¡Ay, pata! Qué manera de echarle leña al fuego. Resulta que Fabricio Alvarado y Fernando Zamora, dos de los gallitos que quieren llegar a Casa Amarilla, le hicieron un quite monumental al Pacto Ético Interpartidario Sitio de Mata 2026. Un acuerdo, pa’ que se entiendan, para combatir la desinformación y los ataques baratos en campaña. Pero ellos, pues, ni pum.
La jugada se dio este viernes en el TSE, donde varios candidatos y representantes partidarios pusieron su firma en ese papelón de principios. Diez aspirantes a la Presidencia y nueve representantes, todos comprometidos a jugar limpio… excepto estos dos. Costa Rica Íntegra, la gente que organizó todo esto, salió a decir que desde antes los partidos Nueva República y Nueva Generación estaban haciendo bolas con la idea.
Jessica Castañeda, quien dirige Costa Rica Íntegra, soltó la bomba: “No quisieron participar desde el principio”. ¡Imagínate! Como si no fuera importante ponerle candado a tanta mentira que se corre por WhatsApp y Facebook. Parece que prefieren ir a matar ganado que preocuparse por la ética en la política, ¿no?
Del campamento de Alvarado nos llegó la excusa del viaje sur. Dicen que el mae estaba recorriendo las colonias, echándose unas fotos con la gente y prometiendo milagros. “Apenas regrese lo va a firmar”, aseguraron. Claro, porque firmar un acuerdo contra la desinformación ahora no es urgente, pero sí sacarse una foto con un campesino, ¡eso sí importa!
Y luego tenemos a Zamora, el otro protagonista de esta novela. Él, en cambio, dice que nunca lo invitaron. O que le mandaron un email que nadie vio. ¡Idiay! Uno se queda pensando qué onda con estas excusas tan creativas. ¿Será que tienen miedo de comprometerse a no mentirle al pueblo? Una verdadera pena, la verdad, porque este país necesita políticos con agallas y sentido común.
Para que se armen los números, el pacto viene cargadito de buenos intenciones: reafirmar la democracia, promover campañas basadas en el respeto, rechazar la violencia política, cuidar el medio ambiente... Básicamente, promesas que todos hacemos hasta que estamos en campaña y luego nos vamos al diablo. Se habla de transparencia en el financiamiento, de no usar perfiles falsos en redes sociales, de verificar la información antes de compartirla… Cosas básicas, pero parece que algunos no lo entienden.
Este asunto ha levantado polvo en el foro y la calle. Muchos se preguntan qué esconden Alvarado y Zamora detrás de esas excusas. Algunos dicen que es falta de compromiso, otros que es estrategia para ganar votos usando tácticas sucias. Lo cierto es que no han logrado convencer a nadie. Más bien, han reforzado la imagen de políticos poco confiables, que no cumplen lo que prometen y que les da igual engañar al electorado.
En fin, señores, este caso pinta para darle mucho material a los memes y conversaciones en el bar. Pero más allá de eso, me pregunto: ¿Realmente importa si firman o no este pacto? ¿O es solo otra cortina de humo para distraernos de los verdaderos problemas del país? ¿Creen que la ética en la política es cosa de papel o hay que cambiar la mentalidad de los políticos desde adentro? Díganme, ¿qué piensan ustedes?
La jugada se dio este viernes en el TSE, donde varios candidatos y representantes partidarios pusieron su firma en ese papelón de principios. Diez aspirantes a la Presidencia y nueve representantes, todos comprometidos a jugar limpio… excepto estos dos. Costa Rica Íntegra, la gente que organizó todo esto, salió a decir que desde antes los partidos Nueva República y Nueva Generación estaban haciendo bolas con la idea.
Jessica Castañeda, quien dirige Costa Rica Íntegra, soltó la bomba: “No quisieron participar desde el principio”. ¡Imagínate! Como si no fuera importante ponerle candado a tanta mentira que se corre por WhatsApp y Facebook. Parece que prefieren ir a matar ganado que preocuparse por la ética en la política, ¿no?
Del campamento de Alvarado nos llegó la excusa del viaje sur. Dicen que el mae estaba recorriendo las colonias, echándose unas fotos con la gente y prometiendo milagros. “Apenas regrese lo va a firmar”, aseguraron. Claro, porque firmar un acuerdo contra la desinformación ahora no es urgente, pero sí sacarse una foto con un campesino, ¡eso sí importa!
Y luego tenemos a Zamora, el otro protagonista de esta novela. Él, en cambio, dice que nunca lo invitaron. O que le mandaron un email que nadie vio. ¡Idiay! Uno se queda pensando qué onda con estas excusas tan creativas. ¿Será que tienen miedo de comprometerse a no mentirle al pueblo? Una verdadera pena, la verdad, porque este país necesita políticos con agallas y sentido común.
Para que se armen los números, el pacto viene cargadito de buenos intenciones: reafirmar la democracia, promover campañas basadas en el respeto, rechazar la violencia política, cuidar el medio ambiente... Básicamente, promesas que todos hacemos hasta que estamos en campaña y luego nos vamos al diablo. Se habla de transparencia en el financiamiento, de no usar perfiles falsos en redes sociales, de verificar la información antes de compartirla… Cosas básicas, pero parece que algunos no lo entienden.
Este asunto ha levantado polvo en el foro y la calle. Muchos se preguntan qué esconden Alvarado y Zamora detrás de esas excusas. Algunos dicen que es falta de compromiso, otros que es estrategia para ganar votos usando tácticas sucias. Lo cierto es que no han logrado convencer a nadie. Más bien, han reforzado la imagen de políticos poco confiables, que no cumplen lo que prometen y que les da igual engañar al electorado.
En fin, señores, este caso pinta para darle mucho material a los memes y conversaciones en el bar. Pero más allá de eso, me pregunto: ¿Realmente importa si firman o no este pacto? ¿O es solo otra cortina de humo para distraernos de los verdaderos problemas del país? ¿Creen que la ética en la política es cosa de papel o hay que cambiar la mentalidad de los políticos desde adentro? Díganme, ¿qué piensan ustedes?