Ay, mi gente, esto sí que nos puso a temblar. Esta semana, dos torbellinos, esos ‘chuquillos’ de viento, decidieron visitar nuestras zonas metropolitanas, dejándonos a más de un vecino ‘congoñado’ y con algunos daños que ni qué decir. Al parecer, el clima anda con ganas de darnos unos sustos, y pa'lante vamos.
El primer incidente ocurrió el lunes pasado en pleno corazón de San José. Imagínense la escena: un edificio, que parecía sólido como roca, vio cómo una línea entera de ventanas se le caía encima como si fueran hojas secas. Lo peor es que esa avalancha terminó estrellándose contra la calle y estampando dos carros desafortunados. ¡Menuda torta!, pensarán muchos, y vaya que lo eran. Afortunadamente, no hubo heridos graves, pero el susto fue de campeonato.
Pero como si esto fuera poco, el martes Heredia recibió su propia dosis de ‘viento loco’. La Cruz Roja tuvo que salir a atender a unas doce personas en Cubujuquí, todas con heridas leves, gracias a Dios. Una de ellas necesitó ir al hospital, pero al final, pura ‘idiay’, decidió quedarse tranquila en casa. Se entiende, a veces uno prefiere evitarse más problemas, especialmente cuando el cielo anda recio.
Las zonas más afectadas en Heredia fueron alrededor del Liceo Ingeniero Samuel Sáenz en San Francisco, pero también hubo reporte de daños en Mercedes Norte, Mercedes Sur y hasta en San Jorge. Se contaron más de cincuenta casas con algún tipo de daño y algunas palizas que les dio el viento al tendido eléctrico. ¡Imagínense estar ahí metido en medio del brete, viendo cómo se va el servicio! Puro estrés.
Daniel Poleo, el chimólogo del IMN, nos explica que estos fenómenos son típicos de nuestra estación lluviosa, esos meses de agosto, septiembre y octubre que ya nos conocemos de memoria. Parece que la Zona de Convergencia Intertropical se pone celosa y decide echarnos unos chaparrones y unos vendavales de regalo. Él dice que todo se debe a la mezcla de aires calientes y húmedos con vientos más fríos, y al choque entre los vientos alisios y el viento del oeste en el Valle Central. ¡Parece receta de cocina, pero en vez de pastel sale un torbellino!
Y ojo, señores, que estos torbellinos no solo andan merodeando por el Valle Central. Según Poleo, también se ven en Guanacaste y en el Pacífico Central. En las costas del Pacífico Sur y del Caribe, podemos encontrarnos con trombas marinas, que son versiones del torbellino, pero en el agua. Aunque en Heredia vimos uno bastante grande esta semana, él aclara que no estamos entrando en una especie de ‘corredor de tornados’ como algunos estaban diciendo por las redes sociales. Simplemente, el Valle Central es más poblado y por eso vemos más reportes.
Ahora, la pregunta que todos nos hacemos es: ¿cómo nos protegemos de estos ‘monstruos’ de viento? Poleo insiste en que debemos estar atentos a las recomendaciones de Protección Civil y buscar refugio en lugares seguros si vemos que el viento empieza a actuar raro. Dice que aunque estos fenómenos duran poco, pueden dejar estragos importantes. Casas destechadas, árboles caídos, cables colgando... ¡una chinada total! Y es que, a veces, el clima parece que quiere jugar con nosotros, pero nosotros tenemos que ponerle el freno y cuidarnos como sabemos.
Con tanta incertidumbre en el clima, ¿ustedes creen que deberíamos empezar a reforzar nuestros hogares y prepararnos mejor para estos eventos inesperados? ¿Será momento de invertir en persianas anticiclónicas y techos más resistentes? ¡Compártanos sus ideas y experiencias en el foro!
El primer incidente ocurrió el lunes pasado en pleno corazón de San José. Imagínense la escena: un edificio, que parecía sólido como roca, vio cómo una línea entera de ventanas se le caía encima como si fueran hojas secas. Lo peor es que esa avalancha terminó estrellándose contra la calle y estampando dos carros desafortunados. ¡Menuda torta!, pensarán muchos, y vaya que lo eran. Afortunadamente, no hubo heridos graves, pero el susto fue de campeonato.
Pero como si esto fuera poco, el martes Heredia recibió su propia dosis de ‘viento loco’. La Cruz Roja tuvo que salir a atender a unas doce personas en Cubujuquí, todas con heridas leves, gracias a Dios. Una de ellas necesitó ir al hospital, pero al final, pura ‘idiay’, decidió quedarse tranquila en casa. Se entiende, a veces uno prefiere evitarse más problemas, especialmente cuando el cielo anda recio.
Las zonas más afectadas en Heredia fueron alrededor del Liceo Ingeniero Samuel Sáenz en San Francisco, pero también hubo reporte de daños en Mercedes Norte, Mercedes Sur y hasta en San Jorge. Se contaron más de cincuenta casas con algún tipo de daño y algunas palizas que les dio el viento al tendido eléctrico. ¡Imagínense estar ahí metido en medio del brete, viendo cómo se va el servicio! Puro estrés.
Daniel Poleo, el chimólogo del IMN, nos explica que estos fenómenos son típicos de nuestra estación lluviosa, esos meses de agosto, septiembre y octubre que ya nos conocemos de memoria. Parece que la Zona de Convergencia Intertropical se pone celosa y decide echarnos unos chaparrones y unos vendavales de regalo. Él dice que todo se debe a la mezcla de aires calientes y húmedos con vientos más fríos, y al choque entre los vientos alisios y el viento del oeste en el Valle Central. ¡Parece receta de cocina, pero en vez de pastel sale un torbellino!
Y ojo, señores, que estos torbellinos no solo andan merodeando por el Valle Central. Según Poleo, también se ven en Guanacaste y en el Pacífico Central. En las costas del Pacífico Sur y del Caribe, podemos encontrarnos con trombas marinas, que son versiones del torbellino, pero en el agua. Aunque en Heredia vimos uno bastante grande esta semana, él aclara que no estamos entrando en una especie de ‘corredor de tornados’ como algunos estaban diciendo por las redes sociales. Simplemente, el Valle Central es más poblado y por eso vemos más reportes.
Ahora, la pregunta que todos nos hacemos es: ¿cómo nos protegemos de estos ‘monstruos’ de viento? Poleo insiste en que debemos estar atentos a las recomendaciones de Protección Civil y buscar refugio en lugares seguros si vemos que el viento empieza a actuar raro. Dice que aunque estos fenómenos duran poco, pueden dejar estragos importantes. Casas destechadas, árboles caídos, cables colgando... ¡una chinada total! Y es que, a veces, el clima parece que quiere jugar con nosotros, pero nosotros tenemos que ponerle el freno y cuidarnos como sabemos.
Con tanta incertidumbre en el clima, ¿ustedes creen que deberíamos empezar a reforzar nuestros hogares y prepararnos mejor para estos eventos inesperados? ¿Será momento de invertir en persianas anticiclónicas y techos más resistentes? ¡Compártanos sus ideas y experiencias en el foro!