¡Ay, Dios mío, qué movida! Parece que el dólar anda con más onda que Pitbull en Carnaval. En los últimos días, la cosa se puso rara, el billete verde ha ido perdiendo terreno como si estuviera corriendo de una abeja zumbadora. Hemos visto precios que no se veían desde hace casi dos décadas, y eso, mis amigos, da pa’ pensar… y pa’ rascarse la cabeza un buen rato.
El viernes pasado, día 5 de diciembre, el tipo de cambio dio un respingo y se estabilizó en ¢489,44, frenando la caída libre que había estado mostrando desde finales de noviembre. Pero ojo, porque en las ventanillas de los bancos, tanto los del gobierno como los privados, ya estás pudiendo comprar dólares por menos de ¢500. ¡Una locura total!
Luis Vargas, el economista de la UCR, nos soltó que esto que estamos viviendo es más raro que gallo despeinado. Normalmente, hacia finales de noviembre y principios de diciembre, el dólar sube, buscando recuperar terreno. Pero ahora, parece que viene acompañado de otro rollo: una avalancha de dólares que hace que el tipo de cambio baje. ¡Y eso sí que es inesperado, mi pana!
¿Pero por qué tanta plata verde circulando? Bueno, Vargas explica que las empresas transnacionales mandan sus dólares para pagar aguinaldos, un gasto anual que influye bastante en el mercado. Sumándole eso, también hay que pagar impuestos, lo que inyecta aún más divisas a la economía. Además, con la temporada alta del turismo a toda marcha desde el 1 de noviembre, la cosa se pone aún más interesante: turistas gastando, turistas comprando, y más dólares entrando al país. ¡Un festival de billetes verdes!
“Las presiones que hemos sentido en el mercado siguen presentes,” comentó Vargas, “pero no hemos visto una reacción contraria, ni un empujón de la demanda. La oferta de dólares sigue siendo la protagonista.” Esto, según él, no es nuevo, aunque la manera en que está pasando sí lo es. El panorama actual desafía las tendencias históricas, dejando a muchos expertos preguntándose qué pasará con la moneda nacional.
Luis Alvarado, analista económico y financiero de Grupo Financiero Acobo, nos recordó que esta bajada del tipo de cambio al final del año es un clásico tico. “Se viene presentando desde hace unos cuantos años,” nos dijo. Él cree que el aumento de las exportaciones es el factor principal detrás de esto, sumándole la inversión extranjera y la llegada de los turistas. Para Alvarado, no es ninguna sorpresa que el dólar baje en diciembre, y estima que, después de esta temporada, podría volver a acercarse a los ¢500 por dólar. ¡A ver si acierta!
Pero no todo es color de rosa. El Estado de la Nación nos tiró la bomba: esta depreciación del dólar, aunque parezca buena para algunos, podría estar quitándole ventaja a nuestro sector externo, que es el motor que impulsa la economía. Por un lado, abaratamos las compras desde afuera, lo cual reduce la inflación importada. Pero por otro lado, nuestros productos salen más caros en el extranjero, poniéndonos en desventaja frente a países como Chile, República Dominicana, México o Colombia. ¡Qué vaina, eh?
Ahora bien, mientras el sector exportador se rasca la cabeza preocupado, los importadores y aquellos que tienen deudas en dólares están celebrando. Pero la preocupación es palpable, especialmente en sectores clave como el turismo y las exportaciones. Canatur, la asociación de hoteles, Cadexco, la cámara de exportadores... todos están inquietos porque sus ingresos están en dólares, pero sus gastos en colones. De hecho, el 10 de diciembre tendrán una reunión con el Banco Central para discutir este fenómeno. Entonces, digo yo… ¿Estamos ante un cambio estructural en la economía, o simplemente es un baile pasajero del tipo de cambio? ¿Creen que el BCCR debería intervenir para proteger al sector exportador, o dejar que el mercado siga su curso? Déjenme saber sus opiniones en los comentarios, ¡quiero escuchar lo que piensan!”,
Si esta tendencia continúa, ¿cómo afectará la vida diaria de un tico promedio y qué medidas podrían tomarse para mitigar posibles consecuencias negativas?
El viernes pasado, día 5 de diciembre, el tipo de cambio dio un respingo y se estabilizó en ¢489,44, frenando la caída libre que había estado mostrando desde finales de noviembre. Pero ojo, porque en las ventanillas de los bancos, tanto los del gobierno como los privados, ya estás pudiendo comprar dólares por menos de ¢500. ¡Una locura total!
Luis Vargas, el economista de la UCR, nos soltó que esto que estamos viviendo es más raro que gallo despeinado. Normalmente, hacia finales de noviembre y principios de diciembre, el dólar sube, buscando recuperar terreno. Pero ahora, parece que viene acompañado de otro rollo: una avalancha de dólares que hace que el tipo de cambio baje. ¡Y eso sí que es inesperado, mi pana!
¿Pero por qué tanta plata verde circulando? Bueno, Vargas explica que las empresas transnacionales mandan sus dólares para pagar aguinaldos, un gasto anual que influye bastante en el mercado. Sumándole eso, también hay que pagar impuestos, lo que inyecta aún más divisas a la economía. Además, con la temporada alta del turismo a toda marcha desde el 1 de noviembre, la cosa se pone aún más interesante: turistas gastando, turistas comprando, y más dólares entrando al país. ¡Un festival de billetes verdes!
“Las presiones que hemos sentido en el mercado siguen presentes,” comentó Vargas, “pero no hemos visto una reacción contraria, ni un empujón de la demanda. La oferta de dólares sigue siendo la protagonista.” Esto, según él, no es nuevo, aunque la manera en que está pasando sí lo es. El panorama actual desafía las tendencias históricas, dejando a muchos expertos preguntándose qué pasará con la moneda nacional.
Luis Alvarado, analista económico y financiero de Grupo Financiero Acobo, nos recordó que esta bajada del tipo de cambio al final del año es un clásico tico. “Se viene presentando desde hace unos cuantos años,” nos dijo. Él cree que el aumento de las exportaciones es el factor principal detrás de esto, sumándole la inversión extranjera y la llegada de los turistas. Para Alvarado, no es ninguna sorpresa que el dólar baje en diciembre, y estima que, después de esta temporada, podría volver a acercarse a los ¢500 por dólar. ¡A ver si acierta!
Pero no todo es color de rosa. El Estado de la Nación nos tiró la bomba: esta depreciación del dólar, aunque parezca buena para algunos, podría estar quitándole ventaja a nuestro sector externo, que es el motor que impulsa la economía. Por un lado, abaratamos las compras desde afuera, lo cual reduce la inflación importada. Pero por otro lado, nuestros productos salen más caros en el extranjero, poniéndonos en desventaja frente a países como Chile, República Dominicana, México o Colombia. ¡Qué vaina, eh?
Ahora bien, mientras el sector exportador se rasca la cabeza preocupado, los importadores y aquellos que tienen deudas en dólares están celebrando. Pero la preocupación es palpable, especialmente en sectores clave como el turismo y las exportaciones. Canatur, la asociación de hoteles, Cadexco, la cámara de exportadores... todos están inquietos porque sus ingresos están en dólares, pero sus gastos en colones. De hecho, el 10 de diciembre tendrán una reunión con el Banco Central para discutir este fenómeno. Entonces, digo yo… ¿Estamos ante un cambio estructural en la economía, o simplemente es un baile pasajero del tipo de cambio? ¿Creen que el BCCR debería intervenir para proteger al sector exportador, o dejar que el mercado siga su curso? Déjenme saber sus opiniones en los comentarios, ¡quiero escuchar lo que piensan!”,
Si esta tendencia continúa, ¿cómo afectará la vida diaria de un tico promedio y qué medidas podrían tomarse para mitigar posibles consecuencias negativas?
