¡Qué alivio para tantas familias! La Asamblea Legislativa le dio luz verde a un proyecto de ley que promete sacudir los cimientos de instituciones que han guardado silencio ante casos de abuso sexual contra menores. Se acabó la bronca de taparle el ojo a la verdad; ahora, si te metes con los ninos, pagas las consecuencias.
Desde hace años, ha sido una preocupación constante cómo ciertas organizaciones, desde parroquias hasta clubes deportivos, han intentado proteger a sus miembros acusados de cometer estos terribles actos. La información llegaba a cuentagotas, y muchas veces, las víctimas eran silenciadas por miedo o vergüenza. Era una torta gigante, diay, ver cómo se manejaban estas situaciones.
Este nuevo proyecto de ley, impulsado principalmente por el Frente Amplio, va directo al grano. Establece una responsabilidad civil solidaria para cualquier organización – ya sean asociaciones comunitarias, clubes, iglesias o empresas – que intente encubrir o minimizar estos delitos. Esto significa que si una institución sabe de un caso y decide callarse, tendrá que pagarle a la víctima, además de enfrentarse a otras sanciones.
Pero eso no es todo. También se amplían los plazos de prescripción para estos delitos, lo que significa que los responsables no podrán escapar fácilmente, ni siquiera después de muchos años. Antes, algunos abogados encontraban resquicios para evitar que los culpables fueran juzgados, pero ahora será mucho más difícil. Este brete les pondrá las cosas bien difíciles, mándale un saludo.
Un punto clave del proyecto es la modificación del secreto de confesión para sacerdotes. Ahora, si un sacerdote conoce información sobre un abuso y no la revela a las autoridades competentes, la institución religiosa también será responsable. Esto abre un debate importante sobre la relación entre la fe y la protección de los más vulnerables, un tema que siempre genera controversia.
Según declaraciones del legislador Antonio Ortega, muchos de estos abusos ocurren en ámbitos de confianza, donde existe una dinámica de poder desigual. “Muchos abusos no dejan marcas físicas evidentes, pero generan secuelas psicológicas profundas en las víctimas. Es crucial romper el ciclo del silencio y asegurar que quienes denuncian sean escuchados y protegidos”, afirmó Ortega en entrevista exclusiva para Foro de Costa Rica.
Esta aprobación ha generado reacciones mixtas. Por un lado, organizaciones defensoras de los derechos de los niños y adolescentes han celebrado la medida como un paso fundamental hacia la justicia. “Es un día histórico para Costa Rica. Demuestra que estamos avanzando en la lucha contra la impunidad y que valoramos la integridad física y emocional de nuestros hijos”, expresó María López, directora de la ONG ‘Niños Seguros’. Por otro lado, algunas entidades religiosas han expresado preocupaciones sobre la posible afectación a la libertad religiosa.
En fin, este es un cambio significativo en la legislación costarricense y un mensaje claro: nadie, absolutamente nadie, puede seguir protegiendo a los depredadores infantiles. Pero, ¿cree usted que esta ley realmente logrará erradicar el encubrimiento de abusos en nuestro país, o simplemente será otro papel mojado? Déjeme saber su opinión en los comentarios, qué piensa sobre esto, maé.
Desde hace años, ha sido una preocupación constante cómo ciertas organizaciones, desde parroquias hasta clubes deportivos, han intentado proteger a sus miembros acusados de cometer estos terribles actos. La información llegaba a cuentagotas, y muchas veces, las víctimas eran silenciadas por miedo o vergüenza. Era una torta gigante, diay, ver cómo se manejaban estas situaciones.
Este nuevo proyecto de ley, impulsado principalmente por el Frente Amplio, va directo al grano. Establece una responsabilidad civil solidaria para cualquier organización – ya sean asociaciones comunitarias, clubes, iglesias o empresas – que intente encubrir o minimizar estos delitos. Esto significa que si una institución sabe de un caso y decide callarse, tendrá que pagarle a la víctima, además de enfrentarse a otras sanciones.
Pero eso no es todo. También se amplían los plazos de prescripción para estos delitos, lo que significa que los responsables no podrán escapar fácilmente, ni siquiera después de muchos años. Antes, algunos abogados encontraban resquicios para evitar que los culpables fueran juzgados, pero ahora será mucho más difícil. Este brete les pondrá las cosas bien difíciles, mándale un saludo.
Un punto clave del proyecto es la modificación del secreto de confesión para sacerdotes. Ahora, si un sacerdote conoce información sobre un abuso y no la revela a las autoridades competentes, la institución religiosa también será responsable. Esto abre un debate importante sobre la relación entre la fe y la protección de los más vulnerables, un tema que siempre genera controversia.
Según declaraciones del legislador Antonio Ortega, muchos de estos abusos ocurren en ámbitos de confianza, donde existe una dinámica de poder desigual. “Muchos abusos no dejan marcas físicas evidentes, pero generan secuelas psicológicas profundas en las víctimas. Es crucial romper el ciclo del silencio y asegurar que quienes denuncian sean escuchados y protegidos”, afirmó Ortega en entrevista exclusiva para Foro de Costa Rica.
Esta aprobación ha generado reacciones mixtas. Por un lado, organizaciones defensoras de los derechos de los niños y adolescentes han celebrado la medida como un paso fundamental hacia la justicia. “Es un día histórico para Costa Rica. Demuestra que estamos avanzando en la lucha contra la impunidad y que valoramos la integridad física y emocional de nuestros hijos”, expresó María López, directora de la ONG ‘Niños Seguros’. Por otro lado, algunas entidades religiosas han expresado preocupaciones sobre la posible afectación a la libertad religiosa.
En fin, este es un cambio significativo en la legislación costarricense y un mensaje claro: nadie, absolutamente nadie, puede seguir protegiendo a los depredadores infantiles. Pero, ¿cree usted que esta ley realmente logrará erradicar el encubrimiento de abusos en nuestro país, o simplemente será otro papel mojado? Déjeme saber su opinión en los comentarios, qué piensa sobre esto, maé.