¡Ay, Dios mío! Esto pinta más raro que gallo en misa, mi gente. Parece que la gente anda más indecisa que burro en semáforo. Según el Centro de Investigación y Estudios Políticos (CIEP) de la UCR, casi una cuarta parte de los votantes que decían tener claro a quién apoyar en octubre, ¡ya cambiaron de parecer en noviembre! Imagínate el lío que está quedando, ¿no?
El estudio, hecho con un sistema tipo panel – donde entrevistan a la misma gente varias veces – revela que dos de cada tres de esos que andaban seguros, volvieron al limbo de los indecisos, catalogados como “arrepentidos”. Y otro tercio, bueno, se fueron a buscar amores nuevos, abrazando otra candidatura. ¡Se convirtieron en ‘swingers’ políticos!, mándales flores, porque esto quiere decir que pueden inclinar la balanza.
Pero no todo es cambio radical. Un buen porcentaje, alrededor del 30% de los que estaban pensando qué hacer, finalmente decidieron por quién echarle ganas. Entonces, la cosa va y viene, como olas en Manuel Antonio. Lo que nos demuestra que la campaña del 2026 está siendo un verdadero brete, llena de incertidumbres y con los ánimos bastante moviéndose.
Lo que más preocupa al CIEP, y con razón, es esa gran masa de personas – cerca del 45% del electorado – que todavía están buscando en Google a ver quién les parece más pila para mandar a la Asamblea Legislativa. Esa gente puede decidirlo todo al final, así que los candidatos tienen que ponerle turbo a sus propuestas y tratar de agarrar su atención.
Ahora bien, hablando de nombres propios, la carrera sigue encabezada por Laura Fernández Delgado (PPSO), con un 30% de intención de voto. Pero, ¡ojo!, Álvaro Ramos Chaves (PLN) le pisa los talones con un 8%. Ariel Robles (FA) va tercero con un 5%, mientras que Claudia Dobles Camargo (Coalición Agenda Ciudadana) se queda con un 4%. Todavía hay mucho juego en la mesa, diay.
Este estudio, que entrevistó a 1.759 personas entre el 19 y el 26 de noviembre, tiene un margen de error de 2,3 puntos porcentuales, así que no vamos a empezar a celebrar ni a llorar todavía. El dato importante es la inestabilidad generalizada, y el hecho de que los cambios en las preferencias recuerdan mucho lo que pasó a finales del 2021. ¡Estamos en aguas turbias, pura verdad!
Los expertos del CIEP van a seguir de cerca esta novela, haciendo otra ronda de entrevistas en enero para ver cómo evolucionan las cosas. Quieren saber si la tendencia a cambiar de opinión se mantiene, o si alguien logra consolidar su apoyo. Y vaya que necesitamos un poquito de estabilidad en estas elecciones, porque ya estamos todos cansados de tanta jugada política.
Con toda esta información, me pregunto… ¿Creer que los candidatos deberían enfocarse más en convencer a los indecisos o en recuperar a aquellos que ya perdieron su apoyo? ¡Déjame leer sus opiniones en los comentarios, porque este tema me tiene más intrigado que gato en sopa!
El estudio, hecho con un sistema tipo panel – donde entrevistan a la misma gente varias veces – revela que dos de cada tres de esos que andaban seguros, volvieron al limbo de los indecisos, catalogados como “arrepentidos”. Y otro tercio, bueno, se fueron a buscar amores nuevos, abrazando otra candidatura. ¡Se convirtieron en ‘swingers’ políticos!, mándales flores, porque esto quiere decir que pueden inclinar la balanza.
Pero no todo es cambio radical. Un buen porcentaje, alrededor del 30% de los que estaban pensando qué hacer, finalmente decidieron por quién echarle ganas. Entonces, la cosa va y viene, como olas en Manuel Antonio. Lo que nos demuestra que la campaña del 2026 está siendo un verdadero brete, llena de incertidumbres y con los ánimos bastante moviéndose.
Lo que más preocupa al CIEP, y con razón, es esa gran masa de personas – cerca del 45% del electorado – que todavía están buscando en Google a ver quién les parece más pila para mandar a la Asamblea Legislativa. Esa gente puede decidirlo todo al final, así que los candidatos tienen que ponerle turbo a sus propuestas y tratar de agarrar su atención.
Ahora bien, hablando de nombres propios, la carrera sigue encabezada por Laura Fernández Delgado (PPSO), con un 30% de intención de voto. Pero, ¡ojo!, Álvaro Ramos Chaves (PLN) le pisa los talones con un 8%. Ariel Robles (FA) va tercero con un 5%, mientras que Claudia Dobles Camargo (Coalición Agenda Ciudadana) se queda con un 4%. Todavía hay mucho juego en la mesa, diay.
Este estudio, que entrevistó a 1.759 personas entre el 19 y el 26 de noviembre, tiene un margen de error de 2,3 puntos porcentuales, así que no vamos a empezar a celebrar ni a llorar todavía. El dato importante es la inestabilidad generalizada, y el hecho de que los cambios en las preferencias recuerdan mucho lo que pasó a finales del 2021. ¡Estamos en aguas turbias, pura verdad!
Los expertos del CIEP van a seguir de cerca esta novela, haciendo otra ronda de entrevistas en enero para ver cómo evolucionan las cosas. Quieren saber si la tendencia a cambiar de opinión se mantiene, o si alguien logra consolidar su apoyo. Y vaya que necesitamos un poquito de estabilidad en estas elecciones, porque ya estamos todos cansados de tanta jugada política.
Con toda esta información, me pregunto… ¿Creer que los candidatos deberían enfocarse más en convencer a los indecisos o en recuperar a aquellos que ya perdieron su apoyo? ¡Déjame leer sus opiniones en los comentarios, porque este tema me tiene más intrigado que gato en sopa!