¡Duro, duro! Se armó un bajón histórico en los precios de la gasolina, y no precisamente porque le dieron al palo al carro. La ARESEP le dio luz verde a una rebaja que lleva los precios de los combustibles a niveles que ni mi abuela recordaba, ¡y eso que ella tiene memoria de pez! Imagínate, ¡desde hace cuatro años que no veíamos esto!
Según fuentes oficiales, la caída en los mercados internacionales de petróleo y la gallada del tipo de cambio nos anduvieron jugando a favor, permitiendo que la Autoridad Reguladora de los Servicios Públicos (ARESEP) decidiera hacerle un paro al bolsillo de los conductores. Así que preparen los carros, porque la próxima semana verán la diferencia reflejada en las bombas.
Pero la verdadera sorpresa viene con la gasolina Súper. ¡Ay, la Súper! Esta va a tener un ajuste de 19 colones por litro, ¡una verdadera chimba! Esto crea una situación rarísima en el mercado, porque la diferencia de precio entre la Súper y la Regular se reduce a solo 8 colones. Ya me imagino a medio país cambiando al nuevo combustible, buscando ese poquito más de rendimiento a cambio de unos pocos quetzales.
Para que se hagan una idea clara, estos serán los nuevos precios en las estaciones de servicio: Gasolina Súper pasará a costar ₡643 (-₡19); Gasolina Regular, ₡635 (-₡2); y Diésel, ₡557 (-₡6). Un alivio, sin lugar a dudas, especialmente ahora que estamos a puertas de fin de año y los gastos se empiezan a sumar como chanclas en la playa.
Y no solo los que manejamos carros celebramos. El Gas Licuado de Petróleo (GLP), ese chunche indispensable para cocinar en la mayoría de nuestros hogares – y para mantener funcionando las sodas y restaurantes– también recibirá una rebaja considerable de ₡224 por cilindro de 25 libras. ¡Imagínatelo! ¡Más plata para comprar ingredientes para esos tamales que ya huecen en la mente! El precio final al consumidor será de ₡6.800, una ayuda de verdad para estos tiempos de incertidumbre.
Según Carolina Mora, vocera de la ARESEP, esta decisión se basa puramente en las fluctuaciones del mercado internacional, una coyuntura que Costa Rica ha logrado capitalizar a través de esta regulación tarifaria. En otras palabras, no hay magia, simplemente estamos aprovechando las condiciones favorables que ofrece el panorama global. Aunque pa’ nosotros, se siente como si nos hubieran dado una palmadita en la espalda.
Ahora, analizando un poco la vara, esta rebaja en los combustibles llega en un momento crucial para la economía familiar. Con la inflación apretando y los precios de todo por las nubes, cualquier ahorro cuenta. Y aunque 8 o 19 colones por litro puedan parecer poca cosa, la suma total al final del mes puede representar una diferencia importante en el presupuesto mensual. Además, impulsa el consumo, algo que siempre es bueno para activar la economía nacional.
En fin, parece que Santa Claus llegó anticipadamente este año. Pero, dígame usted, ¿cree que esta rebaja es suficiente para contrarrestar el impacto general de la inflación en los hogares costarricenses, o sería mejor enfocarse en medidas más estructurales a largo plazo para estabilizar los precios de los combustibles?
Según fuentes oficiales, la caída en los mercados internacionales de petróleo y la gallada del tipo de cambio nos anduvieron jugando a favor, permitiendo que la Autoridad Reguladora de los Servicios Públicos (ARESEP) decidiera hacerle un paro al bolsillo de los conductores. Así que preparen los carros, porque la próxima semana verán la diferencia reflejada en las bombas.
Pero la verdadera sorpresa viene con la gasolina Súper. ¡Ay, la Súper! Esta va a tener un ajuste de 19 colones por litro, ¡una verdadera chimba! Esto crea una situación rarísima en el mercado, porque la diferencia de precio entre la Súper y la Regular se reduce a solo 8 colones. Ya me imagino a medio país cambiando al nuevo combustible, buscando ese poquito más de rendimiento a cambio de unos pocos quetzales.
Para que se hagan una idea clara, estos serán los nuevos precios en las estaciones de servicio: Gasolina Súper pasará a costar ₡643 (-₡19); Gasolina Regular, ₡635 (-₡2); y Diésel, ₡557 (-₡6). Un alivio, sin lugar a dudas, especialmente ahora que estamos a puertas de fin de año y los gastos se empiezan a sumar como chanclas en la playa.
Y no solo los que manejamos carros celebramos. El Gas Licuado de Petróleo (GLP), ese chunche indispensable para cocinar en la mayoría de nuestros hogares – y para mantener funcionando las sodas y restaurantes– también recibirá una rebaja considerable de ₡224 por cilindro de 25 libras. ¡Imagínatelo! ¡Más plata para comprar ingredientes para esos tamales que ya huecen en la mente! El precio final al consumidor será de ₡6.800, una ayuda de verdad para estos tiempos de incertidumbre.
Según Carolina Mora, vocera de la ARESEP, esta decisión se basa puramente en las fluctuaciones del mercado internacional, una coyuntura que Costa Rica ha logrado capitalizar a través de esta regulación tarifaria. En otras palabras, no hay magia, simplemente estamos aprovechando las condiciones favorables que ofrece el panorama global. Aunque pa’ nosotros, se siente como si nos hubieran dado una palmadita en la espalda.
Ahora, analizando un poco la vara, esta rebaja en los combustibles llega en un momento crucial para la economía familiar. Con la inflación apretando y los precios de todo por las nubes, cualquier ahorro cuenta. Y aunque 8 o 19 colones por litro puedan parecer poca cosa, la suma total al final del mes puede representar una diferencia importante en el presupuesto mensual. Además, impulsa el consumo, algo que siempre es bueno para activar la economía nacional.
En fin, parece que Santa Claus llegó anticipadamente este año. Pero, dígame usted, ¿cree que esta rebaja es suficiente para contrarrestar el impacto general de la inflación en los hogares costarricenses, o sería mejor enfocarse en medidas más estructurales a largo plazo para estabilizar los precios de los combustibles?
