Después de levantar la tan ansiada copa de la Copa Centroamericana, dejando atrás años de sufrimiento y llena la vitrina de trofeos, Óscar Ramírez, el profe, parece que no se le mueve ni una pestaña. El manudo, conocido por su carácter explosivo, se mostró tranquilito, dando señales de que todavía hay brete por hacer y que este campeonato es solamente el comienzo de una temporada que promete rifatones.
Y es que, como bien saben los que seguimos el fútbol tico hasta la médula, Alajuelense llegó a esta victoria con mucho huevo, remontando situaciones complicadas y demostrando que tienen la casta para competir a alto nivel. Ahora, con la confianza a tope, miran hacia adelante, concentrados en la fase final del torneo nacional donde sueñan con la número 31, esa que tanto anhela la afición roja y blanca.
Ramírez, hablando con los reporteros después del partido, dejó claro que no se van a dormir en los laureles. "Tenemos varios muchachos al máximo nivel, dieguitos, pero tenemos que cuidarlos, las cargas se acumulan", comentó el estratega. Agregó que se enfocarán en cerrar bien la fase regular contra San Carlos este sábado, un partido crucial para afianzar su posición de líderes y preparar el terreno para las semifinales.
La verdad, viendo la actitud del profe, da gusto. No hay empalagosa, ni autosatisfacción. Él sabe que el fútbol es así, que siempre hay nuevos retos y que el camino a la gloria es largo y lleno de obstáculos. Además, recordemos que la última vez que Alajuelense levantó la copa fue en 2020, ¡hace bastante! La gente está ansiosa, quemándose por ver al León rugir de nuevo en casa.
Ahora, los jugadores deberán demostrar que pueden mantener ese nivel de juego que los llevó a conquistar Centroamérica. La presión va a ser alta, porque la afición exigirá resultados y no aceptará menos que la victoria. Pero si logran mantenerse concentrados, trabajar duro y creer en sí mismos, creo que tienen todo para llegar hasta la final y pelear por el título nacional. El calendario pinta complicado, pero con el plantel que tienen y la experiencia de Ramírez, estoy seguro de que podrán superarlo.
Muchos analistas deportivos señalan que la clave del éxito de Alajuelense reside en su solidez defensiva y en la capacidad de sus delanteros para definir los partidos. Pero yo creo que lo más importante es el espíritu de lucha que han demostrado en cada encuentro, esa garra que caracteriza a los equipos verdaderamente grandes. Además, se nota que Ramírez ha sabido inculcarles un sentido de pertenencia y un compromiso inquebrantable con la camiseta.
En cuanto a los posibles rivales en las semifinales, habrá que esperar a ver cómo se definen los cruces. Herediano, Saprissa y Carmelita son los otros equipos que aún están con vida en el torneo, y todos ellos representan una amenaza seria para Alajuelense. Pero los manudos no se asustan fácil, y están listos para enfrentar cualquier desafío que se les presente. Porque al fin de cuentas, como dice el dicho, "cuando uno quiere, puede".
Entonces, mi pana, dime tú: ¿Crees que Alajuelense tiene lo suficiente para alcanzar la 31ava estrella y silenciar a todos los críticos, o la ansiedad podría jugarle una mala pasada en la fase final del torneo?
Y es que, como bien saben los que seguimos el fútbol tico hasta la médula, Alajuelense llegó a esta victoria con mucho huevo, remontando situaciones complicadas y demostrando que tienen la casta para competir a alto nivel. Ahora, con la confianza a tope, miran hacia adelante, concentrados en la fase final del torneo nacional donde sueñan con la número 31, esa que tanto anhela la afición roja y blanca.
Ramírez, hablando con los reporteros después del partido, dejó claro que no se van a dormir en los laureles. "Tenemos varios muchachos al máximo nivel, dieguitos, pero tenemos que cuidarlos, las cargas se acumulan", comentó el estratega. Agregó que se enfocarán en cerrar bien la fase regular contra San Carlos este sábado, un partido crucial para afianzar su posición de líderes y preparar el terreno para las semifinales.
La verdad, viendo la actitud del profe, da gusto. No hay empalagosa, ni autosatisfacción. Él sabe que el fútbol es así, que siempre hay nuevos retos y que el camino a la gloria es largo y lleno de obstáculos. Además, recordemos que la última vez que Alajuelense levantó la copa fue en 2020, ¡hace bastante! La gente está ansiosa, quemándose por ver al León rugir de nuevo en casa.
Ahora, los jugadores deberán demostrar que pueden mantener ese nivel de juego que los llevó a conquistar Centroamérica. La presión va a ser alta, porque la afición exigirá resultados y no aceptará menos que la victoria. Pero si logran mantenerse concentrados, trabajar duro y creer en sí mismos, creo que tienen todo para llegar hasta la final y pelear por el título nacional. El calendario pinta complicado, pero con el plantel que tienen y la experiencia de Ramírez, estoy seguro de que podrán superarlo.
Muchos analistas deportivos señalan que la clave del éxito de Alajuelense reside en su solidez defensiva y en la capacidad de sus delanteros para definir los partidos. Pero yo creo que lo más importante es el espíritu de lucha que han demostrado en cada encuentro, esa garra que caracteriza a los equipos verdaderamente grandes. Además, se nota que Ramírez ha sabido inculcarles un sentido de pertenencia y un compromiso inquebrantable con la camiseta.
En cuanto a los posibles rivales en las semifinales, habrá que esperar a ver cómo se definen los cruces. Herediano, Saprissa y Carmelita son los otros equipos que aún están con vida en el torneo, y todos ellos representan una amenaza seria para Alajuelense. Pero los manudos no se asustan fácil, y están listos para enfrentar cualquier desafío que se les presente. Porque al fin de cuentas, como dice el dicho, "cuando uno quiere, puede".
Entonces, mi pana, dime tú: ¿Crees que Alajuelense tiene lo suficiente para alcanzar la 31ava estrella y silenciar a todos los críticos, o la ansiedad podría jugarle una mala pasada en la fase final del torneo?