidades que estas empresas buscan.
Entonces, el panorama está así: tenemos un modelo que, con números en mano, es un éxito rotundo. Genera brete de calidad (pagan casi el doble que el promedio del sector privado), atrae inversión, diversifica la economía y empieza a repartir el queque fuera de la GAM. Pero, para mantener el ritmo, necesita que el país se ponga las pilas con un montón de pendientes que llevamos años arrastrando. Es como tener un carro de Fórmula 1, pero corriendo en una calle llena de huecos. El carro es un carga, pero necesita una buena pista para no despedazarse. La pregunta es si como país estamos dispuestos a arreglar esa pista.
Maes, viendo todo este panorama, ¿qué piensan ustedes? ¿Son las Zonas Francas la bala de plata para el desarrollo del país, o hay que ponerles más el ojo para que el derrame sea de verdad para todos? Y sobre todo, ¿le entramos a la vara de las jornadas 4-3 y los otros cambios que piden para que esto siga creciendo, o es ceder demasiado?