Yo fui a ver qué era la cosa. Tomando en cuenta que sí es masajista profesional además de, bueno, sí ser una rica, pedí la cita pensando que toda la habladera de su estado mental venía con el territorio de los que le entran a filosofías orientales (pero igual siguen siendo gente con plata que pretenden seguir a yoginis que de verdad no tienen posesiones y la vara), pero...
Qué va. Llego, está cerrado, mando mensaje. No hay timbre por fuera, solo un montón de cámaras que ni sé si están conectadas. Espero media hora, dándole chance. Nada. Apenas jalo, ya en el Uber me llega una respuesta de que tuvo un "problema técnico", que es exactamente el tipo de mentira mala que yo me echaría, entonces fijo estaba poniendo cuidado a la cámara (o ventana) a ver cuándo me iba.
Me devolvió los 10 mil que hay que depositarle para agendar la cita (tras de eso), ¿pero quién me paga el ride? Qué va, hubiera puesto atención aquí. No vale la pena ir a probar. 0/10