¡Ay, mae! La cosa está dura por estos lados. Una tragedia sacudió a Tacacorí, Alajuela, este fin de semana, dejando un vacío inmenso en dos familias y toda la comunidad. Se trata de Yelsin Reyes Pineda, de 13 años, y su hermanito de 10, quienes lamentablemente perdieron la vida en una piscina durante una celebración. La noticia cayó como balde de agua fría, ¿eh?
Según nos cuentan los vecinos, los chiquillos estaban invitados a una pachanga en la zona y tenían el visto bueno de su mami para ir. Parece que todo estaba bien, un día normal, hasta que... bueno, pasó lo inesperado. La Cruz Roja llegó rápido, se fajaron como pueden intentando salvarlos, pero desafortunadamente no hubo manera. Más de 45 minutos de esfuerzo y nada. Qué sal!
Ahora, la familia y sus allegados están pasando por momentos difíciles. Este lunes amaneció con un ambiente pesado en Alajuela, porque hoy le dieron el adiós final a los dos jóvenes en el Cementerio Central. Decenas de personas se acercaron para mostrarle a la familia su cariño y apoyo, un gesto sincero en estas circunstancias tan dolorosas. Se veía la pena en la cara de todos, diay.
El Liceo Otilio Ulate Blanco, donde estudiaba Yelsin, también está de luto. Su director, Gustavo Ramos Bermúdez, lo describió como un chamo “calladito, tranqui y muy bueno”. Nos contó que él era de esos estudiantes que se esforzaban mucho, a pesar de tener limitaciones económicas. Recibía becas del comedor y del transporte, una muestra de cómo se apoya a los muchachos para que puedan seguir estudiando. Un brete para esa familia, créeme.
Además, el hermanito menor iba a la Escuela Timoleón Morera Soto, y ahí también lo recordaron con mucho cariño. Dicen que era un niño alegre y siempre dispuesto a ayudar. Imagínate el dolor que sienten sus compañeros y maestritas. Es que estos casos te tocan el corazón, ¿verdad? Uno piensa en qué pudo haber pasado, en qué se podría haber hecho diferente… Pero ahora solo queda recordarles con alegría y brindarles nuestro apoyo a sus familiares.
Las investigaciones aún están en curso, tratando de esclarecer exactamente qué sucedió. Las autoridades ya están revisando los protocolos de seguridad en piscinas públicas y privadas para evitar que tragedias similares vuelvan a ocurrir. Es importante que todos seamos conscientes de la importancia de la supervisión constante de los niños cerca del agua. No queremos que esto pase con otros chiquillos, ni mucho menos.
Este tipo de situaciones nos recuerdan lo frágil que es la vida y la importancia de valorar cada momento. También nos enseñan la fortaleza de la comunidad costarricense, que se une en los momentos de adversidad para ofrecer consuelo y esperanza. Ver a tanta gente apoyando a la familia de los hermanitos es realmente inspirador. Eso sí es ser tico, ¿eh? Una masa solidaria, aunque a veces nos peleemos por cosas bobas.
Esta pérdida deja una cicatriz profunda en toda la comunidad de Alajuela y en el país entero. Nuestra solidaridad y pensamientos están con la familia Reyes Pineda en este momento tan difícil. Ahora me pregunto, ¿qué medidas creen ustedes que deberían tomarse para garantizar la seguridad de los niños en lugares públicos como piscinas y parques acuáticos y cómo podemos fomentar una cultura de prevención y responsabilidad entre padres y cuidadores?
Según nos cuentan los vecinos, los chiquillos estaban invitados a una pachanga en la zona y tenían el visto bueno de su mami para ir. Parece que todo estaba bien, un día normal, hasta que... bueno, pasó lo inesperado. La Cruz Roja llegó rápido, se fajaron como pueden intentando salvarlos, pero desafortunadamente no hubo manera. Más de 45 minutos de esfuerzo y nada. Qué sal!
Ahora, la familia y sus allegados están pasando por momentos difíciles. Este lunes amaneció con un ambiente pesado en Alajuela, porque hoy le dieron el adiós final a los dos jóvenes en el Cementerio Central. Decenas de personas se acercaron para mostrarle a la familia su cariño y apoyo, un gesto sincero en estas circunstancias tan dolorosas. Se veía la pena en la cara de todos, diay.
El Liceo Otilio Ulate Blanco, donde estudiaba Yelsin, también está de luto. Su director, Gustavo Ramos Bermúdez, lo describió como un chamo “calladito, tranqui y muy bueno”. Nos contó que él era de esos estudiantes que se esforzaban mucho, a pesar de tener limitaciones económicas. Recibía becas del comedor y del transporte, una muestra de cómo se apoya a los muchachos para que puedan seguir estudiando. Un brete para esa familia, créeme.
Además, el hermanito menor iba a la Escuela Timoleón Morera Soto, y ahí también lo recordaron con mucho cariño. Dicen que era un niño alegre y siempre dispuesto a ayudar. Imagínate el dolor que sienten sus compañeros y maestritas. Es que estos casos te tocan el corazón, ¿verdad? Uno piensa en qué pudo haber pasado, en qué se podría haber hecho diferente… Pero ahora solo queda recordarles con alegría y brindarles nuestro apoyo a sus familiares.
Las investigaciones aún están en curso, tratando de esclarecer exactamente qué sucedió. Las autoridades ya están revisando los protocolos de seguridad en piscinas públicas y privadas para evitar que tragedias similares vuelvan a ocurrir. Es importante que todos seamos conscientes de la importancia de la supervisión constante de los niños cerca del agua. No queremos que esto pase con otros chiquillos, ni mucho menos.
Este tipo de situaciones nos recuerdan lo frágil que es la vida y la importancia de valorar cada momento. También nos enseñan la fortaleza de la comunidad costarricense, que se une en los momentos de adversidad para ofrecer consuelo y esperanza. Ver a tanta gente apoyando a la familia de los hermanitos es realmente inspirador. Eso sí es ser tico, ¿eh? Una masa solidaria, aunque a veces nos peleemos por cosas bobas.
Esta pérdida deja una cicatriz profunda en toda la comunidad de Alajuela y en el país entero. Nuestra solidaridad y pensamientos están con la familia Reyes Pineda en este momento tan difícil. Ahora me pregunto, ¿qué medidas creen ustedes que deberían tomarse para garantizar la seguridad de los niños en lugares públicos como piscinas y parques acuáticos y cómo podemos fomentar una cultura de prevención y responsabilidad entre padres y cuidadores?