Ay, mi gente, llegó diciembre y ya sabemos qué significa eso: reuniones familiares hasta decir basta, cenas dignas de un banquete real y más comiditas dulces de las que uno debería estar ingiriendo en una semana. Pero bueno, ¿quién le hace caso a la dieta en estas fechas, verdad? La nutricionista Alejandra Alfaro del Hospital Metropolitano nos avisa que estamos metidos en un brete serio.
Según la experta, este mes es un verdadero desafío para mantener el equilibrio en nuestra alimentación. Entre el rompope casero, los tamales con todo y cerdo (porque “así los hacía mi abuela”) y el queque navideño que parece nunca terminar, nuestros cuerpos gritan auxilio. No nos andamos de rodeos, la calidad nutricional de nuestras comidas suele irse al traste en diciembre.
“Es que la maraña emocional juega un papel importante, mae,” explica Alfaro. “El estrés de las compras navideñas, la nostalgia de los recuerdos, incluso la pena por los seres queridos que ya no están, todo eso nos lleva a buscar consuelo en la comida. Y ahí es donde empezamos a comernos el mundo, literalmente.” Nosotros sabemos que después de un día largo buscando regalo, la primera idea es: '¡Una mordadita rápida!'... y luego otra, y otra, y al final te das cuenta que te acabas toda la charola de galletas.
Pero no todo está perdido, amigos. Alfaro nos da algunos consejos para sobrevivir a diciembre sin salir rodando con unos kilos de más. Primero, antes de ir a cualquier reunión, cómete algo rico y saludable, como una ensalada con pollo o un plátano maduro con manjar. Así llegas menos hambrientos y evitas atracones. Segundo, sirve la comida en un plato más pequeño; así tienes una mejor visualización de la cantidad que estás comiendo. Y tercero, ¡mantente hidratado! El agua te ayudará a sentirte lleno y a controlar el apetito. Y sí, vale, puedes tomarte unas micheladas, pero con moderación, diay.
Ahora, hablemos de los platos tradicionales. Tamales, rompopé, arroz con gandules, bien, todos saben deliciosos, pero la pura verdad son bombas calóricas. La buena noticia es que podemos hacer pequeños ajustes en las recetas sin sacrificar el sabor. Menos azúcar en el queque, leche descremada en el rompope, tamales más pequeños, todo suma. Recuerda, no se trata de prohibirte lo que te gusta, sino de disfrutarlo con cabeza. Porque a fin de cuentas, queremos pasar las fiestas felices, sanos y con energía para bailar en la nochebuena.
Otro consejo clave es prestar atención a lo que realmente tenemos hambre. Muchas veces comemos simplemente porque hay comida a nuestro alrededor, sin siquiera darnos cuenta si nuestro cuerpo lo necesita. Así que antes de servirte una segunda ronda de masitas, pregúntate: ¿tengo hambre de verdad o estoy comiendo por costumbre o presión social? Un poquito de autoconciencia puede marcar la diferencia.
Y hablando de tendencias, ni te hagas ilusiones con esas dietas milagrosas que prometen resultados instantáneos. Como dice la sabiduría popular: “Lo que fácil viene, fácil se va”. Diciembre es un mes para disfrutar, para compartir con la familia y los amigos, y para celebrar la vida. Pero también es una oportunidad para aprender a tomar decisiones más conscientes y sostenibles a largo plazo. No lo veamos como un mes perdido, sino como un trampolín hacia hábitos más saludables en el nuevo año. Después de todo, ¡somos ticos, somos fuertes y podemos con esto!
Entonces, dime, ¿cuál es tu estrategia secreta para sobrevivir a diciembre sin engordar demasiado y seguir disfrutando de todas las delicias navideñas? ¡Comparte tus tips en el foro y ayúdanos a mantenernos a raya este mes!
Según la experta, este mes es un verdadero desafío para mantener el equilibrio en nuestra alimentación. Entre el rompope casero, los tamales con todo y cerdo (porque “así los hacía mi abuela”) y el queque navideño que parece nunca terminar, nuestros cuerpos gritan auxilio. No nos andamos de rodeos, la calidad nutricional de nuestras comidas suele irse al traste en diciembre.
“Es que la maraña emocional juega un papel importante, mae,” explica Alfaro. “El estrés de las compras navideñas, la nostalgia de los recuerdos, incluso la pena por los seres queridos que ya no están, todo eso nos lleva a buscar consuelo en la comida. Y ahí es donde empezamos a comernos el mundo, literalmente.” Nosotros sabemos que después de un día largo buscando regalo, la primera idea es: '¡Una mordadita rápida!'... y luego otra, y otra, y al final te das cuenta que te acabas toda la charola de galletas.
Pero no todo está perdido, amigos. Alfaro nos da algunos consejos para sobrevivir a diciembre sin salir rodando con unos kilos de más. Primero, antes de ir a cualquier reunión, cómete algo rico y saludable, como una ensalada con pollo o un plátano maduro con manjar. Así llegas menos hambrientos y evitas atracones. Segundo, sirve la comida en un plato más pequeño; así tienes una mejor visualización de la cantidad que estás comiendo. Y tercero, ¡mantente hidratado! El agua te ayudará a sentirte lleno y a controlar el apetito. Y sí, vale, puedes tomarte unas micheladas, pero con moderación, diay.
Ahora, hablemos de los platos tradicionales. Tamales, rompopé, arroz con gandules, bien, todos saben deliciosos, pero la pura verdad son bombas calóricas. La buena noticia es que podemos hacer pequeños ajustes en las recetas sin sacrificar el sabor. Menos azúcar en el queque, leche descremada en el rompope, tamales más pequeños, todo suma. Recuerda, no se trata de prohibirte lo que te gusta, sino de disfrutarlo con cabeza. Porque a fin de cuentas, queremos pasar las fiestas felices, sanos y con energía para bailar en la nochebuena.
Otro consejo clave es prestar atención a lo que realmente tenemos hambre. Muchas veces comemos simplemente porque hay comida a nuestro alrededor, sin siquiera darnos cuenta si nuestro cuerpo lo necesita. Así que antes de servirte una segunda ronda de masitas, pregúntate: ¿tengo hambre de verdad o estoy comiendo por costumbre o presión social? Un poquito de autoconciencia puede marcar la diferencia.
Y hablando de tendencias, ni te hagas ilusiones con esas dietas milagrosas que prometen resultados instantáneos. Como dice la sabiduría popular: “Lo que fácil viene, fácil se va”. Diciembre es un mes para disfrutar, para compartir con la familia y los amigos, y para celebrar la vida. Pero también es una oportunidad para aprender a tomar decisiones más conscientes y sostenibles a largo plazo. No lo veamos como un mes perdido, sino como un trampolín hacia hábitos más saludables en el nuevo año. Después de todo, ¡somos ticos, somos fuertes y podemos con esto!
Entonces, dime, ¿cuál es tu estrategia secreta para sobrevivir a diciembre sin engordar demasiado y seguir disfrutando de todas las delicias navideñas? ¡Comparte tus tips en el foro y ayúdanos a mantenernos a raya este mes!
