¡Ay, Dios mío! Con las vacaciones de diciembre ya echándose andar y todos listos para meterle pata al agua, el Sistema Nacional de Áreas de Conservación (SINAC) y el Ministerio de Ambiente nos están poniendo el dedo en la frente. Resulta que hay reportes de cocodrilos dando vueltas por ríos y pozas, ¡y eso sí que puede arruinar el piquete!
La verdad, no es la primera vez que pasa esto, pero parece que este año los bichos andan más activos de lo normal. Según los expertos, la época seca los obliga a buscar fuentes de agua más pequeñas, lo cual aumenta la probabilidad de que se topen con nosotros, los humanos, buscando refrescarnos un poquito.
Y claro, pues, las autoridades no se andan con rodeos: “Antes de meterse al agua, consulten con los vecinos”, dicen. ¡Qué más sensato! Si Don Lolo de la esquina te dice que ha visto un caimán de esos grandotes cerca del puente, mejor buscas otra poza, ¿verdad?
Además, obviamente, no darle de comer, ¡por favor! Ya saben cómo son algunas personas, quieren hacerse los héroes tratando de alimentar a los cocodrilos, ¡qué despiche! Eso solo los acostumbra a acercarse a la gente y crea problemas a futuro. Si le das de comer una vez, creen que siempre van a tener comida gratis.
Otro consejo importantísimo: ni loco intentes tocarlo, agarrarlo o acercarte a sus nidos. ¡Son animales salvajes, señor! No tienen la culpa de querer vivir tranquilos en su territorio, pero tampoco queremos encontrarnos con uno en la cara mientras nos damos un chapuzón. Mejor respeto mutuo, diay.
También, ojo con la señalización. En muchos lugares ahora ponen carteles advirtiendo de la presencia de cocodrilos, y aunque algunos los ignoramos pensando que son pura formalidad, créeme, es mejor prestarles atención. Más vale prevenir que lamentar, ¿no?
Si te encuentras con uno, ¡mantén la calma y la distancia! No corras gritando como si fuera el Apocalipsis, porque eso solo va a asustarlo y podría hacer que reaccione. Observa desde lejos, toma unas fotos si quieres para presumirle a tus amigos, pero mantén un buen margen de seguridad y avisa a las autoridades lo antes posible. Así ellos pueden tomar cartas en el asunto y evitar que nadie termine convertido en almuerzo de cocodrilo.
En fin, que aprovechemos estas vacaciones, pero con precaución. El país es bello, lleno de ríos y cascadas donde disfrutar, pero también es hogar de criaturas increíbles como los cocodrilos. Entonces, mi pregunta para ustedes es: ¿Han tenido alguna experiencia cercana con algún cocodrilo en Costa Rica? ¿Cómo reaccionaron y qué aprendieron de ese encuentro?
La verdad, no es la primera vez que pasa esto, pero parece que este año los bichos andan más activos de lo normal. Según los expertos, la época seca los obliga a buscar fuentes de agua más pequeñas, lo cual aumenta la probabilidad de que se topen con nosotros, los humanos, buscando refrescarnos un poquito.
Y claro, pues, las autoridades no se andan con rodeos: “Antes de meterse al agua, consulten con los vecinos”, dicen. ¡Qué más sensato! Si Don Lolo de la esquina te dice que ha visto un caimán de esos grandotes cerca del puente, mejor buscas otra poza, ¿verdad?
Además, obviamente, no darle de comer, ¡por favor! Ya saben cómo son algunas personas, quieren hacerse los héroes tratando de alimentar a los cocodrilos, ¡qué despiche! Eso solo los acostumbra a acercarse a la gente y crea problemas a futuro. Si le das de comer una vez, creen que siempre van a tener comida gratis.
Otro consejo importantísimo: ni loco intentes tocarlo, agarrarlo o acercarte a sus nidos. ¡Son animales salvajes, señor! No tienen la culpa de querer vivir tranquilos en su territorio, pero tampoco queremos encontrarnos con uno en la cara mientras nos damos un chapuzón. Mejor respeto mutuo, diay.
También, ojo con la señalización. En muchos lugares ahora ponen carteles advirtiendo de la presencia de cocodrilos, y aunque algunos los ignoramos pensando que son pura formalidad, créeme, es mejor prestarles atención. Más vale prevenir que lamentar, ¿no?
Si te encuentras con uno, ¡mantén la calma y la distancia! No corras gritando como si fuera el Apocalipsis, porque eso solo va a asustarlo y podría hacer que reaccione. Observa desde lejos, toma unas fotos si quieres para presumirle a tus amigos, pero mantén un buen margen de seguridad y avisa a las autoridades lo antes posible. Así ellos pueden tomar cartas en el asunto y evitar que nadie termine convertido en almuerzo de cocodrilo.
En fin, que aprovechemos estas vacaciones, pero con precaución. El país es bello, lleno de ríos y cascadas donde disfrutar, pero también es hogar de criaturas increíbles como los cocodrilos. Entonces, mi pregunta para ustedes es: ¿Han tenido alguna experiencia cercana con algún cocodrilo en Costa Rica? ¿Cómo reaccionaron y qué aprendieron de ese encuentro?
