¡Ay, mándale pues! Amalia Ortuño nos hizo vibrar a todos los chavos y chavas acá en Costa Rica, cerrando su participación en el Mundial de Paratletismo Nueva Delhi 2025 con dos récords nacionales. La morrita, pura gallardía, demostró que el esfuerzo y la dedicación dan frutos, y que las diosas ticas pueden romper barreras a nivel mundial. Vamos, que nos puso a cantar el himno con orgullo.
Para los que andan medio despistados, Amalia es una máquina en el deporte adaptado. Hexacampeona mundial de CrossFit adaptado, esta chica no se anda con rodeos. Pero bueno, en estos Juegos Paralímpicos, quería dejarle claro a los demás países quién manda en fuerza y corazón tico. Empezó su camino el domingo pasado, lanzando el disco a unos 18 metros con 98 centímetros, quedando en el octavo lugar. ¡Ya ahí dio señales de que venía con ganas!
Pero el verdadero bocado llegó este miércoles con el lanzamiento de jabalina. Entró al estadio con una marca anterior de 13 metros con 87 centímetros, lograda hace apenas unos meses allá en Chula Vista, California. Uno piensa, 'bueno, ya verá qué tal', pero resulta que la morrita salió a darlo todo. En sus seis intentos, logró un récord personal de 15 metros con 32 centímetros. ¡Un chingónazo!
Aunque no ganó la medalla de oro, la realidad es que quedó ubicada como la décima mejor del mundo en esta disciplina. ¡Diezma, mándale respeto! Las distancias alcanzadas fueron impresionantes: un intento con falta, luego 15.32 m, otro de 14.95 m, 14.40 m, otra falta y finalmente 13.49 m. Se nota que estaba afinada, buscando siempre mejorar. Un brete eso sí, porque la competencia era dura, llena de atletas de primer nivel.
Y hablando de récords, esto no es nuevo para Amalia. Ya tenía el récord nacional en lanzamiento de disco. Su evolución ha sido constante, demostrando que con disciplina y pasión, se puede llegar lejos. Verla entrenar, sudar la camiseta y luchar por sus metas es una inspiración para todos nosotros, especialmente para los jóvenes que quieren meterle duro al deporte. Ella es un ejemplo de superación, pura fibra costarricense.
El impacto de Amalia va más allá de las medallas y los récords. Ella representa a Costa Rica, nuestros valores, nuestra garra. Demuestra que somos capaces de competir contra cualquiera, sin importar las adversidades. Sus logros inspiran a otros atletas con discapacidad a perseguir sus sueños y a mostrarle al mundo de lo que son capaces. Además, abre las puertas para que el paratletismo reciba más apoyo y reconocimiento en nuestro país. ¡Que se den cuenta ya que tenemos talento!
Ahora, algunos dirían que faltaron recursos, entrenamiento específico, o simplemente que el día no le acompañó del todo. Claro, siempre hay factores externos que influyen, pero Amalia no se dejó vencer. Dio lo mejor de sí misma, luchó hasta el final y regresó a casa con la frente alta y dos récords en su haber. Eso, mándele, vale más que cualquier medalla. Además, ¿quién sabe? Tal vez en el próximo mundial nos lleve a todos a gritar de alegría a todo pulmón.
Así que, paisanos, díganme ustedes: ¿Cuál creen que será el siguiente reto de Amalia Ortuño y cómo podemos, como comunidad, apoyarla aún más para que siga representando a Costa Rica con tanto éxito en el escenario internacional? ¡Vamos a darle toda la energía positiva!
Para los que andan medio despistados, Amalia es una máquina en el deporte adaptado. Hexacampeona mundial de CrossFit adaptado, esta chica no se anda con rodeos. Pero bueno, en estos Juegos Paralímpicos, quería dejarle claro a los demás países quién manda en fuerza y corazón tico. Empezó su camino el domingo pasado, lanzando el disco a unos 18 metros con 98 centímetros, quedando en el octavo lugar. ¡Ya ahí dio señales de que venía con ganas!
Pero el verdadero bocado llegó este miércoles con el lanzamiento de jabalina. Entró al estadio con una marca anterior de 13 metros con 87 centímetros, lograda hace apenas unos meses allá en Chula Vista, California. Uno piensa, 'bueno, ya verá qué tal', pero resulta que la morrita salió a darlo todo. En sus seis intentos, logró un récord personal de 15 metros con 32 centímetros. ¡Un chingónazo!
Aunque no ganó la medalla de oro, la realidad es que quedó ubicada como la décima mejor del mundo en esta disciplina. ¡Diezma, mándale respeto! Las distancias alcanzadas fueron impresionantes: un intento con falta, luego 15.32 m, otro de 14.95 m, 14.40 m, otra falta y finalmente 13.49 m. Se nota que estaba afinada, buscando siempre mejorar. Un brete eso sí, porque la competencia era dura, llena de atletas de primer nivel.
Y hablando de récords, esto no es nuevo para Amalia. Ya tenía el récord nacional en lanzamiento de disco. Su evolución ha sido constante, demostrando que con disciplina y pasión, se puede llegar lejos. Verla entrenar, sudar la camiseta y luchar por sus metas es una inspiración para todos nosotros, especialmente para los jóvenes que quieren meterle duro al deporte. Ella es un ejemplo de superación, pura fibra costarricense.
El impacto de Amalia va más allá de las medallas y los récords. Ella representa a Costa Rica, nuestros valores, nuestra garra. Demuestra que somos capaces de competir contra cualquiera, sin importar las adversidades. Sus logros inspiran a otros atletas con discapacidad a perseguir sus sueños y a mostrarle al mundo de lo que son capaces. Además, abre las puertas para que el paratletismo reciba más apoyo y reconocimiento en nuestro país. ¡Que se den cuenta ya que tenemos talento!
Ahora, algunos dirían que faltaron recursos, entrenamiento específico, o simplemente que el día no le acompañó del todo. Claro, siempre hay factores externos que influyen, pero Amalia no se dejó vencer. Dio lo mejor de sí misma, luchó hasta el final y regresó a casa con la frente alta y dos récords en su haber. Eso, mándele, vale más que cualquier medalla. Además, ¿quién sabe? Tal vez en el próximo mundial nos lleve a todos a gritar de alegría a todo pulmón.
Así que, paisanos, díganme ustedes: ¿Cuál creen que será el siguiente reto de Amalia Ortuño y cómo podemos, como comunidad, apoyarla aún más para que siga representando a Costa Rica con tanto éxito en el escenario internacional? ¡Vamos a darle toda la energía positiva!