¡Ay, Dios mío! Aquí les va la bronca: parece que unos tramposos andan jugando sucio con los celulares de los nacionales. El Tribunal Supremo de Elecciones (TSE) soltó un comunicado rapidito para aclarar que un mensajito de texto que anda circulando es pura invención, un maje inventao pa' confundiarnos.
Según la institución, ese SMS que promete cosas raras (y ni me pregunten qué cosas, porque yo tampoco entendí mucho) no tiene absolutamente nada que ver con el TSE. Vamos, que es como si te viniera un churri a decirte que ganaste la lotería, ¡qué sal!
Lo que preocupa es que estos tipos, allá donde estén, están buscando cómo engañarnos. El mensaje viene con un link sospechoso, y obviamente, el TSE advierte enfáticamente: ¡No le den click a eso, por favor! Podrían meterse en problemas gordos, perder plata o peor aún, robarles información personal. Qué torta sería caer en esa vaina.
Esta no es la primera vez que vemos estas cosas, ¿eh? Ya hemos pasado por varios intentos de estafas similares, así que hay que estar siempre alertas y no dejarse llevar por la codicia o por la curiosidad. El TSE está haciendo bien en avisarnos, porque ya saben, los malos nunca descansan.
Pero esto también nos deja pensando: ¿Cómo es que estas bandas criminales pueden llegar a tantos celulares tan fácil? ¿Estamos demasiado conectados? ¿Será que necesitamos leyes más estrictas para proteger nuestros datos personales? Son preguntas que ameritan un buen debate, diay.
Y hablando de debate, la polémica con la subasta de frecuencias sigue candela. La Sala IV está revisando un recurso de amparo relacionado con este tema, y la gente está dividida. Algunos dicen que todo está bien, que se hizo conforme a la ley; otros aseguran que hubo irregularidades y que se favoreció a unos pocos. ¡Un brete, mae!
Mientras tanto, seguimos pendientes de los resultados de esa revisión judicial. Lo que sí está claro es que este tema no se va a ir solo así nomás. Hay demasiados intereses en juego, demasiada plata moviéndose, y la ciudadanía merece saber qué está pasando con sus recursos.
Ahora dime, ¿crees que el Estado debería invertir más en educación digital para evitar que caigamos en trampas como esta, o es responsabilidad exclusiva de cada quien cuidar su propia información? ¿Y cuál crees que es la jugada maestra detrás de todos estos intentos de fraude?
Según la institución, ese SMS que promete cosas raras (y ni me pregunten qué cosas, porque yo tampoco entendí mucho) no tiene absolutamente nada que ver con el TSE. Vamos, que es como si te viniera un churri a decirte que ganaste la lotería, ¡qué sal!
Lo que preocupa es que estos tipos, allá donde estén, están buscando cómo engañarnos. El mensaje viene con un link sospechoso, y obviamente, el TSE advierte enfáticamente: ¡No le den click a eso, por favor! Podrían meterse en problemas gordos, perder plata o peor aún, robarles información personal. Qué torta sería caer en esa vaina.
Esta no es la primera vez que vemos estas cosas, ¿eh? Ya hemos pasado por varios intentos de estafas similares, así que hay que estar siempre alertas y no dejarse llevar por la codicia o por la curiosidad. El TSE está haciendo bien en avisarnos, porque ya saben, los malos nunca descansan.
Pero esto también nos deja pensando: ¿Cómo es que estas bandas criminales pueden llegar a tantos celulares tan fácil? ¿Estamos demasiado conectados? ¿Será que necesitamos leyes más estrictas para proteger nuestros datos personales? Son preguntas que ameritan un buen debate, diay.
Y hablando de debate, la polémica con la subasta de frecuencias sigue candela. La Sala IV está revisando un recurso de amparo relacionado con este tema, y la gente está dividida. Algunos dicen que todo está bien, que se hizo conforme a la ley; otros aseguran que hubo irregularidades y que se favoreció a unos pocos. ¡Un brete, mae!
Mientras tanto, seguimos pendientes de los resultados de esa revisión judicial. Lo que sí está claro es que este tema no se va a ir solo así nomás. Hay demasiados intereses en juego, demasiada plata moviéndose, y la ciudadanía merece saber qué está pasando con sus recursos.
Ahora dime, ¿crees que el Estado debería invertir más en educación digital para evitar que caigamos en trampas como esta, o es responsabilidad exclusiva de cada quien cuidar su propia información? ¿Y cuál crees que es la jugada maestra detrás de todos estos intentos de fraude?