¡Qué despiche el que se armó en Atenas, pura vida! El Organismo de Investigación Judicial (OIJ) realizó un allanamiento a una casa en el sector de Estanquillos y agarró a dos tipos vendiendo droga a plena luz del día. Parece que estos señores estaban metidos hasta el cuello en el negocio de la cocaína y la marihuana, dando vuelta a la piedra en medio del barrio.
Según nos cuentan los judiciales, la movida empezó hace unos meses, allá por agosto, cuando empezaron a recibir pistas de que estos dos maes andaban ofreciendo sus productos en la calle. Ya saben, esos negocios que se hacen a la vista de todos, sin pena ni vergüenza. Al parecer, la información llegó bastante detallada, porque pudieron ubicar exactamente dónde estaban operando y cómo hacían sus tratos.
Después de varios días de seguimientos y recolección de pruebas, el OIJ pudo obtener la orden judicial para registrar la vivienda. No se anduvieron con rodeos y entraron contundentes, poniendo fin a la operación de estos vendedores ambulantes de sustancias ilícitas. La coordinación fue excelente, parece que tenían todo bien planeado para evitar cualquier complicación.
En el allanamiento, aparte de detener a los sospechosos, también decomisaron una buena cantidad de dinero en efectivo y varios celulares. Esto sugiere que la operación era más grande de lo que aparentaba a simple vista. Ya no eran unos vándalos casuales, sino que parecían tener una red organizada para distribuir la droga en la zona. Se estima que tenían clientes fijos y que hacían entregas regulares.
Los implicados, identificados como Mora, de 23 años, y Cortés, de 33, ya están en manos del Ministerio Público, esperando que determinen qué les va a pasar. Les tocará enfrentar cargos graves por tráfico de drogas, y seguramente van a pasar muchos años tras las rejas si los encuentran culpables. Que le den duro, a ver si aprenden la lección.
Este caso resalta nuevamente el problema de la venta de drogas en zonas residenciales de nuestro país. A pesar de los esfuerzos de las autoridades, todavía hay quienes se atreven a poner en riesgo la seguridad de nuestras comunidades. Es importante seguir denunciando este tipo de actividades para poder erradicarla por completo y darle tranquilidad a nuestros vecinos.
Muchos en el vecindario comentan que últimamente habían visto movimientos extraños cerca de la casa allanada. Algunos incluso mencionan haber presenciado intercambios sospechosos entre desconocidos. Sin embargo, nadie se animó a denunciar, quizás por miedo a represalias o simplemente por no querer meterse en problemas. Un verdadero despiste generalizado, vaya.
Este allanamiento en Atenas es otro golpe al narcotráfico en Costa Rica, pero la pregunta que queda flotando es: ¿Cómo podemos, como comunidad, fortalecer nuestra participación ciudadana para prevenir estas situaciones desde el principio y construir barrios más seguros para todos? ¿Será que necesitamos más programas de prevención en las escuelas y espacios comunitarios para educar a nuestros jóvenes sobre los peligros de las drogas y fomentar una cultura de denuncia responsable?
Según nos cuentan los judiciales, la movida empezó hace unos meses, allá por agosto, cuando empezaron a recibir pistas de que estos dos maes andaban ofreciendo sus productos en la calle. Ya saben, esos negocios que se hacen a la vista de todos, sin pena ni vergüenza. Al parecer, la información llegó bastante detallada, porque pudieron ubicar exactamente dónde estaban operando y cómo hacían sus tratos.
Después de varios días de seguimientos y recolección de pruebas, el OIJ pudo obtener la orden judicial para registrar la vivienda. No se anduvieron con rodeos y entraron contundentes, poniendo fin a la operación de estos vendedores ambulantes de sustancias ilícitas. La coordinación fue excelente, parece que tenían todo bien planeado para evitar cualquier complicación.
En el allanamiento, aparte de detener a los sospechosos, también decomisaron una buena cantidad de dinero en efectivo y varios celulares. Esto sugiere que la operación era más grande de lo que aparentaba a simple vista. Ya no eran unos vándalos casuales, sino que parecían tener una red organizada para distribuir la droga en la zona. Se estima que tenían clientes fijos y que hacían entregas regulares.
Los implicados, identificados como Mora, de 23 años, y Cortés, de 33, ya están en manos del Ministerio Público, esperando que determinen qué les va a pasar. Les tocará enfrentar cargos graves por tráfico de drogas, y seguramente van a pasar muchos años tras las rejas si los encuentran culpables. Que le den duro, a ver si aprenden la lección.
Este caso resalta nuevamente el problema de la venta de drogas en zonas residenciales de nuestro país. A pesar de los esfuerzos de las autoridades, todavía hay quienes se atreven a poner en riesgo la seguridad de nuestras comunidades. Es importante seguir denunciando este tipo de actividades para poder erradicarla por completo y darle tranquilidad a nuestros vecinos.
Muchos en el vecindario comentan que últimamente habían visto movimientos extraños cerca de la casa allanada. Algunos incluso mencionan haber presenciado intercambios sospechosos entre desconocidos. Sin embargo, nadie se animó a denunciar, quizás por miedo a represalias o simplemente por no querer meterse en problemas. Un verdadero despiste generalizado, vaya.
Este allanamiento en Atenas es otro golpe al narcotráfico en Costa Rica, pero la pregunta que queda flotando es: ¿Cómo podemos, como comunidad, fortalecer nuestra participación ciudadana para prevenir estas situaciones desde el principio y construir barrios más seguros para todos? ¿Será que necesitamos más programas de prevención en las escuelas y espacios comunitarios para educar a nuestros jóvenes sobre los peligros de las drogas y fomentar una cultura de denuncia responsable?
