¡Ay, Dios mío! Fabricio Alvarado, echándole ganas como siempre, acaba de presentarle al Congreso un proyecto que ha levantado toda una polución en el ambiente mediático. Parece que el ex candidato presidencial quiere regalar frecuencias de radio y tele a emisoras evangélicas y católicas. ¡Imagínate la movida!
Todo esto arranca con la licitación de frecuencias que andaba promoviendo SUTEL, dejando a un montón de estaciones, especialmente las pequeñas y las que andaban dando el rollo en las zonas rurales, al borde del abismo. Con los precios que se estaban manejando, parecían condenadas a desaparecer. Un verdadero despache, la verdad.
Alvarado, quien anda buscando revancha política desde hace rato, salió a decir que esto es una “caja de Pandora” que abrió el presidente Chaves. Claro, él siempre listo para echar leña al fuego. Dice que el proyecto busca favorecer a aquellas emisoras que puedan demostrar que tienen un enfoque religioso desde antes de que se terminara el plazo del concurso. ¡Ya ven, buscando cómo hacer macanas!
Pero ojo, porque la jugada parece tener doble intención. Justo ahora, el presidente Chaves convocó a una reunión con líderes evangélicos y católicos para ver qué onda con estas frecuencias. ¿Será que se le ocurre ahora buscar acuerdos de última hora? La cosa pinta rara, diay.
En medio de este brete, hay otros dos proyectos de ley rondando en la Asamblea Legislativa sobre el mismo tema, así que la cosa está más complicada que ir a bajar el Cerro de Escazú en bicicleta. No sabemos quién va a salir favorecido ni cuál será el resultado final. Pero sí sabemos que el tema de las frecuencias siempre ha sido un chunche caliente en Costa Rica, ¿eh?
Algunos analistas políticos dicen que esto es pura estrategia de Alvarado para congraciarse con la base religiosa, aprovechándose del momento de incertidumbre económica y social. Otros piensan que realmente busca proteger a estos medios, argumentando que son fundamentales para difundir valores y promover la diversidad cultural en el país. ¡Cada quien dice diferente!
Y claro, no podemos olvidar las dos denuncias por abuso sexual que pesan sobre Alvarado. Todo esto le da un saborcito amargo a la propuesta, ¿verdad? Uno no sabe si creerle lo que dice o si es simplemente parte de una campaña de desprestigio. Qué vara tan complicada, honestly.
Entonces, ¿creen que Fabricio Alvarado está haciendo lo correcto al intentar rescatar a estas emisoras religiosas o es solo una maniobra política más para ganar puntos antes de unas posibles elecciones futuras? ¡Déjenme saber sus opiniones en el foro!
Todo esto arranca con la licitación de frecuencias que andaba promoviendo SUTEL, dejando a un montón de estaciones, especialmente las pequeñas y las que andaban dando el rollo en las zonas rurales, al borde del abismo. Con los precios que se estaban manejando, parecían condenadas a desaparecer. Un verdadero despache, la verdad.
Alvarado, quien anda buscando revancha política desde hace rato, salió a decir que esto es una “caja de Pandora” que abrió el presidente Chaves. Claro, él siempre listo para echar leña al fuego. Dice que el proyecto busca favorecer a aquellas emisoras que puedan demostrar que tienen un enfoque religioso desde antes de que se terminara el plazo del concurso. ¡Ya ven, buscando cómo hacer macanas!
Pero ojo, porque la jugada parece tener doble intención. Justo ahora, el presidente Chaves convocó a una reunión con líderes evangélicos y católicos para ver qué onda con estas frecuencias. ¿Será que se le ocurre ahora buscar acuerdos de última hora? La cosa pinta rara, diay.
En medio de este brete, hay otros dos proyectos de ley rondando en la Asamblea Legislativa sobre el mismo tema, así que la cosa está más complicada que ir a bajar el Cerro de Escazú en bicicleta. No sabemos quién va a salir favorecido ni cuál será el resultado final. Pero sí sabemos que el tema de las frecuencias siempre ha sido un chunche caliente en Costa Rica, ¿eh?
Algunos analistas políticos dicen que esto es pura estrategia de Alvarado para congraciarse con la base religiosa, aprovechándose del momento de incertidumbre económica y social. Otros piensan que realmente busca proteger a estos medios, argumentando que son fundamentales para difundir valores y promover la diversidad cultural en el país. ¡Cada quien dice diferente!
Y claro, no podemos olvidar las dos denuncias por abuso sexual que pesan sobre Alvarado. Todo esto le da un saborcito amargo a la propuesta, ¿verdad? Uno no sabe si creerle lo que dice o si es simplemente parte de una campaña de desprestigio. Qué vara tan complicada, honestly.
Entonces, ¿creen que Fabricio Alvarado está haciendo lo correcto al intentar rescatar a estas emisoras religiosas o es solo una maniobra política más para ganar puntos antes de unas posibles elecciones futuras? ¡Déjenme saber sus opiniones en el foro!