¡Quiubo, mi gente del Foro! Resulta que toda Latinoamérica anda buscando cómo echarle una mano a esos millones de mae que andan trabajando duro pero sin ninguna red de seguridad. Ya saben, esos taxistas, vendedores ambulantes, gente que le pone huevo para salir adelante... pues parece que la tecnología podría ser la respuesta, y no me refiero a otra app pa’ pedir comida, sino a algo mucho más importante: seguros accesibles y fáciles de pagar.
Según un estudio de Credicorp –sí, esa empresa gorda– apenas el 18% de los trabajadores informales en nuestra querida Latinoamérica tienen acceso a servicios financieros avanzados. ¡Una torta! Imagínate, casi el 82% andamos regodeándonos, esperando que no nos toque una vara mágica porque si no, estamos fregados. Y ni hablemos de la brecha con los trabajadores formales, donde la cifra sube al 42%. Claramente hay algo raro ahí, un desperdicio de potencial y oportunidades.
Ahora bien, resulta que un señor llamado Javier Cabello, que trabaja en Metlife Xcelerator, anda dando vueltas con una idea que suena bastante chiva: seguros 100% digitales, diseñados pensando en la simplicidad y la facilidad de pago. Piensa en conductores de Uber, fiineros que venden sus cositas por internet, emprendedores que se parten el lomo para sacar adelante sus negocios… todos ellos, que además sostienen buena parte de la economía de la región, pero que siguen afuera de los seguros tradicionales. ¡Un brete el que llevan!
Lo interesante de todo esto es cómo la inteligencia artificial (IA) está entrando en juego. Parece mentira, pero ahora tenemos agentes virtuales capaces de analizar cada caso particular y ofrecer una póliza personalizada en menos de 24 horas. ¡Y luego, integrarla en 48! Eso sí es trabajar a marchas forzadas, diay. Estos seguros, que llaman “embebidos”, se activan automáticamente cuando haces una compra, recibes un pago o te registras en una aplicación. Menos papeleo, menos intermediarios y más tranquilidad para el bolsillo.
Pero vamos a ver la realidad, ¿no? El 70% de los trabajadores independientes dicen no tener un fondo de emergencia para cubrir ni siquiera tres meses de gastos. ¡Eso es más que preocupante! Y un 62% ha sufrido retrasos en los pagos o fraudes. Ahí es donde estos microseguros digitales entran en juego como salvavidas. Son rápidos, baratos y fáciles de entender, algo vital para gente que no tiene tiempo ni paciencia para leer contratos largos y complicados.
Y ojo, que esto no es solo moda pasajera. Países como Brasil y México están avanzando en temas de Open Finance y Fintech, abriendo la puerta a nuevos modelos de negocio y facilitando la adopción de estas tecnologías. MetLife Xcelerator, por ejemplo, está haciendo alianzas con bancos digitales, billeteras electrónicas y tiendas online para integrar la protección directamente en la experiencia del usuario. ¡Así, sin complicaciones!
Básicamente, lo que estamos viendo es un cambio radical en la forma en que entendemos la protección financiera. No se trata solo de tener una cuenta bancaria, sino de tener respaldo ante cualquier eventualidad. Y eso solo es posible si la protección está presente en nuestra vida diaria, como una sombra fiel. La digitalización, lejos de ser un lujo, se está convirtiendo en una herramienta clave para democratizar el acceso a los seguros y darle una mano amiga a quienes más lo necesitan. ¡Qué nivel!
Entonces, mi gente, dime yo: ¿crees que esta ola de seguros digitales realmente va a llegar a cambiarle la vida a los miles de trabajadores informales de nuestro país y de la región? ¿Se romperá finalmente esa barrera que los mantiene alejados de la protección, o seguirá siendo una promesa vacía? Déjanme tus opiniones abajo, ¡quiero saber qué piensas tú!
Según un estudio de Credicorp –sí, esa empresa gorda– apenas el 18% de los trabajadores informales en nuestra querida Latinoamérica tienen acceso a servicios financieros avanzados. ¡Una torta! Imagínate, casi el 82% andamos regodeándonos, esperando que no nos toque una vara mágica porque si no, estamos fregados. Y ni hablemos de la brecha con los trabajadores formales, donde la cifra sube al 42%. Claramente hay algo raro ahí, un desperdicio de potencial y oportunidades.
Ahora bien, resulta que un señor llamado Javier Cabello, que trabaja en Metlife Xcelerator, anda dando vueltas con una idea que suena bastante chiva: seguros 100% digitales, diseñados pensando en la simplicidad y la facilidad de pago. Piensa en conductores de Uber, fiineros que venden sus cositas por internet, emprendedores que se parten el lomo para sacar adelante sus negocios… todos ellos, que además sostienen buena parte de la economía de la región, pero que siguen afuera de los seguros tradicionales. ¡Un brete el que llevan!
Lo interesante de todo esto es cómo la inteligencia artificial (IA) está entrando en juego. Parece mentira, pero ahora tenemos agentes virtuales capaces de analizar cada caso particular y ofrecer una póliza personalizada en menos de 24 horas. ¡Y luego, integrarla en 48! Eso sí es trabajar a marchas forzadas, diay. Estos seguros, que llaman “embebidos”, se activan automáticamente cuando haces una compra, recibes un pago o te registras en una aplicación. Menos papeleo, menos intermediarios y más tranquilidad para el bolsillo.
Pero vamos a ver la realidad, ¿no? El 70% de los trabajadores independientes dicen no tener un fondo de emergencia para cubrir ni siquiera tres meses de gastos. ¡Eso es más que preocupante! Y un 62% ha sufrido retrasos en los pagos o fraudes. Ahí es donde estos microseguros digitales entran en juego como salvavidas. Son rápidos, baratos y fáciles de entender, algo vital para gente que no tiene tiempo ni paciencia para leer contratos largos y complicados.
Y ojo, que esto no es solo moda pasajera. Países como Brasil y México están avanzando en temas de Open Finance y Fintech, abriendo la puerta a nuevos modelos de negocio y facilitando la adopción de estas tecnologías. MetLife Xcelerator, por ejemplo, está haciendo alianzas con bancos digitales, billeteras electrónicas y tiendas online para integrar la protección directamente en la experiencia del usuario. ¡Así, sin complicaciones!
Básicamente, lo que estamos viendo es un cambio radical en la forma en que entendemos la protección financiera. No se trata solo de tener una cuenta bancaria, sino de tener respaldo ante cualquier eventualidad. Y eso solo es posible si la protección está presente en nuestra vida diaria, como una sombra fiel. La digitalización, lejos de ser un lujo, se está convirtiendo en una herramienta clave para democratizar el acceso a los seguros y darle una mano amiga a quienes más lo necesitan. ¡Qué nivel!
Entonces, mi gente, dime yo: ¿crees que esta ola de seguros digitales realmente va a llegar a cambiarle la vida a los miles de trabajadores informales de nuestro país y de la región? ¿Se romperá finalmente esa barrera que los mantiene alejados de la protección, o seguirá siendo una promesa vacía? Déjanme tus opiniones abajo, ¡quiero saber qué piensas tú!