¡Ay, Dios mío, qué vara nos cayó encima! Resulta que el Examen de Conocimientos Médicos de Costa Rica (ECOM-CR), ese que dicen que asegura que los doctores sepan de qué hablan, dejó cifras bien feas este año. De 546 aspirantes, apenas 201 lograron aprobar, lo que representa un magro 36,8%. A ver si me explico, ¡casi dos tercios de los que se jugaron la mugre en el examen les salió plancha!
Para ponerle un poco de contexto, este es el segundo ciclo oficial del ECOM-CR desde que lo implementaron en 2023, buscando asegurar que los profesionales de la salud que ejercen acá tengan cierto nivel mínimo. La idea es buena, nadie discute eso, pero estos números hacen pensar... ¿Estamos preparando buenos doctores o estamos mandando a la gente a la carrera sin darle la base necesaria?
Y ahí es donde entran las universidades. Como era de esperarse, la Universidad de Costa Rica (UCR) salió airoso con un impresionante 88,46% de aprobación. ¡Eso sí es pura máquina! Le siguen la Universidad de Ciencias Médicas (UCIMED) con un 48,04%, y los egresados de universidades extranjeras homologadas por CONARE con un 41,67%. Vamos, algo decente para esas instituciones.
Pero luego tenemos el otro lado de la moneda, y vaya si da pena ajena. La Universidad Federada San Judas Tadeo (USJT) sacó el peor resultado posible: solo un 14,29% de aprobación. ¡Patético! Uno se pregunta qué brete le pasa a esa universidad, porque así no se puede mandar gente al campo. Otros como la Univeridad Hispanoamericana (UH) con 31.33%, la UIA con 15%, y ULatina con 21.74%, tampoco anduvieron muy sobrados.
Haciendo cuentas rápidas, te pongo algunos datos clave: la UACA logró sacar un 26.53%, UCIMED un 48.04%, UNIBE un 17.78%, y la UH con un 31.33%. Claramente hay mucha diferencia entre unas universidades y otras, y eso preocupa porque habla de disparidades en la formación médica. No todas las facultades son iguales, y eso queda demostrado con estas estadísticas.
Lo positivo es que ahora, esos pocos que aprobaron este segundo llamado, ya pueden terminar su graduación y finalmente incorporarse al Colegio de Médicos y Cirujanos. Eso significa que, con suerte, tendrán la oportunidad de ejercer medicina en Costa Rica. Las áreas donde más fuerte anduvieron los examenes fueron geriatría, otorrinolaringología, ginecología, gastroenterología e investigación-ética; mientras que hematología, obstetricia, infectología, dermatología y neumología dejaron mucho que desear.
Más allá de los números, es importante recordar que el ECOM-CR evalúa conocimientos a través de 140 casos clínicos en siete áreas y veinte subáreas. Su intención noble es, precisamente, asegurar que los futuros doctores estén preparados para atender a la población con la calidad que todos merecemos. Ya son más de 1.300 médicos que han aprobado el examen desde que lo lanzaron, pero todavía hay mucho camino por recorrer.
Con todo este panorama, no puedo evitar preguntarme: ¿Debería el gobierno invertir más recursos en mejorar la calidad de la educación médica en nuestras universidades, especialmente en aquellas que tienen resultados tan bajos, o es responsabilidad exclusiva de cada institución fortalecer sus programas de estudio? ¡Dale, déjame saber tu opinión en los comentarios, qué piensas tú sobre esta vaineta!
Para ponerle un poco de contexto, este es el segundo ciclo oficial del ECOM-CR desde que lo implementaron en 2023, buscando asegurar que los profesionales de la salud que ejercen acá tengan cierto nivel mínimo. La idea es buena, nadie discute eso, pero estos números hacen pensar... ¿Estamos preparando buenos doctores o estamos mandando a la gente a la carrera sin darle la base necesaria?
Y ahí es donde entran las universidades. Como era de esperarse, la Universidad de Costa Rica (UCR) salió airoso con un impresionante 88,46% de aprobación. ¡Eso sí es pura máquina! Le siguen la Universidad de Ciencias Médicas (UCIMED) con un 48,04%, y los egresados de universidades extranjeras homologadas por CONARE con un 41,67%. Vamos, algo decente para esas instituciones.
Pero luego tenemos el otro lado de la moneda, y vaya si da pena ajena. La Universidad Federada San Judas Tadeo (USJT) sacó el peor resultado posible: solo un 14,29% de aprobación. ¡Patético! Uno se pregunta qué brete le pasa a esa universidad, porque así no se puede mandar gente al campo. Otros como la Univeridad Hispanoamericana (UH) con 31.33%, la UIA con 15%, y ULatina con 21.74%, tampoco anduvieron muy sobrados.
Haciendo cuentas rápidas, te pongo algunos datos clave: la UACA logró sacar un 26.53%, UCIMED un 48.04%, UNIBE un 17.78%, y la UH con un 31.33%. Claramente hay mucha diferencia entre unas universidades y otras, y eso preocupa porque habla de disparidades en la formación médica. No todas las facultades son iguales, y eso queda demostrado con estas estadísticas.
Lo positivo es que ahora, esos pocos que aprobaron este segundo llamado, ya pueden terminar su graduación y finalmente incorporarse al Colegio de Médicos y Cirujanos. Eso significa que, con suerte, tendrán la oportunidad de ejercer medicina en Costa Rica. Las áreas donde más fuerte anduvieron los examenes fueron geriatría, otorrinolaringología, ginecología, gastroenterología e investigación-ética; mientras que hematología, obstetricia, infectología, dermatología y neumología dejaron mucho que desear.
Más allá de los números, es importante recordar que el ECOM-CR evalúa conocimientos a través de 140 casos clínicos en siete áreas y veinte subáreas. Su intención noble es, precisamente, asegurar que los futuros doctores estén preparados para atender a la población con la calidad que todos merecemos. Ya son más de 1.300 médicos que han aprobado el examen desde que lo lanzaron, pero todavía hay mucho camino por recorrer.
Con todo este panorama, no puedo evitar preguntarme: ¿Debería el gobierno invertir más recursos en mejorar la calidad de la educación médica en nuestras universidades, especialmente en aquellas que tienen resultados tan bajos, o es responsabilidad exclusiva de cada institución fortalecer sus programas de estudio? ¡Dale, déjame saber tu opinión en los comentarios, qué piensas tú sobre esta vaineta!