Ay, pata, esto sí que está feo. Las lluvias de estos días han golpeado duro a varias partes del país, pero parece que El Guarco se llevó la peor parte. El cantón amaneció prácticamente bajo agua, con casas inundadas, calles imposibles y gente preocupada, imagínate. ¡Una torta lo que ha pasado!
Todo empezó con la Tormenta Tropical Melissa, que aunque no nos dio de lleno, dejó una zona de convergencia intertropical bien activa sobre Costa Rica, echándonos encima aguaceros a cántaros casi todos los días. Según el INMET, la cosa no pinta para mejorar pronto, y eso puso a temblar a muchos, especialmente a los que viven cerca de ríos y quebradas.
La Silvia, Brumasco, Barrancas, Valle Larios, Puente Negro y Tobosi son algunas de las comunidades donde la situación es más crítica. El agua entró a las casas, destrozando muebles, electrodomésticos y hasta documentos importantes. Muchos vecinos tuvieron que buscar refugio en techos o esperar a que bajara el nivel del agua, ¡pura angustia!
Pero no solo El Guarco sufrió, mae. Otros 17 cantones reportaron problemas, desde Quepos hasta Osa, pasando por Sierpe y Drake. En Paquita, el río se desbordó llevándose todo a su paso; en Osa, las mismas aguas inundaron viviendas. Hasta en Puerto Jiménez se quedaron sin luz, ¡imagínate la bronca tratando de hacerle frente a la noche sin alumbrar!
Y como si fuera poco, en Copalchí hubo un deslizamiento que cerró la carretera a Corralillo, cortándole el paso a varios. El MOPT ya anda trabajando pa’ arreglarlo, dicen, pero bueno, pa’ cuando estará listo, ¡eso es otra cosa! Así andamos, siempre con un brete detrás de otro.
Alejandro Picado, el jefe de la CNE, salió a tranquilizar a la población, recordándoles que mantienen la alerta amarilla en el Pacífico y la verde en la Central y Norte. Les pidió estar atentos a cualquier cambio en el clima y reportar cualquier emergencia al 9-1-1. “Seguimos en una condición lluviosa e inestable,” insistió, “extremen precauciones”. Dijo que tienen a unas 25 personas atendidas en albergues en Carrillo, pero afortunadamente no tuvo que haber evacuaciones masivas, todavía.
Han distribuido ayuda humanitaria en Santa Cruz y Nicoya, les están dando un respiro a los pescadores que también sufrieron las consecuencias de los aguaceros. Dicen que Melissa podría convertirse en huracán, pero por ahora, vamos viendo cómo se desarrolla la cosa. Lo cierto es que la situación está complicada y hay que estar preparados pa' lo que venga. Verás, pura vida, pero con cuidado...
Ahora, dígame usté: ¿Cree que el gobierno está haciendo lo suficiente para mitigar los efectos de estas inundaciones y proteger a las poblaciones vulnerables? ¿Y qué medidas piensa que podrían tomarse para evitar que situaciones como esta se repitan en el futuro?
Todo empezó con la Tormenta Tropical Melissa, que aunque no nos dio de lleno, dejó una zona de convergencia intertropical bien activa sobre Costa Rica, echándonos encima aguaceros a cántaros casi todos los días. Según el INMET, la cosa no pinta para mejorar pronto, y eso puso a temblar a muchos, especialmente a los que viven cerca de ríos y quebradas.
La Silvia, Brumasco, Barrancas, Valle Larios, Puente Negro y Tobosi son algunas de las comunidades donde la situación es más crítica. El agua entró a las casas, destrozando muebles, electrodomésticos y hasta documentos importantes. Muchos vecinos tuvieron que buscar refugio en techos o esperar a que bajara el nivel del agua, ¡pura angustia!
Pero no solo El Guarco sufrió, mae. Otros 17 cantones reportaron problemas, desde Quepos hasta Osa, pasando por Sierpe y Drake. En Paquita, el río se desbordó llevándose todo a su paso; en Osa, las mismas aguas inundaron viviendas. Hasta en Puerto Jiménez se quedaron sin luz, ¡imagínate la bronca tratando de hacerle frente a la noche sin alumbrar!
Y como si fuera poco, en Copalchí hubo un deslizamiento que cerró la carretera a Corralillo, cortándole el paso a varios. El MOPT ya anda trabajando pa’ arreglarlo, dicen, pero bueno, pa’ cuando estará listo, ¡eso es otra cosa! Así andamos, siempre con un brete detrás de otro.
Alejandro Picado, el jefe de la CNE, salió a tranquilizar a la población, recordándoles que mantienen la alerta amarilla en el Pacífico y la verde en la Central y Norte. Les pidió estar atentos a cualquier cambio en el clima y reportar cualquier emergencia al 9-1-1. “Seguimos en una condición lluviosa e inestable,” insistió, “extremen precauciones”. Dijo que tienen a unas 25 personas atendidas en albergues en Carrillo, pero afortunadamente no tuvo que haber evacuaciones masivas, todavía.
Han distribuido ayuda humanitaria en Santa Cruz y Nicoya, les están dando un respiro a los pescadores que también sufrieron las consecuencias de los aguaceros. Dicen que Melissa podría convertirse en huracán, pero por ahora, vamos viendo cómo se desarrolla la cosa. Lo cierto es que la situación está complicada y hay que estar preparados pa' lo que venga. Verás, pura vida, pero con cuidado...
Ahora, dígame usté: ¿Cree que el gobierno está haciendo lo suficiente para mitigar los efectos de estas inundaciones y proteger a las poblaciones vulnerables? ¿Y qué medidas piensa que podrían tomarse para evitar que situaciones como esta se repitan en el futuro?