¡Ay, Dios mío, qué bronca! La cosa se puso caliente ayer con la denuncia explosiva de Cristian Bulgarelli, el tipo que está testificando en el caso BCIE-Cariñitos. Resulta que Erwen Masís, el director del BCIE para Costa Rica, andaba dando vueltas como pez desorientado, actuando como mensajero del mismísimo presidente Chaves, y soltando unas indirectas que dejaron a todos boquiabiertos.
La jugada, según la denuncia, ocurrió allá por el 30 de junio pasado en el Hotel Hilton de La Sabana. Masís, al parecer, reunió a Geovanny Bulgarelli, el hermano de Cristian, y ahí empezaron a caer relámpagos. La historia cuenta que el hermano de Cristian le tiró la bomba diciéndole que no iban a negociar, sino a amenazar, y Masís, con toda la calma del mundo, le soltó que era solo un mensajero. ¡Un mensajero, mándale! Como si eso fuera a solucionar algo.
Y ahí viene lo bueno, mae. Masís, evocando épocas medievales, le recordó a Geovanny sobre la práctica de cortar cabezas a los mensajeros. ¡Imagínate la cara del pobre hombre! Pero no quedó ahí, porque luego agregó la frase que ha puesto a temblar a más de uno: “Recordá que existen los presi-puntos, recordá que nosotros vamos a quedar aquí con mucho poder, a partir de mayo del año entrante”. ¡Presi-puntos! Ya sé que suena raro, pero en el lenguaje político tico, significa tener influencia, palancas y contactos para mover cosas.
Geovanny, con la astucia propia de un tico, le respondió preguntándole si esos presi-puntos se podían comprar en Walmart o en Pali – pa' quitarle hierro al asunto con un poco de humor, diay. Pero Masís, lejos de relajarse, insistió en la amenaza, reafirmando que venían con poder, respaldados por el presidente y el banco. Le dijo textualmente: “Piensen bien lo que se les viene”. Una advertencia clara y directa, que dejó claro que la presión iba en aumento.
Pero las demandas no paraban ahí, según la denuncia. Querían que Cristian desistiera de ser testigo para evitar varios problemas: que el BCIE lo demandara por 405 mil dólares, que el BAC afectara su casa por un crédito hipotecario, que perjudicaran a su esposa en el trabajo y, en general, todas las posibles represalias futuras, especialmente con el aumento del poder esperado después de mayo. Masís, al final de la reunión, incluso le ofreció pagar la cuenta del hotel, aportando la factura como prueba. ¡Con lujo de detalle, para que no quede ningún resquicio!
Y para rematar, Bulgarelli denuncia que desde la noche del martes anterior (16 de septiembre) han comenzado a materializarse algunas de esas amenazas. En el canal OPA, durante el programa “Central Noticias”, anunciaron que el BCIE pretende hacer un embargo preventivo de sus bienes. ¡Así de rápido! Un movimiento que confirma, según Bulgarelli, las intimidaciones que recibieron. Esta situación ha escalado rápidamente, mostrando cómo las tensiones en este caso pueden afectar directamente a las personas involucradas.
Ahora, sumemos el contexto. Según la investigación, el Presidente Chaves supuestamente solicitó a Christian Bulgarelli entregarle 32 mil dólares a Federico Cruz, conocido como “Choreco”, para un supuesto enganche de una casa en Barlovento. Ese dinero provenía de un contrato de 400 mil dólares con el BCIE para servicios de comunicación en Casa Presidencial. Choreco, recordemos, está siendo investigado por legitimación de capitales, gracias a la ayuda de Chaves. Las conversaciones grabadas revelan una relación muy cercana entre el presidente y Choreco, llegando al punto de consolarlo mientras lloraba por problemas personales.
La confesión de Bulgarelli es demoledora. Revela reuniones privadas con Chaves en su casa de Monterán, donde el presidente le presionaba constantemente para que ayudara a Choreco. Incluso, Chaves aparentemente estaba al tanto de los problemas que tenía Choreco con su esposa, demostrando un nivel preocupante de intervención personal en asuntos privados. Con todo esto, queda claro que estamos frente a una situación muy delicada. Ahora, viendo todo este panorama, ¿creen que el presidente debería renunciar antes de que termine de votar su inmunidad el próximo lunes? ¿O se trata simplemente de una estrategia desesperada para proteger sus intereses?
La jugada, según la denuncia, ocurrió allá por el 30 de junio pasado en el Hotel Hilton de La Sabana. Masís, al parecer, reunió a Geovanny Bulgarelli, el hermano de Cristian, y ahí empezaron a caer relámpagos. La historia cuenta que el hermano de Cristian le tiró la bomba diciéndole que no iban a negociar, sino a amenazar, y Masís, con toda la calma del mundo, le soltó que era solo un mensajero. ¡Un mensajero, mándale! Como si eso fuera a solucionar algo.
Y ahí viene lo bueno, mae. Masís, evocando épocas medievales, le recordó a Geovanny sobre la práctica de cortar cabezas a los mensajeros. ¡Imagínate la cara del pobre hombre! Pero no quedó ahí, porque luego agregó la frase que ha puesto a temblar a más de uno: “Recordá que existen los presi-puntos, recordá que nosotros vamos a quedar aquí con mucho poder, a partir de mayo del año entrante”. ¡Presi-puntos! Ya sé que suena raro, pero en el lenguaje político tico, significa tener influencia, palancas y contactos para mover cosas.
Geovanny, con la astucia propia de un tico, le respondió preguntándole si esos presi-puntos se podían comprar en Walmart o en Pali – pa' quitarle hierro al asunto con un poco de humor, diay. Pero Masís, lejos de relajarse, insistió en la amenaza, reafirmando que venían con poder, respaldados por el presidente y el banco. Le dijo textualmente: “Piensen bien lo que se les viene”. Una advertencia clara y directa, que dejó claro que la presión iba en aumento.
Pero las demandas no paraban ahí, según la denuncia. Querían que Cristian desistiera de ser testigo para evitar varios problemas: que el BCIE lo demandara por 405 mil dólares, que el BAC afectara su casa por un crédito hipotecario, que perjudicaran a su esposa en el trabajo y, en general, todas las posibles represalias futuras, especialmente con el aumento del poder esperado después de mayo. Masís, al final de la reunión, incluso le ofreció pagar la cuenta del hotel, aportando la factura como prueba. ¡Con lujo de detalle, para que no quede ningún resquicio!
Y para rematar, Bulgarelli denuncia que desde la noche del martes anterior (16 de septiembre) han comenzado a materializarse algunas de esas amenazas. En el canal OPA, durante el programa “Central Noticias”, anunciaron que el BCIE pretende hacer un embargo preventivo de sus bienes. ¡Así de rápido! Un movimiento que confirma, según Bulgarelli, las intimidaciones que recibieron. Esta situación ha escalado rápidamente, mostrando cómo las tensiones en este caso pueden afectar directamente a las personas involucradas.
Ahora, sumemos el contexto. Según la investigación, el Presidente Chaves supuestamente solicitó a Christian Bulgarelli entregarle 32 mil dólares a Federico Cruz, conocido como “Choreco”, para un supuesto enganche de una casa en Barlovento. Ese dinero provenía de un contrato de 400 mil dólares con el BCIE para servicios de comunicación en Casa Presidencial. Choreco, recordemos, está siendo investigado por legitimación de capitales, gracias a la ayuda de Chaves. Las conversaciones grabadas revelan una relación muy cercana entre el presidente y Choreco, llegando al punto de consolarlo mientras lloraba por problemas personales.
La confesión de Bulgarelli es demoledora. Revela reuniones privadas con Chaves en su casa de Monterán, donde el presidente le presionaba constantemente para que ayudara a Choreco. Incluso, Chaves aparentemente estaba al tanto de los problemas que tenía Choreco con su esposa, demostrando un nivel preocupante de intervención personal en asuntos privados. Con todo esto, queda claro que estamos frente a una situación muy delicada. Ahora, viendo todo este panorama, ¿creen que el presidente debería renunciar antes de que termine de votar su inmunidad el próximo lunes? ¿O se trata simplemente de una estrategia desesperada para proteger sus intereses?