¡Ay, Dios mío! Ya estamos otra vez fregados con las lluvias. Esta vez tocó azotar duro a varias partes del país, dejando a gente sin casa, sin carro, sin nada. Uno ve las imágenes y dice: "¡Qué torta!”, porque la verdad, da pena ver cómo la gente pierde todo en un abrir y cerrar de ojos. Pero no es novedad, ¿verdad?
Parece que cada año la cosa empeora, y ahí viene el changarro del cambio climático pegándole desde arriba. Ya no es cuestión de “si” va a llover fuerte, sino “cuándo”. Y mientras tanto, nosotros seguimos construyendo donde no debemos, tapando ríos con concreto y pensando que esto nunca nos va a pasar a nosotros. ¿Qué esperábamos, pues? ¿Que llueva de brisas?
Ahora resulta que tenemos códigos sísmicos que nos protegen de temblores, pero no un buen código hidrológico que nos salve de las inundaciones. Desde 1974, la UCR y el Colegio de Ingenieros le han metido hasta dónde, actualizando el código sísmico, pero el hidrológico parece estar varado en algún escritorio acumulando polvo. Un despiste total, vamos.
Y ni hablar de la impermeabilización del suelo. ¡Pero mijo!, cada vez hay menos tierra que absorba el agua. Antes había potreros y campos verdes, ahora puros edificios y asfalto. Eso quiere decir que toda el agua que cae termina corriendo a buscarle salida y, claro, encuentra a la primer calle o quebrada que se desborda. Una verdadera calamidad, chunches.
Lo bueno es que la UCR y algunas municipalidades, como Montes de Oca y San José, ya empezaron a moverse. Acordaron hacer cosas para mitigar el problema en el barrio Dent, porque ahí la quebrada de los Negritos anda dando batazos. Al final, cada comunidad tiene sus propios problemas, y eso requiere soluciones a la medida, bretes que no sean generalizados.
Pero la pregunta clave es: ¿hasta cuándo vamos a seguir reaccionando después de que pasa el desastre? Necesitamos dejar de ser tan laxos con estos temas y empezar a planificar a futuro. Hay que exigirle a los políticos y a los funcionarios públicos que hagan su trabajo bien, que inviertan en infraestructura adecuada y que se preocupen por el bienestar de la gente, diay.
Tenemos que aprender a manejar nuestros desechos sólidos, limpiar los drenajes y alcantarillados regularmente, y sobre todo, respetar la naturaleza. No podemos seguir construyendo donde no debemos y pensando que somos dueños de todo. Esto es Costa Rica, mi pana, un paraíso que hay que cuidar y proteger, mándale, ¡porfa!
Así que, hablando de eso… ¿ustedes qué opinan? Con todos estos problemas de inundaciones y la necesidad urgente de actualizar el Código Hidrológico, ¿creen que los candidatos presidenciales realmente tienen propuestas serias y viables, o será todo campaña vacía para ganarse nuestro voto? ¡Mándenos sus opiniones en el foro, queremos saber qué piensa usted!
Parece que cada año la cosa empeora, y ahí viene el changarro del cambio climático pegándole desde arriba. Ya no es cuestión de “si” va a llover fuerte, sino “cuándo”. Y mientras tanto, nosotros seguimos construyendo donde no debemos, tapando ríos con concreto y pensando que esto nunca nos va a pasar a nosotros. ¿Qué esperábamos, pues? ¿Que llueva de brisas?
Ahora resulta que tenemos códigos sísmicos que nos protegen de temblores, pero no un buen código hidrológico que nos salve de las inundaciones. Desde 1974, la UCR y el Colegio de Ingenieros le han metido hasta dónde, actualizando el código sísmico, pero el hidrológico parece estar varado en algún escritorio acumulando polvo. Un despiste total, vamos.
Y ni hablar de la impermeabilización del suelo. ¡Pero mijo!, cada vez hay menos tierra que absorba el agua. Antes había potreros y campos verdes, ahora puros edificios y asfalto. Eso quiere decir que toda el agua que cae termina corriendo a buscarle salida y, claro, encuentra a la primer calle o quebrada que se desborda. Una verdadera calamidad, chunches.
Lo bueno es que la UCR y algunas municipalidades, como Montes de Oca y San José, ya empezaron a moverse. Acordaron hacer cosas para mitigar el problema en el barrio Dent, porque ahí la quebrada de los Negritos anda dando batazos. Al final, cada comunidad tiene sus propios problemas, y eso requiere soluciones a la medida, bretes que no sean generalizados.
Pero la pregunta clave es: ¿hasta cuándo vamos a seguir reaccionando después de que pasa el desastre? Necesitamos dejar de ser tan laxos con estos temas y empezar a planificar a futuro. Hay que exigirle a los políticos y a los funcionarios públicos que hagan su trabajo bien, que inviertan en infraestructura adecuada y que se preocupen por el bienestar de la gente, diay.
Tenemos que aprender a manejar nuestros desechos sólidos, limpiar los drenajes y alcantarillados regularmente, y sobre todo, respetar la naturaleza. No podemos seguir construyendo donde no debemos y pensando que somos dueños de todo. Esto es Costa Rica, mi pana, un paraíso que hay que cuidar y proteger, mándale, ¡porfa!
Así que, hablando de eso… ¿ustedes qué opinan? Con todos estos problemas de inundaciones y la necesidad urgente de actualizar el Código Hidrológico, ¿creen que los candidatos presidenciales realmente tienen propuestas serias y viables, o será todo campaña vacía para ganarse nuestro voto? ¡Mándenos sus opiniones en el foro, queremos saber qué piensa usted!