¡Imagínate la sorpresa, pura vida! Justo cuando andábamos batallando con el aumento del frijol y la gasolina, nos llega una excelente noticia: la luz va a seguir baratiéndose. Sí, señores, por tercer año corrido, el ICE nos da un respiro y la factura mensual se pone más amigable. Esto es como encontrarle chancla al mar, ¡qué alivio!
Parece mentira, pero es verdad. Después de unos años donde el recibo de la luz parecía que iba directo al infinito, ahora podemos empezar a planear unas vacaciones sin tanto apuro. Según los cálculos del Instituto Costarricense de Electricidad, gracias a una serie de factores bien interesantes, la tarifa eléctrica se reducirá significativamente a partir del primero de enero del dos mil veintiséis.
Y ojo, que no hablamos de un cambio insignificante. Estamos hablando de un descuento considerable tanto en la generación como en la distribución de la energía. La solicitud que ya está en manos de la Aresep – esos que siempre tienen la última palabra – propone una bajada del 10.37% en el sistema de generación y del 8.72% en el de distribución. ¡Eso sí es mover el acelerador, compa!
Pero, ¿cómo es posible que la luz baje mientras todo lo demás sube? Aquí entra el rol protagónico del Mercado Eléctrico Regional (MER). Resulta que Costa Rica, aprovechando sus recursos naturales, ha sabido vender el excedente de energía a nuestros hermanos centroamericanos, generando buenos ingresos que nos benefician a todos. Además, hemos reducido nuestro gasto en combustible para las plantas termoeléctricas, lo cual también contribuye a bajar costos.
Para ponerlo en términos más claros, pensemos en una familia promedio que gasta unos 200 kilowatts hora al mes. En el año 2022, esa familia estaba pagando alrededor de diecisiete mil trescientos noventa y un colones. Pero, ¡sorpresa!, en el 2026, por el mismo consumo, pagarán quince mil novecientos noventa y nueve colones. ¡Casi dos mil colones de diferencia! Un ahorro importante que se siente en el bolsillo.
Esto representa un respiro para cerca de cuatro millones de costarricenses que reciben el servicio del ICE y la Compañía Nacional de Fuerza y Luz (CNFL), especialmente para aquellos que más lo necesitan. Aunque todavía tenemos que esperar la aprobación final de la Aresep, los pronósticos son muy alentadores y dan pie a optimismo.
Claro que la sostenibilidad del sistema eléctrico es primordial, y el ICE asegura estar trabajando para mantener la calidad del servicio sin comprometer las finanzas de la institución. No queremos que esta rebaja sea temporal y luego nos llevemos otra clavada, ¿verdad? La transparencia y la gestión responsable son claves para garantizar que estos beneficios perduren en el tiempo. Es importante recordar que el brete de administrar la energía nacional es complejo y requiere de decisiones estratégicas.
Entonces, díganos, ¿cree que esta reducción en la tarifa eléctrica será suficiente para aliviar la economía familiar en medio de tantos desafíos? ¿Deberían tomar otras medidas complementarias para apoyar a los hogares más vulnerables? Deje sus opiniones y sugerencias en los comentarios, ¡queremos saber qué piensa la gente!”,
Con información de Foro de Costa Rica.
Parece mentira, pero es verdad. Después de unos años donde el recibo de la luz parecía que iba directo al infinito, ahora podemos empezar a planear unas vacaciones sin tanto apuro. Según los cálculos del Instituto Costarricense de Electricidad, gracias a una serie de factores bien interesantes, la tarifa eléctrica se reducirá significativamente a partir del primero de enero del dos mil veintiséis.
Y ojo, que no hablamos de un cambio insignificante. Estamos hablando de un descuento considerable tanto en la generación como en la distribución de la energía. La solicitud que ya está en manos de la Aresep – esos que siempre tienen la última palabra – propone una bajada del 10.37% en el sistema de generación y del 8.72% en el de distribución. ¡Eso sí es mover el acelerador, compa!
Pero, ¿cómo es posible que la luz baje mientras todo lo demás sube? Aquí entra el rol protagónico del Mercado Eléctrico Regional (MER). Resulta que Costa Rica, aprovechando sus recursos naturales, ha sabido vender el excedente de energía a nuestros hermanos centroamericanos, generando buenos ingresos que nos benefician a todos. Además, hemos reducido nuestro gasto en combustible para las plantas termoeléctricas, lo cual también contribuye a bajar costos.
Para ponerlo en términos más claros, pensemos en una familia promedio que gasta unos 200 kilowatts hora al mes. En el año 2022, esa familia estaba pagando alrededor de diecisiete mil trescientos noventa y un colones. Pero, ¡sorpresa!, en el 2026, por el mismo consumo, pagarán quince mil novecientos noventa y nueve colones. ¡Casi dos mil colones de diferencia! Un ahorro importante que se siente en el bolsillo.
Esto representa un respiro para cerca de cuatro millones de costarricenses que reciben el servicio del ICE y la Compañía Nacional de Fuerza y Luz (CNFL), especialmente para aquellos que más lo necesitan. Aunque todavía tenemos que esperar la aprobación final de la Aresep, los pronósticos son muy alentadores y dan pie a optimismo.
Claro que la sostenibilidad del sistema eléctrico es primordial, y el ICE asegura estar trabajando para mantener la calidad del servicio sin comprometer las finanzas de la institución. No queremos que esta rebaja sea temporal y luego nos llevemos otra clavada, ¿verdad? La transparencia y la gestión responsable son claves para garantizar que estos beneficios perduren en el tiempo. Es importante recordar que el brete de administrar la energía nacional es complejo y requiere de decisiones estratégicas.
Entonces, díganos, ¿cree que esta reducción en la tarifa eléctrica será suficiente para aliviar la economía familiar en medio de tantos desafíos? ¿Deberían tomar otras medidas complementarias para apoyar a los hogares más vulnerables? Deje sus opiniones y sugerencias en los comentarios, ¡queremos saber qué piensa la gente!”,
Con información de Foro de Costa Rica.