¡Ay, Dios mío, qué chimba! Resulta que la Lotería Nacional repartió más lana que un banco en Navidad. El Segundo Sorteo Extraordinario de Consolación dejó a varios capitalinos sudando frío, porque la combinación 35 con la serie 794 se llevó la paloma de ¢900 millones. Sí, leyeron bien, ¡nueve cientos millones de colones!
Para los que andan despistados, este sorteo es como un “segundo chance” para aquellos que no dieron en el clavo en los sorteos principales. La Junta de Protección Social (JPS) siempre ha metido jugosos premios para mantenernos enganchados a esos boletos, y vaya si lo lograron este año. Ya ni hablar de la emoción que se vivió anoche en la transmisión, pura tensión y gritos de '¡mae, mátame!' cuando sacaron los números.
Pero no solamente hubo un ganador que se echó rancho. El segundo premio, valuado en ¢180 millones (dividido igualito), cayó en manos del número 44 con la serie 704. Imagínate la cara de la personita que resultó ganadora; seguro todavía no se cree la vaina. Y el tercer premio, con ¢25 millones por entero, se lo ganó el 02, serie 466. Ahí sí, con eso uno ya se arma una casita chiva en el campo, ¿verdad?
Y como si fuera poco, la JPS mandó varias vueltas con premios menores: 20 de ¢1,5 millones y otros 77 de ¢500.000. Además, las terminaciones y aproximaciones siempre le dan una esperanza extra a los que no alcanzaron el baloto. Realmente, este sorteo estuvo hecho para que hasta el que juega con monedas tenga la oportunidad de llevarse un buen chunche. ¡Qué buena onda!
Según la JPS, casi todos los boletos volaron. Un 93,17% de colocación, ¡eso es brutal! Se nota que la necesidad y la ilusión de ganarse la vida fácil sigue pegajosa. Hay quien dice que muchos vendieron hasta sus chinelas para comprar fracciones, ¿quién sabe? Lo cierto es que la cultura del juego está muy arraigada en nuestro país, y la Lotería Nacional es parte esencial de nuestras tradiciones navideñas.
Ahora, mucha gente anda corriendo a buscar curanderas y brujas pensando que tienen el número ganador escondido en alguna bola de cristal. ¡Qué cosas, maes! Pero bueno, cada quien su fe, ¿no? Algunos dicen que hay patrones, que ciertos números traen más suerte... aunque en realidad, todo es cuestión de azar y de tener un poquito de fortuna, ¿o creen diferente?
En fin, este año cerró con broche de oro para algunos y con la esperanza renovada para muchos más. La Lotería Nacional sigue siendo un motor económico importante para el país, además de regalarnos momentos de alegría y emoción colectiva. A algunos les dio para salir de apuros, a otros les sirvió para hacer realidad un sueño, y a la mayoría simplemente nos dio la excusa perfecta para soñar un poquito más.
Después de semejante movidón, me pregunto: ¿Ustedes creen que el aumento en la colocación de boletos se debe a una verdadera necesidad económica o simplemente a la ilusión de cambiar de vida rápidamente? Déjenme sus opiniones en los comentarios, ¡me interesa saber qué piensan mis compas del Foro!
Para los que andan despistados, este sorteo es como un “segundo chance” para aquellos que no dieron en el clavo en los sorteos principales. La Junta de Protección Social (JPS) siempre ha metido jugosos premios para mantenernos enganchados a esos boletos, y vaya si lo lograron este año. Ya ni hablar de la emoción que se vivió anoche en la transmisión, pura tensión y gritos de '¡mae, mátame!' cuando sacaron los números.
Pero no solamente hubo un ganador que se echó rancho. El segundo premio, valuado en ¢180 millones (dividido igualito), cayó en manos del número 44 con la serie 704. Imagínate la cara de la personita que resultó ganadora; seguro todavía no se cree la vaina. Y el tercer premio, con ¢25 millones por entero, se lo ganó el 02, serie 466. Ahí sí, con eso uno ya se arma una casita chiva en el campo, ¿verdad?
Y como si fuera poco, la JPS mandó varias vueltas con premios menores: 20 de ¢1,5 millones y otros 77 de ¢500.000. Además, las terminaciones y aproximaciones siempre le dan una esperanza extra a los que no alcanzaron el baloto. Realmente, este sorteo estuvo hecho para que hasta el que juega con monedas tenga la oportunidad de llevarse un buen chunche. ¡Qué buena onda!
Según la JPS, casi todos los boletos volaron. Un 93,17% de colocación, ¡eso es brutal! Se nota que la necesidad y la ilusión de ganarse la vida fácil sigue pegajosa. Hay quien dice que muchos vendieron hasta sus chinelas para comprar fracciones, ¿quién sabe? Lo cierto es que la cultura del juego está muy arraigada en nuestro país, y la Lotería Nacional es parte esencial de nuestras tradiciones navideñas.
Ahora, mucha gente anda corriendo a buscar curanderas y brujas pensando que tienen el número ganador escondido en alguna bola de cristal. ¡Qué cosas, maes! Pero bueno, cada quien su fe, ¿no? Algunos dicen que hay patrones, que ciertos números traen más suerte... aunque en realidad, todo es cuestión de azar y de tener un poquito de fortuna, ¿o creen diferente?
En fin, este año cerró con broche de oro para algunos y con la esperanza renovada para muchos más. La Lotería Nacional sigue siendo un motor económico importante para el país, además de regalarnos momentos de alegría y emoción colectiva. A algunos les dio para salir de apuros, a otros les sirvió para hacer realidad un sueño, y a la mayoría simplemente nos dio la excusa perfecta para soñar un poquito más.
Después de semejante movidón, me pregunto: ¿Ustedes creen que el aumento en la colocación de boletos se debe a una verdadera necesidad económica o simplemente a la ilusión de cambiar de vida rápidamente? Déjenme sus opiniones en los comentarios, ¡me interesa saber qué piensan mis compas del Foro!
