¡Ay, Dios mío! Aquí seguimos, con la política a toda marcha y con sorpresas que te dejan boquiabierto. Resulta que Pilar Cisneros, diputada oficialista, anda soltando la venena diciendo que Rodrigo Chaves se ve buscando otra vez la silla presidencial. Como si no hubiéramos tenido bastante, dígame usted. Parece que la señora cree que el Presidente todavía tiene ‘huevos’ para encarar otra campaña, y vaya que ha generado conversación en el Foro.
Según Extra Noticias, Cisneros afirma que Chaves tiene el “ímpetu y la determinación” para intentar una segunda gestión. Claro, porque estamos acostumbrados a ver a nuestros presidentes agarrarle la onda a la reelección, aunque algunos digan que es un trabalenguas legal. Ella pinta al Presidente como un tipo con ganas de demostrarnos que Costa Rica es un “país rico, lleno de oportunidades”. Suena bonito, ¿verdad? Pero a muchos nos queda el sabor amargo en la boca de promesas incumplidas.
La diputada, con su peculiar estilo directo, insiste en que podríamos transformar el país si nos ponemos las pilas y administramos el dinero como debe ser. “Si Costa Rica se administra bien, se gerencia bien, no se roba, este país puede ser un país maravilloso,” declaró con convicción. ¡Uy, qué dura! Porque todos sabemos que la corrupción ha sido el cáncer que nos come desde adentro, y parece que echarla a escobazos no es tan fácil como suena.
Y ahí viene la gran bomba fiscal. Cisneros nos recuerda que tenemos una deuda de 54 mil millones de dólares – ¡imagínese la torta! – y que cada vez que aprueban un presupuesto, ¡el 38% desaparece!, “hay que irlo a buscar”. Dígame usted, ¿cómo demonios vamos a sacar adelante este país con esa clase de manejo financiero? Me da escalofríos pensar en las consecuencias para nuestra niñez y adultez mayor.
La falta de plata, según ella, nos impide invertir en cosas básicas como carreteras decentes, escuelas dignas y hospitales funcionales. Y, claro, la seguridad pública también sufre. Como si no tuviéramos ya suficientes problemas en este brete nacional. Entonces, no le extraña a nadie que se vea a Chaves aspirando a otro período, buscando supuestamente arreglar todas estas calamidades. “Mientras esa situación persista, nunca vamos a poder bajar la deuda,” sentencia la diputada, pintando un panorama poco alentador.
Ahora, no sé ustedes, pero yo me pregunto si realmente necesitamos a un “líder fuerte y decidido” como Chaves para solucionar estos problemas, o si no sería mejor enfocarnos en fortalecer nuestras instituciones y promover una cultura de transparencia y rendición de cuentas. Porque los líderes van y vienen, pero las estructuras corruptas parecen estar hechas de acero.
Cisneros lo deja claro: si Chaves decide lanzarse a la contienda, no la sorprenden en absoluto. Con el ímpetu y la vitalidad que atribuye al Presidente, y con la promesa de convertirnos en el próximo Singapur latinoamericano, la campaña podría ser interesante, ¡chuuuu! Aunque, honestamente, a veces siento que estamos repitiendo la misma película una y otra vez, esperando un final diferente, y terminando con la misma carga en las manos.
Así que aquí les dejo la reflexión: considerando la crisis fiscal, la persistencia de la corrupción y la polarización política, ¿cree usted que darle a Rodrigo Chaves la oportunidad de un segundo mandato es la solución que necesita Costa Rica, o deberíamos explorar otras alternativas?
Según Extra Noticias, Cisneros afirma que Chaves tiene el “ímpetu y la determinación” para intentar una segunda gestión. Claro, porque estamos acostumbrados a ver a nuestros presidentes agarrarle la onda a la reelección, aunque algunos digan que es un trabalenguas legal. Ella pinta al Presidente como un tipo con ganas de demostrarnos que Costa Rica es un “país rico, lleno de oportunidades”. Suena bonito, ¿verdad? Pero a muchos nos queda el sabor amargo en la boca de promesas incumplidas.
La diputada, con su peculiar estilo directo, insiste en que podríamos transformar el país si nos ponemos las pilas y administramos el dinero como debe ser. “Si Costa Rica se administra bien, se gerencia bien, no se roba, este país puede ser un país maravilloso,” declaró con convicción. ¡Uy, qué dura! Porque todos sabemos que la corrupción ha sido el cáncer que nos come desde adentro, y parece que echarla a escobazos no es tan fácil como suena.
Y ahí viene la gran bomba fiscal. Cisneros nos recuerda que tenemos una deuda de 54 mil millones de dólares – ¡imagínese la torta! – y que cada vez que aprueban un presupuesto, ¡el 38% desaparece!, “hay que irlo a buscar”. Dígame usted, ¿cómo demonios vamos a sacar adelante este país con esa clase de manejo financiero? Me da escalofríos pensar en las consecuencias para nuestra niñez y adultez mayor.
La falta de plata, según ella, nos impide invertir en cosas básicas como carreteras decentes, escuelas dignas y hospitales funcionales. Y, claro, la seguridad pública también sufre. Como si no tuviéramos ya suficientes problemas en este brete nacional. Entonces, no le extraña a nadie que se vea a Chaves aspirando a otro período, buscando supuestamente arreglar todas estas calamidades. “Mientras esa situación persista, nunca vamos a poder bajar la deuda,” sentencia la diputada, pintando un panorama poco alentador.
Ahora, no sé ustedes, pero yo me pregunto si realmente necesitamos a un “líder fuerte y decidido” como Chaves para solucionar estos problemas, o si no sería mejor enfocarnos en fortalecer nuestras instituciones y promover una cultura de transparencia y rendición de cuentas. Porque los líderes van y vienen, pero las estructuras corruptas parecen estar hechas de acero.
Cisneros lo deja claro: si Chaves decide lanzarse a la contienda, no la sorprenden en absoluto. Con el ímpetu y la vitalidad que atribuye al Presidente, y con la promesa de convertirnos en el próximo Singapur latinoamericano, la campaña podría ser interesante, ¡chuuuu! Aunque, honestamente, a veces siento que estamos repitiendo la misma película una y otra vez, esperando un final diferente, y terminando con la misma carga en las manos.
Así que aquí les dejo la reflexión: considerando la crisis fiscal, la persistencia de la corrupción y la polarización política, ¿cree usted que darle a Rodrigo Chaves la oportunidad de un segundo mandato es la solución que necesita Costa Rica, o deberíamos explorar otras alternativas?
